¡®Los Farad¡¯: Marbella, armas y familia
La serie de Mariano Barroso y Alejandro Hern¨¢ndez recrea la Costa del Sol de los a?os ochenta a trav¨¦s de una familia de traficantes de armas
En la Marbella de los a?os ochenta todo era posible. Como que en ella vivieran los dos hombres que controlaban el comercio de armas mundial, dos rivales que, en la Guerra Fr¨ªa, surt¨ªan a los bandos occidental y comunista y que, en Marbella, compart¨ªan restaurantes, tiendas e incluso masajista. En aquella Marbella convertida en capital mundial del lujo recala ?skar, un joven hu¨¦rfano del madrile?o barrio de Aluche cuya m¨¢xima aspiraci¨®n hasta ese momento era pasar de profesor de aer¨®bic a propietario de un gimnasio. Con esa combinaci¨®n de realidad y ficci¨®n arranca Los Farad, cuyos ocho cap¨ªtulos est¨¢n disponibles en Amazon Prime Video. ?skar, interpretado por Miguel Herr¨¢n, llega a la Marbella de los ochenta a trav¨¦s de los Farad, una familia que se codea con la ¨¦lite mundial. Una familia como cualquier otra si no fuera porque se dedica al tr¨¢fico de armas.
Mariano Barroso y Alejandro Hern¨¢ndez son los creadores de una serie que combina el drama familiar con el thriller. Todo parti¨® del libro El traficante, que les dio la idea para tratar ¡°algo muy ¨ªntimo en un entorno muy grande¡±, explica Barroso. Para hablar del nuevo orden mundial que trajo la Guerra Fr¨ªa usan como punto de partida la historia de un joven con una gran necesidad de pertenencia y de encontrar su propia identidad. ¡°Era una posibilidad de hablar de una gente que en lo humano pueden ser ¨ªntegros, adorables, entra?ables y con los que te quieres ir de vacaciones, pero que en lo moral son mucho m¨¢s que discutibles y pueden ser repudiables y horrorosos¡±, contin¨²a el guionista y director. ¡°El tr¨¢fico de armas era un pretexto para entrar en las vicisitudes y demonios internos de todas las familias¡±, prosigue Alejandro Hern¨¢ndez.
Los Farad es, ante todo, la historia de una familia, con sus tensiones internas, sus hijos incomprendidos, sus luchas por la sucesi¨®n, sus secretos que salen a la luz y un yerno ajeno a ese mundo que se deja seducir por el lujo y el dinero como si de una droga se tratase. Y todo en un entorno muy particular. El tr¨¢fico de armas es uno de los negocios que m¨¢s dinero mueve en el mundo. Aunque Barroso y Hern¨¢ndez quer¨ªan que su serie fuera claramente una ficci¨®n, necesitaban que el entorno y lo que ocurr¨ªa en ella estuviera muy anclado en la realidad. Para ello, se documentaron a fondo sobre aquella Marbella, que todav¨ªa, en buena medida, sobrevive hoy en d¨ªa. ¡°Marbella es m¨¢s que un lugar geogr¨¢fico, evoca toda una forma de vida y un sue?o, y en los ochenta era Hollywood y California, era el lugar donde todo iba a ser posible. En el postfranquismo, en una Espa?a que todav¨ªa era gris, aquello era color, luz, cosmopolitismo¡±, dice Barroso.
Reducto de libertad
Los dos guionistas se reunieron con algunas de las personalidades que transformaron aquella localidad de M¨¢laga. All¨ª se encontraron con el conde Rudi (Rudolf Sch?nburg-Glauchau), socio del pr¨ªncipe Alfonso de Hohenlohe, promotor inmobiliario y fundador del Marbella Club. ¡°Al conde le preguntamos qu¨¦ ten¨ªa este lugar, por qu¨¦ Marbella. Nos dijo que aqu¨ª eran m¨¢s libres que en ning¨²n sitio. De repente se quitaban el traje de conde y pr¨ªncipe y eran unos canallas¡±, cuenta Hern¨¢ndez. Un ejemplo que les puso el conde fue una fiesta en la que hab¨ªa un burro, algo que no pod¨ªan hacer en Saint-Tropez o Cannes, de donde ven¨ªan. ¡°Ir¨®nicamente, en los a?os setenta, en pleno franquismo, Marbella era un reducto de libertad para esta gente, arist¨®cratas europeos, que ten¨ªan all¨ª una permisividad total. Se crearon unas infraestructuras y en los a?os ochenta estaban los mejores hoteles, los mejores restaurantes y era un centro de actividad internacional de gente de mucho dinero¡±, completa Barroso.
Documentarse sobre el tr¨¢fico de armas no era tarea sencilla, pero el hecho de que Alejandro Hern¨¢ndez fuera soldado y luchara en la guerra de Angola facilit¨® las cosas. ¡°Yo crec¨ª con esas armas, sab¨ªa armar y desarmar un kalashnikov con los ojos cerrados. Son historias que llevo en mi mochila y era el momento de mezclarlas¡±. A Hern¨¢ndez le sorprende que sea un mundo poco explorado en la ficci¨®n. ¡°Se ha escrito de todo sobre el tr¨¢fico de drogas, pero no del mundo del tr¨¢fico de armas, quiz¨¢ porque es legal hasta cierto punto y los estados tienen intereses ah¨ª¡±. Adem¨¢s de sus conocimientos, se documentaron con libros sobre traficantes de diferentes partes del mundo para plasmar bien el mundo en el que operan los dos capos enfrentados en su historia, reflejos de los dos hombres reales que manejaron el negocio en aquella ¨¦poca. Sobre esa realidad se construyen las relaciones de esta disfuncional familia en la que Pedro Casablanc interpreta al padre, Nora Navas a la madre y Susana Abaitua, Adam Jezierski y Amparo Pi?ero a los tres hijos.
La uni¨®n de ficci¨®n y un contexto hist¨®rico real reciente no es nueva para Barroso y Hern¨¢ndez. Fruto de su trabajo conjunto es El d¨ªa de ma?ana, serie que se ambientaba en una Barcelona postfranquista en ebullici¨®n que era un nido para los trepas, como el protagonista de su historia. En La l¨ªnea invisible se adentraban en los or¨ªgenes de ETA. ¡°Yo vengo de Cuba y me parece que Espa?a tiene una historia alucinante, maravillosa, pero ve¨ªa cierto complejo a la hora de entrar en el pasado. Quiz¨¢ viene de la Transici¨®n y de intentar no tocar mucho porque hay mucho dolor detr¨¢s, pero poco a poco se ha ido abriendo¡±, dice Alejandro Hern¨¢ndez.
¡°La clave para unir la realidad y la ficci¨®n es el potencial dram¨¢tico que tenga esa realidad para incorporarla a tu mundo de ficci¨®n¡±, explica Hern¨¢ndez. Y pone un ejemplo: ¡°Poca gente se acuerda pero El ala oeste de la Casa Blanca ten¨ªa un cap¨ªtulo dedicado al islote de Perejil porque cuando estaban escribiendo la temporada ocurri¨® lo de Perejil. El presidente de EE UU ten¨ªa que tomar una decisi¨®n respecto a dos aliados, Espa?a y Marruecos, que se peleaban por un trozo de roca. Me pareci¨® una forma muy interesante de incorporar una noticia que aqu¨ª se coment¨® mucho pero en EE UU ser¨ªa una noticia breve de un d¨ªa, y eso ayudaba a sacar elementos dram¨¢ticos de las propias luchas internas en la Casa Blanca¡±.
En este caso, dos guerras han alcanzado en la realidad a su historia de ficci¨®n: la que se desarrolla en Ucrania y el conflicto palestino-israel¨ª. ¡°Cuando est¨¢bamos haciendo la ¨²ltima revisi¨®n de guion y est¨¢bamos Mariano y yo en Marbella, empez¨® la guerra de Ucrania. De repente fue como volver a los a?os ochenta, Rusia que se vuelve imperialista e invade Ucrania. En el cap¨ªtulo cinco hay un secuestro de un grupo terrorista palestino con rehenes israel¨ªes¡ La realidad te alcanza y te sobrepasa. La lectura de ese episodio ahora tiene otro contexto que si lo hubi¨¦ramos emitido hace dos o tres a?os¡±, a?ade Hern¨¢ndez, que completa: ¡°El mundo est¨¢ regresando en cierta manera a esa bipolaridad, de la que se deshizo en los noventa, y eso hace que se reproduzca una geopol¨ªtica que nos es familiar de los a?os ochenta¡±.
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