Cleopatra era la mujer maravilla

El esplendor del cine del p¨¦plum pas¨® hace d¨¦cadas, y ya apenas se estudian lat¨ªn y griego, pero la fascinaci¨®n por el mundo cl¨¢sico se mantiene intacta. Aquellas civilizaciones de la antig¨¹edad explican lo que somos y no hay forma de arrinconarlas.

Se prepara una versi¨®n actual de la Cleopatra de Joseph L. Mankiewicz de 1963, esa en la que Elizabeth Taylor y Richard Burton rebosaban tensi¨®n sexual ficticia y real. La dirigir¨¢ Patty Jenkins con la israel¨ª Gal Gadot como protagonista (no sin pol¨¦mica por su origen). Ambas sacaron adelante Wonder Woman; les toca cambiar de registro en el duro reto de revisar con ojos de hoy una obra maestra del cine.

Trato de abrir boca con el documental canadiense Descubriendo a Cleopatra (en Movistar+). Sostiene la idea de que desde Plutarco hasta Hollywood, pasando por Shakespeare (y podr¨ªan citar a Terenci Moix), se impuso una visi¨®n erotizada de la ¨²ltima reina egipcia, bien la de una seductora manipuladora, bien la de una enamorada dependiente de sus poderosas parejas. Y no: Cleopatra era una l¨ªder audaz, culta, pol¨ªglota y gran estratega.

El reportaje cojea cuando afirma que su aspecto no era tan imponente ni tan importante, pero dedica muchos minutos a analizarlo, hasta llegar a una recreaci¨®n en 3D de su rostro a partir del que aparec¨ªa en las monedas. M¨¢s interesantes las r¨¦plicas digitales de Alejandr¨ªa en su apogeo o del barco-palacio que mand¨® construir para su entrada triunfal en Tarso al encuentro de Marco Antonio.

Y tambi¨¦n discutible la apuesta por una investigaci¨®n cuestionada por otros expertos: la de la arque¨®loga dominicana Kathleen Martinez, que cava y cava en el templo de Taposiris Magna, cerca de Alejandr¨ªa, y vemos que encuentra dos momias, ninguna de las dos la que buscaba. La de la reina eterna cuyo mito siempre brillar¨¢ m¨¢s que una historia que calla parte de la verdad.

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