El ¡®caso Lineker¡¯ destapa el control del Partido Conservador sobre la independencia de la BBC
La suspensi¨®n del presentador y exfutbolista por sus cr¨ªticas a la nueva ley de inmigraci¨®n o el ocultamiento de un programa de David Attenborough sobre el da?o al medio ambiente en el Reino Unido desatan la pol¨¦mica. Rishi Sunak intenta tomar distancia de la pol¨¦mica.
La decisi¨®n de la BBC de suspender al exfutbolista, presentador y estrella medi¨¢tica Gary Lineker de su papel al frente del popular programa Match of the Day (el partido del d¨ªa) por criticar en las redes sociales la nueva pol¨ªtica de inmigraci¨®n del Gobierno de Rishi Sunak ha desatado una rebeli¨®n interna en la corporaci¨®n p¨²blica brit¨¢nica y un debate p¨²blico de dimensiones inesperadas. Una tras otra, las grandes estrellas de la informaci¨®n deportiva de la BBC han anunciado este s¨¢bado que no se sentar¨¢n delante de las c¨¢maras, en solidaridad con Lineker. Y el exdirector general de la corporaci¨®n Greg Dyke ha se?alado el riesgo de que la ciudadan¨ªa perciba que la BBC se pliega cobardemente ante las presiones del Gobierno.
Como un sofisticado n¨²mero de prestidigitaci¨®n en el que se desv¨ªa la atenci¨®n del espectador hacia el lado equivocado, el Partido Conservador del Reino Unido lleva a?os clamando contra el supuesto sesgo izquierdista de la BBC mientras invad¨ªa los puestos de mando de la corporaci¨®n p¨²blica y socavaba su independencia econ¨®mica y editorial.
Dos decisiones, torpes y dr¨¢sticas, han expuesto esta semana la debilidad de una instituci¨®n brit¨¢nica que, hasta hace nada, era casi tan intocable como la mism¨ªsima monarqu¨ªa. El viernes, la direcci¨®n del ente decid¨ªa suspender a Lineker de su puesto como presentador. La BBC ced¨ªa a las presiones de diputados y opinadores conservadores, y de la propia ministra del Interior, Suella Braverman. Lineker lleg¨® a comparar el lenguaje utilizado por la ministra para defender la nueva ley con el empleado en la Alemania nazi de los a?os previos a la II Guerra Mundial. ¡°Esta [el nuevo proyecto de ley] es simplemente una medida pol¨ªtica incre¨ªblemente cruel que va dirigida contra las personas m¨¢s vulnerables, en un lenguaje que no difiere mucho del que se usaba en la Alemania de los a?os treinta. ?Y soy yo el que me he salido de tono?¡±, escrib¨ªa en Twitter el exfutbolista.
Braverman, casada con un jud¨ªo, encabezaba todo el caudal de respuestas airadas que cosechaba Lineker entre los conservadores. Acusaba al presentador de ¡°degradar la inenarrable tragedia¡± del Holocausto [al que el presentador nunca hizo referencia] y describ¨ªa su comparaci¨®n como ¡°perezosa y de poca utilidad¡±.
Nada m¨¢s conocer que la BBC ced¨ªa a las presiones y suspend¨ªa al presentador, el resto de los colaboradores del programa (Ian Wright, Alan Shearer o Jermaine Jenas) anunciaban que no acudir¨ªan al plat¨®, en solidaridad con Lineker. Una rebeli¨®n en toda regla que derivaba en una emisi¨®n de s¨¢bado que se prev¨¦ sin presentadores ni comentaristas, solo con las mejores im¨¢genes de los encuentros de la jornada.
Everybody knows what Match of the Day means to me, but I¡¯ve told the BBC I won¡¯t be doing it tomorrow. Solidarity.
— Ian Wright (@IanWright0) March 10, 2023
No solamente el programa deportivo estrella de la cadena se ve¨ªa afectado. Otros formatos, como Football Focus o Final Score, ten¨ªan que retirarse tambi¨¦n de la pantalla por el rechazo de su personal a colaborar. La BBC ha tenido que pedir perd¨®n a sus empleados y a los espectadores por los vac¨ªos en la programaci¨®n: ¡°Sentimos todos estos cambios y entendemos que decepcionar¨¢n a los seguidores de los deportes de la BBC. Estamos trabajando duro para solucionar este situaci¨®n y confiamos en hacerlo pronto¡±, dec¨ªa la corporaci¨®n en un comunicado.
El director general de la cadena, Tim Davie, responsable ¨²ltimo de la decisi¨®n de suspender al presentador, tambi¨¦n ha pedido disculpas a los telespectadores. ¡°Para mi el mejor resultado de todo esto ser¨¢ lograr que Gary vuelva a salir en antena¡±, ha dicho en una entrevista a la propia BBC en la que ha prometido que revisar¨¢ las reglas de imparcialidad impuestas a colaboradores como el exfutbolista.
¡°La BBC no est¨¢ actuando de un modo imparcial al ceder ante las presiones de todos los diputados conservadores que se han quejado de Gary Lineker¡±, ha denunciado el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer, que se sumaba a los miles de comentaristas, deportistas, aficionados y ciudadanos que han estallado contra la decisi¨®n de la cadena. ¡°Estoy con Gary. Los inmigrantes son bienvenidos¡±, rezaban muchas de las pancartas mostradas por los seguidores del Leicester City, el primer club en el que jug¨® el exfutbolista. Lineker se ha dejado ver con su hijo este s¨¢bado en el partido que enfrentaba al equipo contra el Chelsea.
La Asociaci¨®n de Periodistas Deportivos de Gran Breta?a ha emitido un comunicado en el que muestra ¡°su completo apoyo a sus socios y otros colegas de la profesi¨®n en defensa de la libertad de expresi¨®n¡±, afirma su solidaridad con Lineker y advierte de que seguir¨¢ con atenci¨®n el desarrollo del caso.
A media tarde de este s¨¢bado, el primer ministro Sunak, consciente de que la marea se estaba volviendo claramente en contra de su nueva pol¨ªtica de inmigraci¨®n y del Partido Conservador, intentaba tomar distancia: ¡°Es un gran futbolista y un presentador con gran talento¡±, ha descrito a Lineker, y ha deseado que su disputa con la BBC ¡°se resuelva cuanto antes¡±. Oficialmente, la cadena suspendi¨® al presentador mientras ¡°llegaban a un acuerdo sobre su uso de las redes sociales¡±. Sunak ha insistido en que se trata de un asunto interno de la cadena en el que no debe entrar el Gobierno, y se ha limitado a defender su nuevo proyecto para poner freno a la crisis migratoria.
Ocultamiento de David Attenborough
Y esta misma semana, a trav¨¦s de una exclusiva del diario The Guardian, se conoc¨ªa tambi¨¦n que la BBC hab¨ªa decidido retirar de su programaci¨®n en antena ¡ªpara emitirlo ¨²nicamente en su servicio de streaming BBC iPlayer¡ª el sexto episodio de Wild Isles (islas salvajes). Se trata de un documental sobre la naturaleza y los ecosistemas que forman el Reino Unido, al frente del cual est¨¢ el naturalista David Attenborough, por quien los brit¨¢nicos sienten una veneraci¨®n solo comparable con la que sintieron en su d¨ªa por Isabel II. El diario conservador The Daily Telegraph hab¨ªa denunciado previamente que la BBC, con un presupuesto cada vez m¨¢s limitado para competir con otras plataformas televisivas, hubiera permitido que dos organizaciones no gubernamentales produjeran y financiaran en gran parte los documentales. WWF UK (World Wildlife Fund) y RSPB (Royal Society for the Protection of Birds), que participan activamente en el debate p¨²blico y pol¨ªtico brit¨¢nico, no son muy del agrado de ciertos sectores conservadores. Sus recientes cr¨ªticas a la relajaci¨®n de las normas de planificaci¨®n urban¨ªstica en todo el pa¨ªs, impulsada por el Gobierno de Sunak, no sentaron bien en Downing Street.
WWF y RSPB produjeron y financiaron por su cuenta el sexto episodio, en el que tambi¨¦n quiso colaborar Attenborough. Describ¨ªan en ¨¦l las zonas del Reino Unido m¨¢s esquilmadas por el hombre, e inclu¨ªan algunos ejemplos del llamado rewilding, el m¨¦todo para permitir que un ecosistema vuelva a su estado natural anterior. Un modo de quitar poder sobre la naturaleza a las autoridades locales que solivianta especialmente a grupos de extrema derecha.
¡°Creo que los hechos hablan por s¨ª mismos. Hemos trabajado mucho con RSPB, que ha revisado nuestros guiones para comprobar los datos y nos ha aportado informaci¨®n cient¨ªfica sobre la p¨¦rdida de vida salvaje en este pa¨ªs¡±, explicaba a The Guardian Laura Howard, una de las personas que Silverback Films, la productora de la serie, puso al frente de la elaboraci¨®n del documental.
Los responsables de la BBC decidieron que ese episodio, que intuyeron ser¨ªa el m¨¢s criticado por pol¨ªticos y analistas conservadores, ser¨ªa emitido ¨²nicamente por su servicio de streaming. ¡°La historia es completamente inexacta¡±, respond¨ªa la BBC ante la sugerencia de una posible censura. ¡°Nunca hubo un sexto episodio. Wild Isles fue siempre un documental con cinco entregas, que no reh¨²ye aportar argumentos medioambientales. Y decidimos adquirir por separado, para iPlayer, una pel¨ªcula producida por Silverback Films, WWF y RSPB sobre las personas que trabajan por preservar y reestablecer la biodiversidad en las islas brit¨¢nicas¡±, se defend¨ªa la corporaci¨®n p¨²blica.
El poder conservador en la BBC
La pugna entre el Partido Conservador y la BBC es un cl¨¢sico. Los tories han visto siempre en la independencia desplegada por el ente en la cobertura de las noticias un sesgo izquierdista intolerable. Daba igual que la institucionalidad demostrada por la cadena en momentos como el fallecimiento del pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo, no digamos durante los 10 d¨ªas de luto por Isabel II, fuera de tal magnitud como para desatar las cr¨ªticas furibundas de la izquierda.
La tensi¨®n se vio agravada durante la campa?a del refer¨¦ndum del Brexit y los a?os posteriores. La presentaci¨®n objetiva de las nefastas consecuencias que analistas o empresarios predec¨ªan para el pa¨ªs a causa de su salida de la UE irritaba profundamente al sector euroesc¨¦ptico, que dominaba el Partido Conservador.
Fue la tormenta perfecta para la BBC, porque coincidi¨® con una ¨¦poca de escasos recursos y bajas audiencias, al ver c¨®mo gran parte de su p¨²blico tradicional emigraba a nuevas plataformas televisivas como Netflix. En los ¨²ltimos a?os ha habido cientos de despidos y cierre de emisoras locales o servicios internacionales en otras lenguas. La corporaci¨®n se financia con una tasa anual de unos 180 euros (159 libras), que todos los usuarios est¨¢n obligados a pagar a riesgo de incurrir en una falta que puede ser sancionada con m¨¢s de 1.100 euros de multa.
Los ¨²ltimos gobiernos conservadores ¡ªen especial el de Boris Johnson¡ª han blandido constantemente la amenaza de ¡°despenalizar¡± el impago de la tasa, lo que supondr¨ªa que, a falta de esa presi¨®n, ser¨ªan muchos los ciudadanos que dejar¨ªan de pagar.
Pero en medio de este tira y afloja, Downing Street ha ido colocando a los suyos en el ente p¨²blico. El actual presidente, Richard Sharp, es un exbanquero de inversi¨®n que ha donado casi medio mill¨®n de euros al Partido Conservador, y que intermedi¨® para que Boris Johnson recibiera un pr¨¦stamo de 900.000 euros cuando se vio obligado a reembolsar los gastos de decoraci¨®n de la residencia oficial en Downing Street mientras deb¨ªa, adem¨¢s, hacer frente a los pagos a su exmujer, Marina Wheeler. A pesar de haber sido investigado internamente, Sharp dej¨® claro que no se le pasaba por la cabeza dimitir.
Tim Davie, el actual director general de la BBC, estuvo al frente de la agrupaci¨®n local del Partido Conservador en el distrito londinense de Hammersmith-Fulham. Se present¨® como candidato en varias elecciones locales. Bajo su mandato, desde septiembre de 2020, se han impuesto reglas severas a los trabajadores del ente respecto al uso de las redes sociales. ?l fue el creador de la conocida como cl¨¢usula Lineker, que extend¨ªa la obligaci¨®n de abstenerse de comentar la pol¨ªtica a colaboradores externos en programas de entretenimiento.
Robbie Gibb, que fue director de comunicaci¨®n del Gobierno de la ex primera ministra conservadora Theresa May, forma hoy parte del Consejo de Administraci¨®n de la BBC. Antes de su puesto en Downing Street, fue el director de la programaci¨®n pol¨ªtica de la cadena.
BBC tiene, o ha tenido, en n¨®mina a periodistas notablemente conservadores como Andrew Neil, que dirigi¨® la revista The Spectator (la biblia de los tories) o el Sunday Times del empresario Rupert Murdoch. O a Jeremy Clarkson, que adem¨¢s de presentar en la cadena p¨²blica programas de motor escribe columnas en el tabloide conservador The Sun. En la ¨²ltima, por la que tuvo que pedir disculpas p¨²blicas, deseaba que Meghan Markle, la esposa del pr¨ªncipe Enrique, ¡°fuera obligada a desfilar desnuda por las calles de cada ciudad del Reino Unido mientras la muchedumbre le grita ¡®?verg¨¹enza!¡¯ y le arroja excrementos¡±.
Clarkson sigue trabajando para la BBC. Lineker, de momento, est¨¢ fuera. Y son cientos de miles los ciudadanos que han expresado en las redes sociales su apoyo a quien fue uno de los mejores delanteros del mundo, y su indignaci¨®n por las represalias sobre un presentador extremadamente popular que se limit¨® a expresar su opini¨®n ¡ªampliamente compartida en el Reino Unido¡ª sobre una ley que deja desamparados a los inmigrantes irregulares. Tan desamparados, por lo que parece, como los espectadores de la BBC.
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