Una traici¨®n a ¡®?Qu¨¦ bello es vivir!¡¯
La serie b¨¦lica ¡®Hermanos de sangre¡¯ se convirti¨® en el plan televisivo navide?o que reemplaz¨® al cl¨¢sico de Frank Capra
Nora Ephron, periodista estadounidense, personaje de la vida social neoyorquina, escritora de humor, brillante guionista de Cuando Harry encontr¨® a Sally y directora de Tienes un mail, confes¨® en una entrevista que su plan navide?o era siempre el mismo: ve¨ªa con su marido El Padrino I en Nochebuena y El Padrino II en fin de a?o. Preguntada sobre la tercera parte, Ephron, tan divertida como sus personajes, respondi¨® muy seria: ¡°Esa no nos gusta¡±. Falleci¨® en 2012, as¨ª que nunca podremos saber si el nuevo montaje de Coppola, que acaba de estrenarse, les hubiese obligado a hacer planes para la noche de Reyes. Su marido era Nicholas Pileggi, una autoridad mundial en el mundo de la mafia, guionista de Uno de los nuestros y de Casino.
Desde aquella remota entrevista, siempre he recordado con envidia el plan televisivo navide?o de la familia Ephron ¨Ctal vez porque comentar con Pileggi El Padrino debe ser una experiencia inolvidable¨C, pero nunca he llegado a replicarlo, aunque me lo propongo cada a?o. La doble sesi¨®n de la familia Corleone refleja muy bien un hecho: las pel¨ªculas con las que identificamos la Navidad no son necesariamente filmes festivos como Love actually, que lleva ya casi 20 a?os sin dejar un ojo seco en los hogares de medio mundo, ni tampoco el cl¨¢sico navide?o por antonomasia, ?Qu¨¦ bello es vivir!
No hay que olvidar que durante much¨ªsimo tiempo no se ten¨ªa la posibilidad de escoger el programa, sino que hab¨ªa que apa?¨¢rselas con lo que hab¨ªa. Antes de la era del DVD, ver la gran pel¨ªcula de Frank Capra, una asentada costumbre navide?a personal, era una pesadilla: normalmente la pon¨ªan en la tele, todo hay que decirlo, pero a horas siempre inconvenientes. El plan B era verla en v¨ªdeo, en una cinta tan gastada y granulada que ya no se reconoc¨ªa ni al ¨¢ngel de la guarda. La invenci¨®n del DVD deber¨ªa haber solucionado el problema, pero sirvi¨® para ampliar horizontes y, al final, para traicionar a George Baily y a todos los habitantes de Bedford Falls.
Desde entonces, los planes navide?os televisivos se volvieron cada Navidad m¨¢s raros, aunque ninguno super¨® al del a?o del estreno de Hermanos de sangre, la miniserie producida por Steven Spielberg y Tom Hanks sobre el avance desde Normand¨ªa hasta Alemania de un grupo de soldados de la 101 aerotransportada durante la Segunda Guerra Mundial. En 2001, cuando se estren¨®, ni so?¨¢bamos con que existiesen las plataformas digitales y las series tardaban meses en llegar. La compr¨¦ por Internet y me la guard¨¦ hasta Reyes. Me levant¨¦ pronto y me vi en un d¨ªa las 10 horas que duraba la miniserie. Acab¨¦ no sabiendo muy bien d¨®nde estaba, horrorizado por la guerra y esperanzado por la victoria de la libertad, sinti¨¦ndome amigo de cada uno de los soldados¡ Y recordar¨¦ siempre la frase final que pronuncia el personaje del coronel Dick Winters: ¡°Y no pasa un d¨ªa en que no evoque a los hombres con los que serv¨ª, que no llegaron a disfrutar del mundo sin guerra¡±. Creo que 2020, el a?o de la pandemia, merece un marat¨®n similar.
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