Metaverso: el mundo virtual donde Zuckerberg quiere que compres, te diviertas y trabajes
El fundador de Facebook f¨ªa el futuro de su imperio, inmerso en una enorme crisis reputacional, a un proyecto visionario que pretende superar el internet de las pantallas
Tras tener a casi la mitad de la humanidad pendiente de sus redes sociales, el joven magnate considera que hace falta darle una vuelta de tuerca a su proyecto. El metaverso, asegur¨® Zuckerberg el jueves en el evento anual de desarrolladores de su empresa, es la evoluci¨®n l¨®gica de la red, que no da m¨¢s de s¨ª. Es llevar a Facebook al siguiente nivel. Hasta ahora, nuestra experiencia en el ciberespacio se limitaba a navegar en webs o manejar aplicaciones. El mundo digital exist¨ªa en las pantallas de nuestros dispositivos; al despegar la mirada del m¨®vil o el ordenador, ese mundo se apagaba. El metaverso es meterse en ¨¦l. En un universo, eso s¨ª, dise?ado y modelado por Facebook (o Meta), donde todo lo que veamos, oigamos y toquemos sea una experiencia de realidad virtual. Un gigantesco desaf¨ªo tecnol¨®gico al que la compa?¨ªa liga tambi¨¦n su futuro financiero. Seg¨²n Zuckerberg, este mundo paralelo mover¨¢ ¡°centenares de miles de millones de d¨®lares¡± en los pr¨®ximos diez a?os. Bloomberg Intelligence cifra el negocio en unos 800.000 millones para 2024.
El giro de tim¨®n de la empresa de Menlo Park se produce tras varias semanas de filtraciones que han erosionado su imagen y credibilidad. Puede que el anuncio del cambio de estrategia se haya precipitado buscando un golpe de efecto que tape los trapos sucios que estaban saliendo a la luz. Pero El metaverso lleva tiempo cocin¨¢ndose. ¡°Hace muchos meses que ten¨ªamos fijada la fecha de la presentaci¨®n en sociedad de Meta para este jueves. Las noticias no han alterado nuestra estrategia¡±, asegura a EL PA?S por videollamada Laurent Solly, vicepresidente de Meta para Europa del Sur.
Tal y como muestran las periodistas Sheera Frenkel y Cecilia Kang en su libro Manipulados (Debate), ya en la primavera de 2016, cuando saltaron (y se desoyeron, seg¨²n confirman los papeles de Facebook) las primeras alarmas sobre la posible injerencia rusa en las elecciones que tendr¨ªan lugar en noviembre, el equipo de ingenieros de Facebook estaba ¡°totalmente volcado en hacer realidad la audaz visi¨®n de la compa?¨ªa que ten¨ªa su fundador para los pr¨®ximos diez a?os y que inclu¨ªa importantes avances en los ¨¢mbitos de la inteligencia artificial y de la realidad virtual¡±.
El metaverso era as¨ª una vieja obsesi¨®n de Zuckerberg. Y Zuck no se obsesiona con cualquier cosa. Durante muchos a?os, el fundador de Facebook solo se fijaba en dos: mejorar la experiencia de su red social y aumentar el n¨²mero de usuarios. Convertir una start-up que solo quemaba dinero en una empresa rentable se lo dej¨® a otros (le confi¨® la tarea a la directora de operaciones, Sheryl Sandberg, que fich¨® de Google). La apuesta le sali¨® redonda: la masa cr¨ªtica de usuarios que consigui¨® reunir, unos 2.900 millones a d¨ªa de hoy, es tan grande y la cantidad de datos que saca de cada uno de ellos tan diversa que los anunciantes se pelean por poner publicidad en su soporte. En ning¨²n otro lugar pueden llegar a una segmentaci¨®n tan rica. Por eso su cuenta de resultados no deja de crecer: la empresa gan¨® 9.200 millones solo en el tercer trimestre, un 17% m¨¢s que en el mismo periodo del a?o pasado. Seg¨²n fue adquiriendo tama?o absorbi¨® compa?¨ªas como Instagram, WhatsApp u Oculus. Las dos primeras han sido claves para apuntalar su auge; la tercera, que fabrica gafas de realidad virtual, puede que lo sea en los pr¨®ximos a?os.
Dentro del metaverso
Seg¨²n Meta, la tecnolog¨ªa que est¨¢n desarrollando dar¨¢ al entorno virtual del metaverso una verosimilitud suficiente como para que sintamos la comodidad de estar en un mundo paralelo. Zuckerberg anunci¨® el jueves progresos en sus gafas de realidad virtual, capaces de leer las expresiones faciales de su portador y hacer que estas se muestren en el avatar (el personaje que lo representa en ese mundo virtual). A lo largo de casi hora y media de presentaci¨®n, que en realidad era un v¨ªdeo de alto presupuesto, el fundador de Facebook mostr¨® algunas de las pinceladas de este nuevo mundo. El ejecutivo desfila por su lujosa casa con vistas al lago y de pronto la vivienda se transforma en una fidedigna r¨¦plica digital de la misma y ¨¦l en un avatar a su imagen y semejanza.
¡°Lo que Mark mostr¨® es nuestra visi¨®n de c¨®mo ser¨¢ el metaverso¡±, matiza Solly. La tecnolog¨ªa de Meta todav¨ªa no alcanza para ofrecer esa resoluci¨®n. Pero llegar hasta eso es el objetivo. ¡°Puede que la transformaci¨®n que estamos poniendo en marcha tenga m¨¢s repercusi¨®n en nuestras vidas y en la econom¨ªa de la que ha tenido el tel¨¦fono inteligente en los ¨²ltimos diez a?os¡±, aventura el ejecutivo franc¨¦s.
Zuckerberg esboz¨® en su presentaci¨®n un peque?o esqueleto de ese metaverso. Una vez se ponga las gafas especiales, el usuario entrar¨¢ en un espacio de partida, su casa (Horizon Home). Ah¨ª podr¨¢ interactuar con sus contactos. La conversaci¨®n de un grupo de WhatsApp, por ejemplo, se puede llevar al sof¨¢ de ese hogar virtual, con los avatares de los miembros del grupo sentados o desplaz¨¢ndose por la sala.
El siguiente nivel, Horizon World, constar¨¢ de espacios adicionales que ser¨¢n desarrollados por las empresas que quieran embarcarse en el proyecto. Por ejemplo, una sala de conciertos o un museo. Tambi¨¦n habr¨¢ sitios donde comprar elementos de decoraci¨®n y accesorios variados para ese mundo virtual (Horizon Marketplace) o una plataforma para poner en pr¨¢ctica el trabajo h¨ªbrido (Horizon Workrooms), entre otros. Las posibilidades, dice Zuckerberg, son casi infinitas.
Meta tiene tambi¨¦n la intenci¨®n de combinar el mundo real con el metaverso. Es decir, integrar elementos virtuales (por ejemplo, el holograma de la persona con la que estamos hablando) en el entorno real que estamos viendo. Eso se har¨ªa con otras gafas, en este caso de realidad aumentada.
?De d¨®nde saldr¨¢ el dinero?
La idea de crear un mundo virtual no es nueva. El sector de los videojuegos lleva tiempo explor¨¢ndola, como ya hizo con m¨¢s o menos ¨¦xito Secondlife. Tampoco lo es el nombre. El metaverso es el mundo virtual en el que Hiro Protagonist, un repartidor de pizza en el plano f¨ªsico, se convierte en un pr¨ªncipe samur¨¢i en la novela Snow Crash, un cl¨¢sico del ciberpunk publicado por Neal Stephenson hace 30 a?os.
Zuckerberg dio esta semana una pista significativa durante la presentaci¨®n de los resultados trimestrales, que confirm¨® en su intervenci¨®n del jueves, acerca de una de las fuentes de ingresos de este peculiar ciberespacio: la venta de complementos para vestir y personalizar a los avatares.
Una vez m¨¢s, la idea no es original. La comercializaci¨®n de trajes (skins) o equipamiento de los personajes de algunos videojuegos, como Roblox o Fortnite, supone una importante v¨ªa de ingresos para las desarrolladoras. Muchos jugadores est¨¢n dispuestos a gastarse dinero para que su avatar luzca de una u otra manera. En el caso de Fortnite, uno de los t¨ªtulos m¨¢s populares de los ¨²ltimos tiempos (en 2020 ten¨ªa 350 millones de cuentas registradas), uno puede disfrazar a su personaje con el traje de Superman, con la equipaci¨®n de su equipo preferido de f¨²tbol americano o hasta con el aspecto de Neymar. Cuanto m¨¢s se pague, m¨¢s exclusivo ser¨¢ el tuneo.
El ¨¦xito de este videojuego ha sido tal, es capaz de juntar a tantos millones de jugadores de todo el mundo a la vez, que algunas marcas ya se tratan de posicionar en los escenarios por los que unos y otros se persiguen a tiros. Seg¨²n Nate Nanzer, directivo de Epic Games, la empresa que alumbr¨® Fortnite, el videojuego se ha convertido en una ¡°plataforma de entretenimiento social¡±. Los amigos quedan all¨ª, en la partida, y ya no necesariamente se matan los unos a los otros: tambi¨¦n charlan o ven pel¨ªculas, entre otras actividades. El cantante Travis Scott lleg¨® a reunir 12 millones de espectadores durante un concierto que dio en Fortnite, y su actuaci¨®n fue vista en los siguientes d¨ªas por 27 millones de personas desde el videojuego. Ariana Grande, Paris Hilton o Steve Aoki son solo algunos de los artistas que han recurrido a este formato para organizar actuaciones.
C¨®mo se desarrollar¨¢
El metaverso de Zuckerberg busca precisamente eso: convertirse en un espacio de encuentro social. Uno que trascienda el que ya era Facebook. Meta quiere que en la construcci¨®n de ese nuevo mundo participen otras empresas. Todo el metaverso est¨¢ por hacer. Zuckerberg anunci¨® el jueves una inversi¨®n de 150 millones de d¨®lares para formar a ¡°la nueva generaci¨®n de creadores del metaverso¡±. Tambi¨¦n dedicar¨¢ otros 50 millones a recabar opiniones de expertos sobre la forma que debe adoptar este universo virtual. La semana pasada, en plena lluvia de filtraciones, la compa?¨ªa dijo que pretend¨ªa contratar a unas 10.000 personas en Europa en los pr¨®ximos cinco a?os para desarrollar su idea.
Tendremos que esperar, como m¨ªnimo, al a?o que viene para poder comprobar qu¨¦ es eso del metaverso. Y su desarrollo tardar¨¢ a?os, quiz¨¢s d¨¦cadas, en completarse. Meta no est¨¢ sola en esta carrera. El presidente de Microsoft, Satya Nadella, ya dijo este verano, un mes despu¨¦s de que Zuckerberg pronunciara por primera vez en p¨²blico la palabra, que Microsoft quer¨ªa liderar la creaci¨®n del ¡°el metaverso empresarial¡±. Las empresas toman posiciones para colonizar algo que todav¨ªa no existe.
?C¨®mo conseguir¨¢ Meta que la gente prefiera su universo virtual y no otro? ¡°Ofreceremos la mejor experiencia a los usuarios y muchas posibilidades a las empresas para hacer negocio¡±, explica Solly, m¨¢ximo responsable en Europa del Sur de la compa?¨ªa. Crear la tecnolog¨ªa capaz de soportar un universo virtual convincente es un proyecto colosal. Pero si hay una empresa que tiene los medios t¨¦cnicos y recursos financieros necesarios, esa es Meta. La apuesta es alta. El ¨¦xito puede ser tremendo; el fracaso, muy sonoro.
¡°Con el tiempo conf¨ªo en que se nos vea como una empresa del metaverso¡±, dijo Zuckerberg el jueves. Ese es el legado que quiere dejar. Sabe c¨®mo quiere que se le recuerde, y en esa imagen ya no encaja Facebook.
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