Revisar las redes sin parar: as¨ª es el FOMO, un temor extremo a perderse lo que hacen los dem¨¢s
Entre las consecuencias de este fen¨®meno, que puede agravarse durante el verano, se encuentra la irritabilidad, la falta de concentraci¨®n y una baja autoestima
Las redes sociales forman parte del d¨ªa a d¨ªa de cada vez m¨¢s usuarios, que no solo utilizan una plataforma, sino varias a la vez. Las consecuencias negativas que trae esta forma de entretenimiento, relativamente nueva, se han ido haciendo visibles con el paso de los a?os: en 2021, Facebook admiti¨® en documentos internos que Instagram era perjudicial para las adolescentes; este a?o, los filtros de TikTok han disparado las alarmas por su realismo (superan los l¨ªmites conocidos hasta ahora, gracias a la inteligencia artificial) y por contribuir al culto a la imagen. Muchos se rebelan contra esa tendencia, que tanto da?o ha hecho a usuarios de todo el mundo y persiguen im¨¢genes m¨¢s naturales.
Uno de los fen¨®menos m¨¢s caracter¨ªsticos de esta era dominada por las redes, y que apareci¨® con la popularizaci¨®n de estas plataformas, es el FOMO (siglas del ingl¨¦s fear of missing out: miedo a perderse algo, en espa?ol), del que se empez¨® a hablar ya en 2004. El FOMO suele definirse como el temor generalizado a que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno est¨¢ ausente. Enrique Echebur¨²a, catedr¨¢tico em¨¦rito de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, asegura que puede enmarcarse dentro del uso abusivo o el mal uso de las redes sociales y de la nomofobia, que define el miedo o ansiedad extrema, de car¨¢cter irracional, a no estar en contacto por el m¨®vil. ¡°La preocupaci¨®n la experimentamos todos si no tenemos esa posibilidad porque el m¨®vil forma parte ya de nuestra vida, pero una cosa es la incomodidad y otra esa ansiedad extrema que una persona puede llegar a experimentar cuando la relaci¨®n con el m¨®vil ya no es funcional, sino emocional¡±, explica Echebur¨²a.
En el caso del FOMO, la ansiedad aparece cuando uno no est¨¢ conectado a las redes sociales o al m¨®vil y, por tanto, no puede enterarse de lo que est¨¢n haciendo los dem¨¢s. ¡°Como las redes sociales funcionan las 24 horas del d¨ªa, es imposible estar al corriente de todo lo que se cuece en ellas. Todo va pasando a una velocidad de v¨¦rtigo y, en muchos casos, no deja huella. Si no has seguido lo que ha ocurrido en un momento determinado, te lo has perdido¡±, apunta el psic¨®logo.
Al abrir una red social, el usuario puede ver c¨®mo sus conocidos (y desconocidos) se encuentran de viaje en lugares extraordinarios, en un concierto ¨²nico o viviendo una experiencia que no est¨¢ al alcance de cualquiera. Todo eso puede provocar, en un usuario que sufra FOMO, la sensaci¨®n de no estar aprovechando el tiempo o incluso de estar excluido socialmente. Y si hay algo que ahonda en ese problema es, precisamente, compararse con los dem¨¢s. La autoestima se puede ver afectada y, si una persona tiene una autoestima baja, ¡°tiene mayor tendencia a compensar esas carencias con lo que est¨¢n haciendo los dem¨¢s¡±, asegura Echebur¨²a. ¡°A medida que va recurriendo a las redes, donde ve las vidas que llevan los dem¨¢s, eso se agrava. Inmediatamente, funciona el criterio comparativo: ¡®F¨ªjate que vida llevan y yo no puedo¡¯. La clave es que se vea que son un instrumento de utilidad, pero que la vida no es eso¡±, a?ade.
El verano es una ¨¦poca especialmente sensible para los usuarios que sufren este temor. ¡°Por un lado, la propia persona tiene m¨¢s tiempo libre y, por otro, hace mejor tiempo, todo el mundo tiene m¨¢s vacaciones, los planes y viajes se focalizan en estos meses. Todo eso hace que el despliegue de personas que suben fotos en Instagram o cuentan sus experiencias en TikTok se acent¨²e considerablemente, lo que constituye un factor de riesgo; como lo es la Navidad, para las personas con dependencia de las compras¡±, explica el catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica.
Cuando un usuario sufre FOMO, la forma que encuentra de intentar no perderse nada es estar constantemente revisando lo que est¨¢n haciendo los dem¨¢s. Es decir, abriendo Instagram de forma casi compulsiva, por ejemplo. Seg¨²n Echebur¨²a, la compulsi¨®n de estar constantemente conectado a las redes sociales conlleva un precio: ¡°Si adem¨¢s de estar conectado a las redes sociales, no haces m¨¢s que pensar en estar conectado, quiere decir que no est¨¢s pensando en otras cosas, que no est¨¢s atendiendo a otros aspectos de tu realidad cotidiana, como el trabajo, las relaciones sociales presenciales, la familia, etc.¡°.
Es decir, que ya no se disfruta el momento presente ni la realidad no virtual. Eso suele llevar aparejada la p¨¦rdida de horas de sue?o: ¡°Aunque te hayas propuesto estar una hora o acostarte a las 12 o a la una, resulta que te dan las tres y sigues conectado¡±, a?ade el psic¨®logo. A eso suele sumarse la dificultad para mantener la concentraci¨®n a lo largo del d¨ªa, por no hablar de los gastos econ¨®micos que pueden sucederse si alguien trata de seguir una tendencia o imitar lo que otros est¨¢n haciendo.
Un objetivo inalcanzable
El FOMO lleva a un objetivo imposible de alcanzar porque, por mucho que se intente controlar lo que est¨¢ pasando en las redes, no se puede estar al tanto de todo. Los s¨ªntomas que surgen de esa dependencia son la ansiedad, la irritabilidad, el malestar e incluso la depresi¨®n en alg¨²n momento determinado, ¡°adem¨¢s del empobrecimiento de las relaciones sociales no virtuales porque crean una especie de mundo paralelo¡±. Echebur¨²a compara la pr¨¢ctica de estar al tanto de lo que ocurre en las redes con tratar de estar al d¨ªa de todos los cotilleos; o seguir la vida de los dem¨¢s en reality shows, sin perder detalle.
Como suele ocurrir con otros fen¨®menos psicol¨®gicos, aunque lo pueda sufrir cualquier persona, en el caso del FOMO, las hay con una mayor tendencia o m¨¢s vulnerables: los adolescentes y los j¨®venes ¡°porque es el momento en el que est¨¢n desplegando sus redes de relaciones sociales¡±, explica el experto. Adem¨¢s, si se tiene una personalidad de tipo obsesivo, que es controladora, eso facilita que se d¨¦ este problema. Alguien con ¡°pocas habilidades sociales en la vida real, que muchas veces se construye un mundo imaginario o que presta mucha atenci¨®n al mundo que hacen los dem¨¢s¡± tambi¨¦n es m¨¢s proclive. Y dedicar muchas horas a utilizar los dispositivos y las redes sociales, tambi¨¦n lo facilita. ¡°Si el m¨®vil se construye ya no solo como un instrumento que facilita la relaci¨®n social, el contacto y los mensajes, sino como tu elemento primordial de vida, el riesgo de que te impliques m¨¢s en el fen¨®meno del FOMO es mayor¡±, a?ade.
?C¨®mo se puede ayudar a alguien que sufre FOMO? Lo primero debe ser limitar el tiempo en las redes y que la persona distinga ese mundo de la vida real presencial. Debe dedicar tiempo a actividades gratificantes y formas de relajaci¨®n que impliquen relaciones sociales presenciales de calidad y, sobre todo, que quien lo sufre reconozca la dependencia que tiene. ¡°Tener adicci¨®n, FOMO o dependencia a las redes sociales est¨¢ muy mal visto socialmente, con lo cual una persona no se reconoce como tal¡±, se?ala Echebur¨²a.
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