¡®Small Axe: Alex Wheatle¡¯: De aquellos coches en llamas, este Brexit
La cuarta entrega de la serie dirigida por Steve McQueen retrata a uno de los mejores autores afrocaribe?os del Reino Unido
La cuarta entrega de Small Axe es una historia real de aprendizaje, el de Alex Wheatle sobre sus ra¨ªces. Wheatle es hoy un exitoso escritor afrocaribe?o de 58 a?os. En 1999 public¨® Brixton Rock, su debut literario, que m¨¢s tarde se convertir¨ªa con gran ¨¦xito en obra de teatro. Nueve a?os m¨¢s tarde fue nombrado Miembro de la Orden del Imperio Brit¨¢nico por la reina Isabel II durante las celebraciones de su jubileo. Se le considera uno de los mejores autores de literatura juvenil de Reino Unido.
Esta pel¨ªcula de apenas una hora de duraci¨®n podr¨ªa considerarse un biopic, pero, a pesar de ser la entrega m¨¢s formalmente convencional de la colecci¨®n, sigue siendo un filme que cuesta encajar en el concepto tradicional de nada, mucho menos de biopic. Acaba justo donde este tipo de cintas empiezan.
Wheatle se crio en orfanatos y hogares de acogida de familias blancas. El resto de la comunidad jamaicana trataba de hacerse valer en una Inglaterra que les hab¨ªa dado la bienvenida, convencida de que su llegada era otro triunfo del Imperio, pero que luego se hab¨ªa dado cuenta que no les quer¨ªa, que el concepto Imperio como un camino ida y vuelta no les interesaba lo m¨¢s m¨ªnimo. El curry es una cena de viernes, no un artefacto cultural. ?l, en cambio, crec¨ªa convencido de que sus problemas ten¨ªan que ver con la falta de padres, no por el color de su piel. Wheatle es el instrumento que utiliza Steve McQueen, director de estas cinco cintas, para explicar el proceso de toma de conciencia de las propias ra¨ªces, el recorrido que media entre ser algo y sentirse ese algo.
La pel¨ªcula arranca con Wheatle, interpretado por Asad-Shareef Muhammad, en prisi¨®n. Est¨¢ ah¨ª por formar parte de los cat¨¢rticos disturbios de abril de 1981 en Brixton, unas jornadas de rabia y fuego que trastornaron a todo Reino Unido y que est¨¢n siempre presentes de manera m¨¢s o menos expl¨ªcita en todo Small Axe. Aquellos altercados forzaron al pa¨ªs a replantearse la relaci¨®n que hab¨ªa establecido con la inmigraci¨®n afrocaribe?a. Un aparte les abri¨® definitivamente las puertas; otra, se las cerr¨® para siempre. De aquellos coches en llamas, este Brexit. En 2019, Wheatle fue elegido por la BBC para relatar su experiencia en aquellos disturbios, y durante su intervenci¨®n record¨® que, cuando entr¨® en prisi¨®n sinti¨® que todos los intentos por superar una infancia traum¨¢tica en una comunidad blanca de Surrex y con una madre de acogida que abus¨® f¨ªsica y verbalmente de ¨¦l, le hicieron sentir que aquello era el final. Buen intento, Alex, pero este es tu sitio. A las 12 puedes salir a pasear por el patio.
La cinta, narrada en flashbacks, se centra exactamente en el trayecto que va desde su llegada al barrio londinense de Brixton hasta su aterrizaje en la c¨¢rcel tras aquellas noches de violencia. Wheatle llega a este enclave afrocaribe?o al sur del T¨¢mesis sin apenas conocimiento de sus or¨ªgenes, No encaja porque no sabe, y los que saben inmediatamente reconocen en ¨¦l a alguien que, en apariencia es casi como ellos, pero que en realidad no es parte del grupo. Pero el grupo est¨¢ demasiado jodido como para negarle la entrada a nadie. El proceso de asimilaci¨®n de los c¨®digos por parte Wheatle forma el grueso de la cinta. En esos momentos en los que ¨¦l se deja el pelo afro o se introduce, como ya sabemos que es inevitable en todas las entregas de Small Axe, en los sonidos jamaicanos, es cuando la pel¨ªcula brilla a trav¨¦s de algo hasta ahora no muy habitual en esta serie: el candor. Wheatle aprende r¨¢pido. Se hace DJ y tiene amigos que trafican con estupefacientes, algo que no es divertido ni deja de serlo, pero que da algo de dinero. Integrarse en su comunidad significa salirse de la sociedad, una sociedad que durante su infancia ya le hab¨ªa lanzado con virulencia mensajes sobre las pocas ganas que ten¨ªa de adoptarle. Una cosa es acoger, otra es adoptar.
McQueen utiliza el aprendizaje de Wheatle como excusa para darnos una lecci¨®n sobre c¨®digos y referentes afrocaribe?os, desde la inevitable m¨²sica hasta la gastronom¨ªa. Esta vertiente did¨¢ctica de la cinta hace que, en ocasiones, se pierda un poco el foco en el personaje, que parece puesto ah¨ª como excusa. Puede ser por la econom¨ªa del metraje o tambi¨¦n por lo acotado en el tiempo que est¨¢ la cinta, pero la sensaci¨®n de que te est¨¢n contando la vida de alguien a quien no logras conocer lo suficiente como para que te importe se sucede durante varios pesajes.
De todas las cintas de Small Axe vistas hasta la fecha, esta comparte con las anteriores una premisa atractiva, pero se queda corta a la hora de cumplir lo que promete. Est¨¢ tan centrada en hacernos el viaje interesante que parece olvidar el destino.
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