Alfabetizaci¨®n algor¨ªtmica o la necesidad de repartir el poder
La inteligencia artificial est¨¢ en todas partes y entender los algoritmos ser¨¢ lo que nos permita seguir siendo libres
Es muy complicado desenvolverse en una sociedad en la que los algoritmos cada vez est¨¢n m¨¢s presentes, si no somos capaces de comprenderlos. Y no me refiero a las tradicionales competencias digitales, ni tampoco a la programaci¨®n avanzada. Al igual que saber leer y escribir fue fundamental para la autonom¨ªa personal o el ejercicio de la ciudadan¨ªa plena, en este tiempo en el que la inteligencia artificial estar¨¢ en todas partes, la alfabetizaci¨®n algor¨ªtmica ser¨¢ la que nos permita seguir siendo libres. De lo contrario, habr¨¢ dos clases de personas, los que pueden usar los algoritmos y los que son usados por ellos.
La ciudadan¨ªa digital hacia la que caminamos requiere educarnos en este nuevo contexto en el que las frases han sido sustituidas por l¨ªneas de c¨®digo. Los sistemas automatizados se extienden r¨¢pidamente. Cada vez deciden o influyen en m¨¢s aspectos de nuestras vidas. Es un espacio a¨²n opaco, invisible. Hay un desconocimiento generalizado sobre qu¨¦ son, d¨®nde se usan, para qu¨¦ y cu¨¢les son sus impactos. Tampoco hay, de momento, auditor¨ªas o est¨¢ndares que garanticen su calidad. ?C¨®mo puede una persona decidir si est¨¢ de acuerdo con las reglas de decisi¨®n integradas en la inteligencia artificial que controla su vida sin comprenderla? La opini¨®n p¨²blica y pol¨ªtica se entera de su existencia cuando rompe el esc¨¢ndalo, como en el caso del gobierno de Pa¨ªses Bajos, condenado por vulnerar derechos humanos al utilizar un algoritmo contra sus propios ciudadanos.
Las cifras hablan por s¨ª solas. M¨¢s del 90% de todas las b¨²squedas del mundo son a trav¨¦s de un mismo sitio: Google. Cada d¨ªa miles de millones de personas se encomiendan a su algoritmo para todo. Es una calle de doble direcci¨®n, la web da informaci¨®n a cambio de nuestros datos ?Somos conscientes? ?Conocemos formas de protegernos? ?Y de influir sobre el algoritmo? Si no se comprende su funcionamiento se puede terminar atrapado en una burbuja de preferencias en la que la visi¨®n del mundo se reduce progresivamente. Y lo que no necesitamos, precisamente, son m¨¢s trincheras. Y qu¨¦ hay de los modelos generativos de inteligencia artificial como ChatGPT que en cinco d¨ªas consigui¨® un mill¨®n de usuarios -Netflix tard¨® m¨¢s de tres a?os-. ?Estamos preparados como sociedad para detectar aquellos contenidos que no se ajusten a la realidad? ?Comprendemos, aunque sea de forma b¨¢sica, c¨®mo aprende este modelo?
La alfabetizaci¨®n algor¨ªtmica puede definirse como la habilidad de ser consciente del uso de algoritmos en aplicaciones, plataformas y servicios en l¨ªnea. Entender c¨®mo funcionan, ser capaz de evaluar cr¨ªticamente la toma de decisiones, tener las competencias para hacer frente a las operaciones algor¨ªtmicas o, incluso, influir en ellas. Recordemos que un algoritmo es un conjunto de reglas u ¨®rdenes cuyo uso se ha intensificado con la inteligencia artificial. De hecho, ya hay una generaci¨®n que solo ha experimentado un mundo mediado por ellos y de alguna forma est¨¢n siendo dirigido por los datos que estos recogen, ya que sus preferencias est¨¢n condicionando lo que se les muestra en las pantallas. ?Qui¨¦n les ayuda?
Los algoritmos est¨¢n por todas partes, est¨¢n integr¨¢ndose en nuestras actuales estructuras socioecon¨®micas y en otros aspectos de la vida cotidiana, incluido el trabajo acad¨¦mico. No es algo negativo, al contrario, su aplicaci¨®n a gran escala ha tenido un efecto neto positivo. La gente puede ser m¨¢s productiva, saber m¨¢s sobre m¨¢s temas que nunca, identificar tendencias o comprender mejor el mundo que les rodea. Estamos descubriendo nuevas formas de relacionarnos con nuestra creatividad y con el conocimiento gracias a los ¨²ltimos avances generativos. Y solo va a ir a m¨¢s. Por eso precisamente debemos tener las habilidades de conducci¨®n necesarias que nos permitan dominar la m¨¢quina y no al contrario. Es el momento de avanzar en el conocimiento de la tecnolog¨ªa y redistribuir con ello el poder que tienen quienes la controlan.
Como siempre, las escuelas y los centros de ense?anza tienen un papel fundamental. Hay que empezar por el principio. Privacidad y c¨®mo manejar los ajustes para que la intimidad se preserve. Seguir por c¨®mo nos informamos, c¨®mo se busca; por qu¨¦ ves lo que ves y el orden en el que lo haces. Ser¨ªa interesante que los estudiantes reflexionaran sobre como investigan para aprender a ser m¨¢s cr¨ªticos y a dominar la intenci¨®n en el proceso.
La sociedad ha de ser capaz de razonar sobre los algoritmos y sus procesos; evaluar su influencia, comprender el efecto que tienen en contextos sociales, culturales, econ¨®micos y pol¨ªticos; y, en definitiva, hacer que la persona sea codecisora. Debemos estar mejor equipados para una realidad en la que se delega en estos sistemas autom¨¢ticos. En definitiva, la necesidad de una alfabetizaci¨®n algor¨ªtmica surge de la necesidad de repartir el poder. Los algoritmos, especialmente los que utilizan machine learning y deep learning, son complejos, opacos, invisibles, y protegidos por la propiedad intelectual, pero sobre todo, tienen consecuencias sobre la vida de las personas. El control lo tienen quienes los crean y despliegan, no quienes los utilizan. Y eso es lo que hay que cambiar. Esto no va de aprender a escribir c¨®digo, esto va de ser parte activa del dise?o social que se est¨¢ codificando en la tecnolog¨ªa.
Luc¨ªa Velasco es economista y autora de ¡®?Te va a sustituir un algoritmo?¡¯
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