¡°Estoy sorprendid¨ªsima de que hayan dado a Madrid el Patrimonio de la Humanidad¡±

La conservaci¨®n del patrimonio hist¨®rico de Madrid es un debate constante en la capital. Desde la cuenta El Sereno de Madrid, con cerca de 60.000 seguidores entre Twitter e Instagram, Sonia Taravilla (Madrid, 1982) procura destacar el pasado de la capital: ¡°En general la Comunidad de Madrid no destaca por la protecci¨®n del patrimonio y los ciudadanos no son tan conscientes, pero a m¨ª me importa porque es mi ciudad¡±. El sereno era un oficio masculino, pero a Taravilla le da igual: ¡°Quer¨ªa un oficio olvidado que me sirviera para hacer de cronista de la villa¡±, dice, y descart¨® por ejemplo violetera y barquillero.

Su ¨²ltima sorpresa reciente ha sido la declaraci¨®n Patrimonio de la Humanidad de la zona del Museo del Prado: ¡°Estoy sorprendid¨ªsima que nos lo hayan dado, pero mejor, as¨ª deberemos cumplir las enmiendas, veremos qu¨¦ pasa con el tr¨¢fico o los restos arqueol¨®gicos tapados del Retiro¡±, dice. ¡°Aqu¨ª hacemos m¨¢s reconstrucciones¡±, dice sobre el nuevo templete de la Gran V¨ªa, ¡°y ser¨¢ un gran reclamo, seguro, pero a m¨ª me interesan m¨¢s los restos arqueol¨®gicos que han aparecido en las obras que el propio templete¡±, a?ade.

Los autores de cuentas en redes sociales dedicadas a Madrid tienden a conocerse entre todos. Entre ellos, como en todas partes, hay favoritos y rencillas. Hay cuentas m¨¢s laxas con la historia o las atribuciones, aunque sean m¨¢s c¨¦lebres: ¡°Hay cosas que no son rigurosas¡±, dice Taravilla. ¡°Me interesa mucho que se respete las fuentes hist¨®ricas y se cite a los investigadores¡±, a?ade. Pero su conocimiento y atenci¨®n al detalle tienen a menudo consecuencias: ¡°Muchas veces pongo cosas que acaban en el pleno municipal. Hay concejales que me siguen y me hablan¡±, dice. ¡°Mi perspectiva es m¨¢s combativa: Madrid es muy bonita pero tiene sus sombras¡±, a?ade. M¨¢s si cabe porque aqu¨ª tiene sus ra¨ªces: ¡°Mis abuelos vinieron aqu¨ª desde el pueblo en Huelva, mi abuelo era ferroviario. Me cuentan muchas historias y la he visto evolucionar¡±, explica.

Taravilla no se ha hecho rica con su sereno. Como mucho, recuerda, el Ayuntamiento le encarg¨® preparar unas rutas. Le invitan a sitios tambi¨¦n, pero no publica posts pagados. Desde hace cinco a?os oposita al cuerpo de conservadores de museos estatales, que casi todos est¨¢n en Madrid. Son los funcionarios encargados de las colecciones. Antes, Taravilla hab¨ªa trabajado en el sector tur¨ªstico, con lo que conoce bien la ciudad, incluso cre¨® una ruta por su barrio, Moratalaz.

Taravilla empez¨® con un blog y las cuentas en redes en 2012, en una ¨¦poca en que era a¨²n f¨¢cil hacerse un hueco. Ahora est¨¢ algo menos activa y no es solo por las oposiciones: ¡°En Twitter hago poco, la gente se pelea mucho por pol¨ªtica y no me gusta. Son como ni?os, debo advertirles que les borrar¨¦ los comentarios. Para m¨ª esto es para divertirme, no por un trabajo¡±, dice.

Aunque su cuenta no se regocije en el cielo de Madrid, tan manido, algunos de sus tuits m¨¢s virales tambi¨¦n lo usan. El cielo de la ciudad es una de los rasgos de celebraci¨®n madrile?a m¨¢s f¨¢cilmente compartidos:

Aunque sus tuits propiamente m¨¢s virales desde sus inicios sean sobre esa enclenque mezcla entre la conservaci¨®n del patrimonio de la ciudad y las emociones, como este acerca de un kiosco que vende c¨®mics:

O este otro tuit sobre las calamidades que le ocurren al patrimonio m¨¢s callejero:

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