El Mundial del 82 fue de Gentile y otras historias del f¨²tbol de pillos
¡®La hora de la verdad¡¯ recuerda momentos ¨¦picos de todas las Copas del Mundo. La nostalgia tiende trampas cuando a?oramos el juego de otros tiempos

Un anciano Sandro Pertini saltando en pie en el palco, un jeque kuwait¨ª bajando a protestar al ¨¢rbitro y logrando anular un gol, El Molin¨®n cantando ¡°que se besen¡± durante un empate ama?ado, la en¨¦sima decepci¨®n de La Roja, el Naranjito, los fasc¨ªculos de Forges. Los que ¨¦ramos adolescentes cuando se celebr¨® el Mundial de Espa?a de 1982 no volveremos a sentir lo mismo con el que vuelve en 2030. No ya porque la FIFA rompa la magia del acontecimiento con ese reparto en seis pa¨ªses y tres continentes, con esos m¨¢s de cien partidos entre 48 equipos, que necesariamente bajar¨¢n el nivel. Sino, sobre todo, porque no somos los mismos, ese problema es nuestro.
El f¨²tbol forma parte de la memoria sentimental de buena parte de la humanidad. La serie brit¨¢nica La hora de la verdad, en Movistar+, trata de refrescar en nuestras cabezas, o darnos a conocer, las historias m¨¢s ¨¦picas de todas las Copas del Mundo, con apoyo de la FIFA. En sus 10 cap¨ªtulos no hay tantas im¨¢genes de partidos, se agradecer¨ªa alguna m¨¢s, pero s¨ª entrevistas con los protagonistas y con testigos de esas gestas. El foco es amplio, desde Yashin o Garrincha hasta Messi o Mbapp¨¦, pasando por Beckenbauer, Cruyff, Zidane o Iniesta. Con alguna mirada a los perdedores, como aquel Zaire que encaj¨® un 9-0 o aquel El Salvador que se llev¨® un 10-1; tambi¨¦n a los momentos feos, como la llamada batalla de Santiago en un Chile-Italia de 1962. Y con historias de los mundiales femeninos que recordar¨ªamos si los hubi¨¦ramos seguido (no, el primero no fue el de S¨ªdney): las de la asombrosa Marta, de Brasil, o la portera Christiane Endler, de Chile.
Es un sesgo de la serie dar muchos minutos a Inglaterra, cuyos duelos con Argentina se presentan como la mayor rivalidad en la historia del torneo. Es un poco exagerado mostrar como una historia de redenci¨®n que David Beckham marcara de penalti a Argentina, desquit¨¢ndose de una expulsi¨®n absurda anterior por la que fue vapuleado, sin llegar mucho m¨¢s lejos tampoco esta vez. Eso s¨ª, los ingleses tienen que rendirse a Maradona, que en el Mundial de M¨¦xico de 1986, en solo cuatro minutos, les hizo dos goles para la historia, uno con la mano y otro regateando a todo el que se le cruzaba. Eso s¨ª que lo record¨¢bamos.
De 1982 se repasa el triunfo contra pron¨®stico de Italia, que no contaba entre los favoritos. Empez¨® con tres empates, y su delantero Paolo Rossi llegaba en mala forma tras dos a?os sancionado (por ama?ar partidos). En la segunda fase la Azzurra cay¨® en el grupo de la muerte, con la Argentina de un joven Maradona y el fabuloso Brasil de S¨®crates, Falcao y Zico. Al Pelusa lo sec¨® el central Claudio Gentile cosi¨¦ndolo a patadas, alguna de las cuales duelen con verlas en televisi¨®n; ante Brasil, Gentile se las vio con Zico, a quien desgarr¨® la camiseta, y se desat¨® Rossi con sus goles, que sigui¨® marcando hasta la final que puso en pie a su presidente. Gentile presume as¨ª de su gesta, muy celebrada en el pa¨ªs del catenaccio: ¡°Ser astuto es hacer una falta sin que te pillen, porque es f¨¢cil hacer una falta flagrante. Digamos que yo era bueno en eso¡±. Cuenta tambi¨¦n que Maradona le dijo de todo para sacarlo de sus casillas, lo que no logr¨®; ambos se quedaron en la tarjeta amarilla, uno por dar duro y otro por protestar que le daban duro.
La nostalgia nos tiende trampas. ?Acaso hay que a?orar aquel f¨²tbol? Hoy Gentile habr¨ªa sido expulsado y el gol de la mano de Dios lo habr¨ªa anulado el VAR del que tanto nos quejamos. Pero en nuestras j¨®venes memorias quedaron grabadas esas piller¨ªas, que eran tambi¨¦n lecciones para la vida.
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