¡®Los pilares del tiempo¡¯ invita a hacer un tour privado por los edificios del patrimonio espa?ol a golpe de clic

Franco vivi¨® durante casi 40 a?os en el Palacio de El Pardo (Madrid). All¨ª no solo trabajaba, era capaz de huir de la censura que ¨¦l mismo impon¨ªa a los productos culturales. El dictador reutiliz¨® el antiguo teatro de corte de Carlos III para ver las pel¨ªculas del momento e incluso disfrutar de conciertos privados de cantantes como Lola Flores. Esta parte de la historia la recoge la segunda temporada de Los pilares del tiempo, una producci¨®n de La 2 que revisita cada jueves a las 22.00 monumentos hist¨®ricos como nunca antes en Espa?a: utilizan un esc¨¢ner que permite a los espectadores transitar por espacios nunca antes visitados.

El espectador ve el edificio como si de un videojuego se tratara ¡ªel programa de digitalizaci¨®n es muy parecido a jugar a Los Sims¡ª. El esc¨¢ner no capta una imagen, sino millones de puntos geolocalizados que luego reproduce en un ordenador y crean el volumen del edificio, en este caso, el Pardo. De esta forma, como entre los puntos no existe nada, la c¨¢mara puede atravesar cualquier pared o elemento y sit¨²a cada habitaci¨®n en su contexto. ¡°La gente que ve nuestros cap¨ªtulos ya no visita los monumentos como antes, ahora los entienden espacialmente¡±, asegura el productor ejecutivo Antonio L¨®pez Pulido.

El equipo estaba buscando los frescos renacentistas ¡°m¨¢s bonitos de Espa?a¡±, situados en el Torre¨®n de Gaspar Becerra del Pardo, cuando se encontraron con la sala de cine. ¡°Hay edificios con estancias que no conoces o que en un primer momento no consideras relevantes, pero est¨¢bamos decidiendo por d¨®nde entrar al edificio cuando vimos un cacharrito ah¨ª¡±, relata L¨®pez Pulido. Ah¨ª estaba el teatro que pudieron ver gracias a que el esc¨¢ner reproduce los edificios por capas. ¡°Se convierten en tartas a las que puedes quitar los pisos y en casas de mu?ecas que se abren y ense?an las estancias para adentrarte en cada rinc¨®n de cada planta¡±, explica.

A golpe de clic, el productor puede dar un tour privado por cualquier edificio del patrimonio espa?ol que hayan digitalizado. La Cueva de Altamira, la plaza del Torico, la Catedral de Teruel, el Pilar de Zaragoza, el Palacio Real o Atapuerca son algunos de los 38 monumentos que ser¨¢n diseccionados en la segunda temporada.

Para digitalizar el Palacio Real de Madrid, el ingeniero tard¨® entre siete y ocho d¨ªas. En los cuatro primeros se recorri¨® todas las estancias para captar, desde diferentes perspectivas, cada una de ellas desde las diez de la noche hasta las ocho de la ma?ana. El resto de su trabajo, cuando ya ten¨ªa m¨¢s de 300 escaneados, fue unir todas las nubes de puntos de forma manual hasta crear una r¨¦plica digital. Pero el esc¨¢ner no puede recoger informaci¨®n por encima de los edificios, solo lo hace a la altura de los ojos. Para los exteriores, el programa utiliza drones.

El equipo ha trabajado durante ocho meses ¡ªy a¨²n siguen editando y locutando¡ª para realizar los 10 cap¨ªtulos de los que consta esta temporada. Lo m¨¢s complicado es la grabaci¨®n en exteriores, explican las presentadoras y actrices Lidia San Jos¨¦ (Paquita Salas, A las once en casa) y Leonor Mart¨ªn (F¨ªsica o Qu¨ªmica, El secreto de Puente Viejo). Pensaban que, al estar acostumbradas a los rodajes, este ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil, pero se equivocaban. La mayor diferencia es que han dejado de ser un personaje para ser ellas. A San Jos¨¦ se le despert¨® el s¨ªndrome de la impostora: ¡°Al principio ten¨ªa p¨¢nico a que me despidieran¡±.

Mart¨ªn es arquitecta y San Jos¨¦ es historiadora, lo que les permite identificar cosas que no est¨¢n en los guiones. Adem¨¢s, la cercan¨ªa de las series en las que han participado con los j¨®venes atrajo en un primer momento a este p¨²blico, aunque piensan que es la calidad del programa la que los fideliz¨®. ¡°El ¨¦xito reside en que es entretenido y se aleja de la idea de aburrimiento que asociamos con los documentales¡±, reflexiona San Jos¨¦.

La principal diferencia con la primera temporada es que se han centrado m¨¢s en personajes concretos y que por primera vez se han acercado a los anales de la historia. ¡°Estar en Atapuerca fue un sue?o¡±, se?ala San Jos¨¦. La actriz se declara fan de la prehistoria porque es una de las ¨¦pocas m¨¢s importantes para entender c¨®mo ha llegado el ser humano hasta hoy, y del paleont¨®logo Juan Luis Arsuaga, quien recorri¨® con ella las instalaciones.

La tercera pata fundamental del programa son los expertos. ¡°Imag¨ªnate un edificio o una historia que has estudiado de peque?a y quien te abre las puertas y te lo ense?a es casi el due?o porque se conoce todos los recovecos y las an¨¦cdotas que no est¨¢n en los libros¡±, afirma Mart¨ªn. La serie resalta las luces y sombras de los personajes y, a la vez y sin pretenderlo, las de los propios investigadores.

Entre los m¨¢s de 100 expertos que han entrevistado para el programa, las presentadoras se han encontrado con respuestas de todo tipo. ¡°Uno me dijo que la gente ahora era lesbiana, transexual... y que ya no quedaba gente normal¡±, recuerda San Jos¨¦. Hay expertos que ensalzan una figura hist¨®rica concreta y cuesta reconducir la conversaci¨®n. Pero hay otros como Pedro Saura, quien, junto a su esposa, pint¨® la r¨¦plica de la Cueva de Atapuerca que se visita en la actualidad, que San Jos¨¦ recuerda con mucho cari?o. ¡°Descubres que las eminencias, que tienen una imagen de inaccesibles, son verdaderos seres humanos maravillosos y abrazables¡±, comenta emocionada.

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