¡®La edad de la ira¡¯: luminosidad adolescente contra la oleada hom¨®foba en Espa?a

Nando L¨®pez, un exprofesor de instituto reconvertido en prol¨ªfico y exitoso escritor, public¨® La edad de la ira en 2010, cinco a?os despu¨¦s de que el Gobierno de Zapatero aprobara la ley de matrimonios del mismo sexo. Lo hizo porque ¡°necesitaba vomitar la violencia¡± a la que estaba asistiendo en esos momentos en las clases, explica ¨¦l mismo una tarde de mediados de octubre, durante el rodaje que adapta su texto a la televisi¨®n.

¡°Quer¨ªa contar que la homofobia segu¨ªa existiendo entonces, a pesar de que el marco legal parec¨ªa decir lo contrario, y que comparte ra¨ªces con la violencia machista. Han pasado 11 a?os y deber¨ªamos poder decir que estas cosas ya no suceden, pero no solo ocurre sino que est¨¢n legitimadas por partidos pol¨ªticos¡±, lamenta.

La serie hom¨®nima que prepara Atresmedia TV en colaboraci¨®n con Big Bang Media (The Mediapro Studio) y Masficci¨®n est¨¢ protagonizada por Manu R¨ªos (?lite) y podr¨¢ verse a principios de 2022 en Atresplayer Premium. Muestra en cuatro cap¨ªtulos las dificultades que, en en estos momentos, viven los adolescentes para afrontar su identidad sexual y las trabas que encuentran en el sistema educativo y en sus propias familias.

La trama, adaptada a la juventud espa?ola actual, arranca con el brutal asesinato de un hombre, presuntamente a manos de su hijo Marcos, un adolescente popular y sin problemas aparentes. A lo largo de los episodios, el espectador conocer¨¢ m¨¢s sobre el joven y su entorno: sus mejores amigos, su vida en el instituto y su complicada situaci¨®n familiar. Asuntos como la LGTBIfobia y el acoso planean sobre el relato, pero tambi¨¦n la luminosidad propia de la adolescencia, a trav¨¦s de la amistad forjada por un grupo de amigos interpretados por el propio R¨ªos junto a Amaia Aberasturi y Daniel Ib¨¢?ez. ¡°Hay algo en la serie que suma un punto de esperanza a la cr¨ªtica social que escrib¨ª¡±, celebra L¨®pez sobre esta adaptaci¨®n de un texto que La Joven Compa?¨ªa llev¨® al teatro en 2017 y amplific¨® su potencial pedag¨®gico.

Para Jes¨²s Rodrigo, director de la serie, uno de los objetivos de este relato para todos los p¨²blicos es generar conversaci¨®n entre padres e hijos y que ¡°el espectador no se quede sentado en el sof¨¢, sino que est¨¦ metido en la historia, entre los personajes¡±, dice. ¡°Queremos mostrar la poes¨ªa de esa ¨¦poca de la vida, pero tambi¨¦n aportar grandes dosis de realismo¡±, contin¨²a. ?l mismo sorprendi¨® a su hijo de 14 a?os viendo una serie como Breaking Bad, ¡°que puede educarle visualmente, pero que me preocupaba por los temas que trataba. Me sent¨¦ a hablar con ¨¦l y vi que entend¨ªa lo que se contaba en ella¡±, comenta.

Regresi¨®n en las aulas

Aunque ya no es profesor, L¨®pez sigue acudiendo a las aulas para dar charlas en torno a sus libros. En ellas ha seguido notado la regresi¨®n experimentada en ellas desde que escribi¨® la novela, incluyendo a profesores que censuran textos LGTBI+ por considerarlos ideolog¨ªa de g¨¦nero o alumnos cuyos padres les proh¨ªben acudir a sus coloquios.

Solo en los ¨²ltimos meses, se han encadenado la muerte de Samuel Luiz a las puertas de una discoteca de A Coru?a, (la investigaci¨®n est¨¢ abierta y el entorno de la v¨ªctima denuncia que fue una agresi¨®n hom¨®foba) la manifestaci¨®n nazi celebrada en Chueca y la detenci¨®n de varios menores por agredir a una pareja homosexual en Elche. En 2019 hubo un significativo aumento entre los delitos por orientaci¨®n sexual e identidad de g¨¦nero. Fueron 278 casos, un 8,6% m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n datos del Ministerio del Interior. En 2020 solo se registr¨® un caso menos, a pesar de ser un a?o de confinamiento y restricciones por la pandemia del coronavirus.

¡°La edad de la ira, al igual que Veneno y Cardo, llega en un momento exacto, presentando un reflejo de la realidad muy oportuno y que remueve al espectador¡±, asegura Montse Garc¨ªa, directora de ficci¨®n de Atresmedia TV sobre la apuesta de Atresplayer Premium por este tipo de contenidos.

En la escena que el equipo de La edad de la ira est¨¢ rodando en un instituto del norte de Madrid, durante una de sus ¨²ltimas jornadas de trabajo, tiene lugar una conversaci¨®n muy ¨ªntima entre el protagonista y su profesor de Literatura, que le ofrece su ayuda m¨¢s all¨¢ del horario lectivo. El personaje adulto, que interpreta Eloy Azor¨ªn, sirve de met¨¢fora de las vivencias pasadas de Nando L¨®pez. ¡°En ¨¦l se refleja la impotencia que sienten los profesores, saturados y sin medios, ante situaciones tan graves y tan cotidianas como la de Marcos¡±, comenta el escritor.

¡°Un libro o una serie de televisi¨®n puede hacer mucho m¨¢s que mil reportajes o mil mensajes en Twitter. Tenemos tanta sobreinformaci¨®n, que es muy dif¨ªcil que las cosas nos afecten. Y un relato como este, contado de una forma tan honesta, puede tocar la tecla necesaria para lograrlo¡±, explica Azor¨ªn. Manu R¨ªos, sobre el que recae, a su 22 a?os, el peso de toda la trama, admira la ¡°evoluci¨®n que experimenta el personaje de Marcos, que comienza siendo un adolescente muy perdido¡±. Por su experiencia no muy lejana como alumno de instituto cree que la concienciaci¨®n con asuntos como el acoso y la homofobia ¡°comienza en los institutos y en los hogares¡±, dice justo antes de rodar su escena junto a Azor¨ªn.

¡°La adolescencia siempre ha sido una edad compleja y profunda que nos marca para siempre. Pero antes se contaba desde el prejuicio del estereotipo¡±, recuerda L¨®pez. Azor¨ªn, que ya aparec¨ªa en pantalla a finales de los noventa, antes de cumplir los 20 a?os, admite que el trabajo de R¨ªos al encarnar a j¨®venes actuales es m¨¢s complicado que en su ¨¦poca: ¡°Ahora hay m¨¢s capas a la hora de representar a un adolescente. Hay que ser muy respetuoso con asuntos como el f¨ªsico o la sexualidad, que antes pas¨¢bamos por encima¡±.

¡°Siento que hay un compromiso del equipo por contar la historia desde un lugar que emocione, pero que al mismo tiempo haga pensar. Si ha habido un momento en que era necesario rodar La edad de la ira es ahora¡±, asegura su autor.

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