Un valle anclado en el pasado y un pueblo m¨ªstico: viaje al coraz¨®n del ¡®thriller¡¯ ¡®Segunda muerte¡¯
Despu¨¦s de desarrollar historias de cr¨ªmenes en el pirineo aragon¨¦s y la sierra mallorquina, Agust¨ªn Mart¨ªnez, uno de los tres escritores que forman Carmen Mola, escoge a la comarca pasiega como escenario. Asistimos al rodaje de esta nueva apuesta de Movistar Plus+
Vastas monta?as de pendientes acusadas y altitudes que alcanzan los 1.700 metros reciben a las personas que llegan por la carretera al pasiego valle del Miera (Cantabria). Colosos dormidos que, a la distancia, se ven dominados por todos los tonos posibles del verde con manchas rojas intermitentes provocadas por el oto?o. A lo largo de esas sierras frondosas, se distribuyen, con varios kil¨®metros entre s¨ª, casas de piedra que resisten el violento viento. En este id¨ªlico paisaje, sin elementos que se pueden asociar con el siglo XXI, se est¨¢ rodando desde septiembre gran parte de Segunda muerte, el nuevo thriller en forma de serie del guionista y escritor Agust¨ªn Mart¨ªnez (La caza).
El Miera recibe su nombre por el r¨ªo hom¨®nimo que lo atraviesa y que desemboca en la bah¨ªa de Santander, pero antes pasa por otras localidades, como Li¨¦rganes. En ese peque?o pueblo, a ocho kil¨®metros del valle y a 27 de la capital cant¨¢brica, conviven historia y mitolog¨ªa: la calle que acoge los hornos que en 1622 fueron la primera industria armament¨ªstica del pa¨ªs termina, a la orilla del r¨ªo, con la estatua del hombre pez, una leyenda local. Lo que parece un destino veraniego de reposo es el escenario de un crimen en la nueva producci¨®n original de Movistar Plus+ en colaboraci¨®n con DLO Producciones, prevista para estrenarse en el primer semestre de 2024 y cuyo rodaje termina estos d¨ªas. Sandra (interpretada por Georgina Amor¨®s) es una auxiliar de polic¨ªa que se ver¨¢ envuelta en la aparici¨®n de un cad¨¢ver que ya deber¨ªa estar enterrado.
¡°Quer¨ªa evidenciar esa contraposici¨®n de culturas entre un pueblo contempor¨¢neo y la vida pasiega, que est¨¢ en v¨ªas de extinci¨®n. Quedan pocos pastores pasiegos que viven muy al margen y llevan una vida que parece casi imposible en el mundo actual¡±, argumenta Mart¨ªnez, uno de los tres escritores que conforman Carmen Mola. El Miera es uno de los tres valles que hacen la comarca pasiega, habitada hist¨®ricamente por ganaderos que practican la trasterminancia, una variedad menor de la trashumancia. ¡°No es una cuesti¨®n de lejan¨ªa del pueblo o incluso la ciudad, sino de un modo de vida que supone trabajar los siete d¨ªas de la semana, que los ni?os ayuden con el reba?o de vacas o estar en permanente contacto con la naturaleza¡±, completa el guionista de la serie, junto a Isa S¨¢nchez (Malaka).
El personaje de Sandra busca paz en ese entorno y quiere dejar Li¨¦rganes para trasladarse a una caba?a. La tranquilidad se rompe cuando descubre un cad¨¢ver que no deber¨ªa estar ah¨ª. Un misterio que debe resolver sin propon¨¦rselo porque ser polic¨ªa no es exactamente su vocaci¨®n. En el medio, deber¨¢ resolver conflictos personales: el padre de su hijo est¨¢ a punto de salir de la c¨¢rcel y cada vez se hace m¨¢s dif¨ªcil la relaci¨®n con su propio progenitor (Karra Errejalde), un exagente de la UCO, de imponente car¨¢cter, jubilado prematuramente por la demencia senil que lo aqueja y ausente en gran parte de la vida de su hija.
El paisaje y la naturaleza juegan en las historias de Mart¨ªnez un papel tan importante como el de los personajes. Ya sea el deshielo de los Pirineos en Monteperdido como met¨¢fora de un crimen que hace sol y derrite las m¨¢scaras de un pueblo para mostrar su verdadera cara; la aislada sierra mallorquina para retratar lo cerrado de una sociedad en Tramuntana; o la frontera con Portugal para dividir dos mundos opuestos en Guadiana. De hecho, Mart¨ªnez escribe sus guiones y los profundiza conforme va conociendo las localizaciones.
¡°Google Earth es mi mayor aliado¡±, revela el creador de Feria. Contin¨²a: ¡°Escribo el primer cap¨ªtulo y con ese material, junto con algunas ideas de las localizaciones que quiero que aparezcan, hacemos un viaje con la productora al lugar. Visito los sitios que quiero que aparezcan y veo si me valen o no o si tengo que a?adir o quitar algo¡±. Para hacer un retrato fiel de la identidad de las comunidades, se pasea por espacios p¨²blicos y conversa con los locales. ¡°Est¨¢ muy guay porque cuando vuelves al lugar y la gente ya ha visto la serie te dice ¡®se nota que has pasado mucho tiempo aqu¨ª¡±.
En Segunda muerte era importante definir el perfil de los granjeros pasiegos. Ellos fueron los que alquilaron a la producci¨®n algunas de sus caba?as, viviendas que guardan el ganado en un piso debajo para generar calor y protegerse del fr¨ªo. Los lobos, que son una amenaza para el ganado de la comunidad, tienen una presencia simb¨®lica en esta miniserie de seis cap¨ªtulos.
Si el valle pasiego representa la parte po¨¦tica de la historia, Li¨¦rganes encierra su car¨¢cter m¨ªtico y folcl¨®rico, una constante en los relatos de Mart¨ªnez. En esta oportunidad, se cuela en la trama la leyenda del hombre pez, un joven que desapareci¨® en el r¨ªo Miera en el siglo XVIII para aparecer cinco a?os despu¨¦s en la bah¨ªa de C¨¢diz con un cuerpo escamoso. La ¨²nica palabra que emit¨ªa era Li¨¦rganes. ¡°Ese concepto m¨¢gico encaja mucho con el argumento de misterio que estamos contando porque es la aparici¨®n de una mujer que se supon¨ªa muerta mucho tiempo antes¡±.
Un poco m¨¢s alejada, en Torrelavega, se encuentra otra localizaci¨®n en la que se rod¨® durante tres d¨ªas una escena clave para la serie: la expapelera Sniace. Un complejo de arqueolog¨ªa industrial de m¨¢s de 15.000 metros cuadrados, que dej¨® de funcionar en 2011. Su desmantelamiento actual, que esparce tubos, cables y cajas que se salen por las ventas, provoca esa sensaci¨®n de abandono, propio de los lugares enormes donde antes exist¨ªa mucha actividad.
Directrices para captar el entorno
?C¨®mo capturar a trav¨¦s de la lente la vastedad de los lugares que construyen Segunda muerte? Los directores ?scar Pedraza (Patria) y ?lex Rodrigo (La casa de papel), que se reparten tres episodios de la serie cada uno, consensuaron algunas nociones b¨¢sicas. ¡°Para los paisajes planteamos el formato 16:9 panor¨¢mico que se utiliza habitualmente para el w¨¦stern. Tambi¨¦n usamos teleobjetivos con ¨®pticas largas porque los gran angulares se nos quedaban cortos para captar la inmensidad de las monta?as¡±, explica Pedraza a este medio despu¨¦s de rodar una escena en el Balneario de Li¨¦rganes, un sitio tradicional donde se establecen las relaciones sociales del pueblo. En cuanto a los colores, a?ade, ten¨ªan que ser los opuestos y complementarios al verde que satura el horizonte.
Por su parte, Rodrigo comenta: ¡°No me gusta la frase de que el paisaje es un personaje m¨¢s porque los personajes son personajes y lo que los rodea son catalizadores emocionales. Estamos teniendo la suerte de que vamos acompa?ando las evoluciones de los protagonistas con las estaciones, empezamos a rodar en verano, con colores joviales que representan sus emociones y despu¨¦s se oscurecen en el oto?o¡±. El director de 35 a?os resalta que uno de los mayores retos de rodar en Cantabria fueron los vol¨¢tiles cambios de clima en un corto periodo de tiempo, ¡°te hace sol, nubes y lluvia en 20 minutos¡±, por lo que contaron con efectos que les permit¨ªa generar bruma, lluvia o viento y darle continuidad a las escenas.
Juventud y experiencia
Mart¨ªnez vuelve a optar por una protagonista polic¨ªa mujer. Sin embargo, y a diferencia de la decidida pero impulsiva Sara Campos (Megan Montaner) de La caza, Sandra busca m¨¢s bien tranquilidad con su peque?o hijo y sanar la conflictiva relaci¨®n con su padre, a quien cuida desde hace unos meses. ¡°Tiene una habilidad oculta pero realmente ella no quiere ser polic¨ªa¡±, adelanta Georgina Amor¨®s sobre su papel. Cuenta que se prepar¨® no tanto para ser auxiliar de polic¨ªa, sino mam¨¢: ¡°Nunca hab¨ªa hecho de madre, entonces quer¨ªa que nos conoci¨¦ramos mucho con el ni?o que hace de mi hijo, que lleg¨¢ramos a tener verdadera confianza porque tenemos escenas muy ¨ªntimas¡±, resalta la actriz de 25 a?os.
Al talento en bruto y por explotar de Amor¨®s se le complementa la dilatada carrera de Karra Elejalde. El experimentado actor, guionista y director vuelve a interpretar a un personaje con una enfermedad mental, como ya lo hizo en La vida padre (2022) o Kepler Sexto B (2023). ¡°Siempre he sido un hombre apasionado por los estados alterados de consciencia. Escrib¨ª una trilog¨ªa sobre ello [Airbag (1997), A?o mariano (2000) y Torapia (2004)]. Siempre me han apasionado los malos, pu?eteros, antes que el padre bueno que se peina con una raya a la izquierda¡±, se describe el ganador de dos premios Goya. Para hacer de exagente de la UCO, tenaz, orgulloso, ¡°pagado de s¨ª mismo¡±, confiesa que no quiso inmiscuirse mucho con el mundo de los agentes de seguridad.
Elejalde, en su goce de personajes estramb¨®ticos, revela que siempre ha querido ser el Quijote. ¡°Si un d¨ªa tengo el dinero propio para hacerla, la har¨¦ yo mismo¡±, asegura. Por el momento, sus alucinaciones no beben de molinos de viento sino de monta?as de un valle anclado en el pasado y de un pueblo m¨ªstico, en el que el hombre pez vigila el r¨ªo.
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