Disney+ se olvida de los cl¨¢sicos de la Fox
La plataforma del gigante del entretenimiento solo ofrece tres de las pel¨ªculas producidas entre 1935 y 1974 por el estudio que adquiri¨® en 2019
Disney+ estren¨® el 23 de febrero Star, la marca creada para a?adir a su oferta contenido no familiar, buena parte del mismo proveniente del cat¨¢logo de la Twentieth Century Fox (ahora rebautizada como 20th Century Studios), que The Walt Disney Company adquiri¨® en 2019. Ese d¨ªa, la plataforma incorpor¨® de golpe m¨¢s de dos centenares de pel¨ªculas de la Fox. Pero ninguna anterior a 1975. The Rocky Horror Picture Show, estrenada ese a?o, es la m¨¢s antigua de ese paquete. En Disney+ solo hay tres filmes Fox facturados en fechas precedentes, que, al ser considerados cl¨¢sicos familiares, est¨¢n alojados en la plataforma desde el principio: De ilusi¨®n tambi¨¦n se vive (1947), Viaje al centro de la Tierra (1959) y Sonrisas y l¨¢grimas (1965).
La Twentieth Century Fox naci¨® en 1935 fruto de la fusi¨®n entre Fox Film Corporation, creada por William Fox en 1915 y de Twentieth Century Pictures, que Darryl F. Zanuck y Joseph M. Schenck hab¨ªan montado en 1933. En sus primeras cuatro d¨¦cadas de vida, produjo pel¨ªculas de la mayor¨ªa de los grandes maestros de Hollywood. T¨ªtulos imprescindibles como Las uvas de la ira (1940), ?Que verde era mi valle? (1941), Laura (1944), Pasi¨®n de los fuertes (1946), Eva al desnudo (1950), El buscavidas (1961), MASH (1970) o Contra el imperio de la droga (1971). Grandes ¨¦xitos como La t¨²nica sagrada (1953), primera pel¨ªcula rodada en CinemaScope, el formato panor¨¢mico patentado por el estudio para competir con la televisi¨®n; La tentaci¨®n vive arriba (1955); Dos hombres y un destino (1969); El planeta de los simios (1968), Patton (1970), La aventura del Poseid¨®n (1972) o El jovencito Frankenstein (1974). Filmes de John Ford, Alfred Hitchcock, Howard Hawks, Fritz Lang, Raoul Walsh, Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Nicholas Ray, Elia Kazan... Ninguno de ellos est¨¢ disponible en la plataforma.
La compa?¨ªa no explica los motivos de esas ausencias ni los planes que tiene para esas pel¨ªculas. Solo alega que ¡°ciertos t¨ªtulos¡±, que no precisa, ¡°est¨¢n sujetos a limitaciones¡± como el hecho de que los derechos de emisi¨®n est¨¦n cedidos a alg¨²n otro canal, y que espera que ¡°formen parte de Disney+ en el futuro, una vez que estos expiren¡±.
Elena Neira, profesora de Comunicaci¨®n en la UOC y autora de Streaming Wars. La nueva televisi¨®n, considera que ese podr¨ªa ser un factor en algunos casos, pero a?ade que lo que busca Disney+ con Star es ¡°competir con Netflix¡±, que tampoco juega la baza del cine cl¨¢sico. La diferencia es que si Netflix quisiera hacerlo, tendr¨ªa que pagar los derechos de las pel¨ªculas, y a Disney+ le bastar¨ªa con poner en el escaparate su fondo de armario. Jaume Ripoll, director editorial de Filmin, la plataforma que m¨¢s firmemente ha apostado en Espa?a por el cine cl¨¢sico, explica que, dejando aparte los derechos y, si fuera el caso, el doblaje y la subtitulaci¨®n, los costes de tener alojada una pel¨ªcula en una plataforma ¡°son m¨ªnimos¡±. Aun as¨ª, concluye Neira, ¡°un contenido m¨¢s antiguo no forma parte del ¨¢mbito de preferencias de un consumidor de una plataforma generalista. Y probablemente la comercializaci¨®n de esas pel¨ªculas a trav¨¦s de otros canales sea m¨¢s lucrativa para Disney que tenerlas cautivas en una plataforma propia en la que no aporten valor¡±.
El escaso valor que Disney+ concede al cat¨¢logo con m¨¢s solera de la Fox es a¨²n m¨¢s llamativo porque la plataforma s¨ª aloja, adem¨¢s de los largometrajes cl¨¢sicos animados de Disney y una selecci¨®n de sus cortos, buena parte de las pel¨ªculas de imagen real que la compa?¨ªa con sede en Burbank (California) produjo entre los cincuenta y los setenta. As¨ª, en Disney+ puede encontrarse The Sign of Zorro (1958), un remontaje para su comercializaci¨®n en cine de varios episodios de una popular serie de televisi¨®n que Disney factur¨® sobre el justiciero enmascarado, y en cambio no est¨¢ disponible El signo del Zorro (1940), de la Fox, considerada la mejor versi¨®n de las aventuras del h¨¦roe creado por Johnston McCulley.
El libro La otra Disney. Volumen 1, en el que Alberto Corona desgrana la producci¨®n de largometrajes de imagen real de la compa?¨ªa de 1946 a 1967, recoge un precedente que no deja en buen lugar la actitud que el imperio levantado sobre Mickey Mouse tiene con el patrimonio ajeno: en 1960, poco antes de estrenar Los robinsones de los mares del Sur (Ken Annakin), una adaptaci¨®n de El robins¨®n suizo que constitu¨ªa su pel¨ªcula m¨¢s cara hasta la fecha, la productora adquiri¨® los derechos y todas las copias disponibles de La Familia Robinson (Edward Ludwig), una adaptaci¨®n anterior de la misma novela que la RKO hab¨ªa producido en 1940, y la borr¨® del mapa para que nadie la comparara con la nueva versi¨®n. Durante d¨¦cadas, estuvo desaparecida. Aunque ahora, curiosamente, forma parte del cat¨¢logo de cl¨¢sicos familiares de Disney+.
Corona apunta que Star no es m¨¢s que ¡°un apa?o¡± para dar salida en Europa a las producciones que en Estados Unidos Disney distribuye mediante otras plataformas de su propiedad como Hulu o FX, y no cree que la compa?¨ªa sienta una responsabilidad con la difusi¨®n del patrimonio f¨ªlmico de la Fox ¡°m¨¢s all¨¢ de las pel¨ªculas que le puedan funcionar¡±. La compra ten¨ªa que ver, explica, con la adquisici¨®n de grandes propiedades intelectuales, grandes marcas, como las de X-Men o Alien, pero por lo dem¨¢s, la firma absorbida ¡°ha quedado en segundo plano. Hay muchas pruebas: hace poco cerr¨® Blue Sky, el estudio de animaci¨®n de la Fox, y a muchas de sus pel¨ªculas [nuevas] Disney les ha dado un estreno absolutamente precario¡±.
La postura de Disney+ ahonda el arrinconamiento del cine cl¨¢sico en el magma de la oferta de cine y series de las plataformas, despu¨¦s de que Warner cerrara a finales de 2018 FilmStruck, el servicio que hab¨ªa creado para cubrir ese nicho de mercado, y optara, para competir de t¨² a t¨² con Netflix, por la creaci¨®n de HBO Max, que en Espa?a a¨²n no opera pero cuyo catal¨®go en Estados Unidos apenas incluye tampoco largometrajes anteriores a los ochenta. En Espa?a, adem¨¢s de Filmin, ese hueco lo cubren sobre todo MUBI y, por lo que respecta a cine espa?ol, FlixOl¨¦. Y tanto Movistar+ como ¨²ltimamente tambi¨¦n Amazon incluyen en sus cat¨¢logos pel¨ªculas antiguas. Jaume Ripoll asegura que llegar a acuerdos con grandes compa?¨ªas de Hollywood para ofrecer t¨ªtulos cl¨¢sicos ¡°no es sencillo y no siempre es posible¡±. Filmin los tiene con Universal, MGM y Sony, pero no con Disney o Warner, ambas con plataformas propias. ¡°Me encantar¨ªa tener el cat¨¢logo de cl¨¢sicos que tienen¡±, apunta sobre Disney+. ¡°Y, por la parte que nos toca¡±, zanja, ¡°mejor que sigan as¨ª¡±, sin apostar por ellos.
Ludovico Longhi, profesor de historia y teor¨ªa del cine en la UAB, considera que lo ideal ser¨ªa que las grandes productoras que disponen de plataforma propia ¡°lo tuvieran todo a disposici¨®n¡±, pero entiende que ¡°no lo consideran interesante ni rentable¡±, y le quita hierro al asunto. Longhi considera significativo que sea un estudio como Disney, que desde sus inicios tuvo una mentalidad ¡°multimedia, en el sentido de pensar en una rentabilidad m¨¢s all¨¢ de la taquilla, fuera con c¨®mics o cromos de sus personajes o con sus parques tem¨¢ticos¡±, quien haya fagocitado a la Fox, una de las productoras junto con Paramount y MGM, que m¨¢s fuerte apostaron en los cincuenta por el gigantismo para competir con la televisi¨®n. ¡°Sus pel¨ªculas eran las m¨¢s grandes, las m¨¢s espectaculares¡±. Para la Disney, una plataforma constituye ¡°un escaparate magn¨ªfico¡± para el merchandising que siempre ha exprimido la compa?¨ªa. En cambio, ¡°es complicado encontrar un p¨²blico que se ponga ante una plataforma para ver una de Marilyn Monroe o una vieja superproducci¨®n de la Fox¡±.
De ah¨ª, entiende Longhi, que genere mucha m¨¢s controversia cualquier atisbo de censura aplicada en aras de lo pol¨ªticamente correcto, como por ejemplo la restricci¨®n que aplic¨® la propia Disney al acceso de los ni?os m¨¢s peque?os a pel¨ªculas como Dumbo por incluir estereotipos racistas, que esta invisibilizaci¨®n dictada en cambio por mero calculo de rentabilidad empresarial. ¡°Hay mucha m¨¢s atenci¨®n a cuestiones relativas a los valores, temas sobre los que somos mucho m¨¢s sensibles, pero la marginaci¨®n del cat¨¢logo de cl¨¢sicos ¡°no genera ninguna sensaci¨®n de p¨¦rdida o de ofensa entre un p¨²blico que no lo conoce¡±, concluye. ¡°Y a los que nos gustan esas pel¨ªculas, las buscamos en otros sitios. Eso es igual que antes [de las plataformas]: la idea de tener que buscar una pel¨ªcula, y la emoci¨®n de encontrarla¡±.
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