Rocco Siffredi, el rey del porno, llega a Netflix: ¡°Nunca me he masturbado con mis propias pel¨ªculas¡±
El actor estrena ¡®Supersex¡¯, una serie inspirada en su vida que llega este mi¨¦rcoles a la plataforma y celebra los cambios en el g¨¦nero: ¡°En el porno actual, las fuertes son las mujeres y no los hombres¡±
Rocco Siffredi (Ortona, Italia, 59 a?os) exhibe una absoluta falta de pudor, una enorme confianza en s¨ª mismo, que parece directamente conectada con su entrepierna, y tambi¨¦n ese cansancio que se suele dibujar en los rostros de quienes han desempe?ado oficios duros y agotadores. Despu¨¦s de todo, en mayo cumplir¨¢ 60 a?os. ¡°Cre¨ª que nunca llegar¨ªan, pero aqu¨ª est¨¢n. Estoy tranquilo. Mi sexualidad sigue en orden, pero ya no est¨¢ fuera de control¡±, dec¨ªa en febrero durante un encuentro con periodistas internacionales en la Berlinale, donde se estren¨® Supersex, la serie inspirada en su vida que llegar¨¢ este mi¨¦rcoles a Netflix. Lo celebrar¨¢ con un viaje familiar al Congo para visitar a su animal favorito, el gorila (?!), un regalo de su mujer, Rozsa Tassi, actriz porno y antigua miss Hungr¨ªa, con la que lleva 30 a?os casado.
La serie es una ficci¨®n, aunque ¡°el 98%¡± sea real, afirma Siffredi. ¡°El 2% restante qued¨® fuera para proteger a mi familia¡±. Todo empieza en su localidad natal, Ortona, una peque?a ciudad costera de los Abruzos conocida durante la II Guerra Mundial como ¡°el peque?o Stalingrado¡±: fue arrasada porque por ella pasaba la famosa l¨ªnea Gustav que delinearon las fortificaciones nazis. Supersex relata c¨®mo ese hijo de carpintero que pudo acabar de seminarista, como deseaba su madre ¡ªdescrita como una mater dolorosa a la que este mammone, como llaman en Italia a los hijos de mam¨¢, estuvo especialmente apegado¡ª, termin¨® triunfando en Par¨ªs, olimpo del porno de los ochenta, y despu¨¦s en la industria de Hollywood. El t¨ªtulo responde al nombre de su superh¨¦roe favorito, protagonista de una fotonovela er¨®tica a la que fue adicto durante su juventud: ¡°La descubr¨ª a los 11 o 12 a?os y quise ser como ¨¦l. Yo nac¨ª para esto¡±.
Se considera que Siffredi cambi¨® para siempre esta disciplina. Fue el maestro del porno gonzo y normaliz¨® el sexo duro en pantalla, pero tambi¨¦n psicologiz¨® a sus personajes, que ya no eran solo falos con patas, lo que llev¨® a Catherine Breillat a ficharlo como protagonista de dos de sus pel¨ªculas. ¡°En sus pel¨ªculas pone toda su alma, se nota¡±, afirm¨® la directora francesa. Siffredi acept¨® enseguida, dijo, para entender qu¨¦ se sent¨ªa al ser considerado un actor serio. ¡°Supersex quiere reflejar el coste de elegir esta vida, que no es tan f¨¢cil, aunque la gente se quede con la parte divertida¡±, responde Siffredi, que parece cargar consigo la duda de saber qu¨¦ hubiera sido de ¨¦l si su pene hubiera medido unos cent¨ªmetros menos de largo o de ancho. En realidad, nadie sabe a ciencia cierta sus medidas. Su propietario ha dado, seg¨²n la entrevista, cifras que oscilan entre los 23 y los 26 cent¨ªmetros. El misterio, dec¨ªa Bu?uel, es el elemento clave en toda obra de arte.
Es un signo de los tiempos: Netflix ha tenido la audacia de vender la serie como un proyecto casi feminista. La creadora de Supersex es una mujer, Francesca Manieri, conocida hasta ahora como guionista de L¡¯immensit¨¤, con Pen¨¦lope Cruz, o de la serie We Are Who We Are, de Luca Guadagnino. ¡°La misi¨®n era inspeccionar la masculinidad y observar el nivel de toxicidad en las relaciones entre hombres y mujeres, y la posibilidad de un nuevo encuentro entre ambos en este momento hist¨®rico¡±, dice Manieri, sentada junto a su objeto de estudio y al actor que lo interpreta, Alessandro Borghi, con quien guarda un parecido poco razonable. El propio Siffredi dijo en 2016 que el candidato perfecto era Michael Fassbender (para m¨¢s se?as, ah¨ª est¨¢ su pel¨ªcula Shame).
¡°Me han descrito a menudo como un actor que recurr¨ªa al sexo violento, pero nunca he tenido la sensaci¨®n de abusar de nadie. Siempre he trabajado con la colaboraci¨®n de todas¡±
La serie es un voluntarioso cruce de neorrealismo soft ¡ªla Italia miserable de la posguerra, la prostituta de buen coraz¨®n, el hermano violento¡ª y el imaginario trash de Paolo Sorrentino, que se esfuerza, como indica Manieri, en deconstruir la masculinidad de Siffredi. ?Se habr¨¢ deconstruido tambi¨¦n el interesado? ?Tiene la sensaci¨®n de haber maltratado a las mujeres en alg¨²n momento? ¡°No creo haberlas tratado mal. Tal vez las entiendo mejor, pero nunca he tenido la sensaci¨®n de estar haciendo algo malo¡±, responde. ¡°Me han descrito a menudo como un performer violento, como un actor que recurr¨ªa al sexo violento. Pero eso nunca ha sido un problema: siempre lo he hecho con personas que estaban de acuerdo. Nunca he tenido la sensaci¨®n de abusar de nadie. Siempre he trabajado con la colaboraci¨®n con los dem¨¢s¡±. Considera que esa habr¨¢ sido su principal innovaci¨®n en el g¨¦nero pornogr¨¢fico: haber conferido una subjetividad a las mujeres. ¡°Lo curioso es que, en el porno, las mujeres se han vuelto como los hombres. En el porno actual, las m¨¢s fuertes son ellas y no los hombres¡±, asegura.
Cuando le preguntan por qu¨¦ se dedic¨® al porno, siempre responde que fue para tener sexo ¡°con tantas mujeres como pudiera¡±. Pero existe un segundo factor. ¡°Quise vivir mi vida como un ser libre¡±, sostiene. Le gustar¨ªa que ese fuera su legado: que su corpus ¡ªatenci¨®n a la polisemia¡ª se entendiera como un canto a la libertad, que ¨¦l entiende como sin¨®nimo de libertinaje. ¡°El mundo se vuelve cada vez m¨¢s estricto. Perdemos la libertad que hab¨ªamos conquistado¡±, opina. ¡°Y, a la vez, me escriben admiradores de todo el mundo, de Ir¨¢n, del mundo ¨¢rabe, de ?frica, que quieren ser estrellas del porno. Persiguen la libertad de ser y hacer lo que te hace feliz. Esa es la raz¨®n por la que amo mi trabajo¡±.
El actor ha erigido un peque?o imperio en Budapest, donde reside con su mujer y sus dos hijos, y donde dirige su productora y tambi¨¦n la Siffredi Hard Academy, una especie de universidad del porno que forma a las estrellas del futuro sirvi¨¦ndose de las dilatadas ense?anzas que proporciona una filmograf¨ªa de unos 1.700 t¨ªtulos. Aunque asegura que ¨¦l, a diferencia de otros actores, nunca revisita su trabajo. ¡°Nunca me he masturbado con una pel¨ªcula m¨ªa. Es imposible, no lo consigo. Puedo ver las partes con di¨¢logos y encontrarlas divertidas, pero nada m¨¢s. Ser¨ªa demasiado¡±. En los primeros cap¨ªtulos, Supersex habla de las dificultades que tuvo para conjugar el amor y el sexo; de joven, sol¨ªa verlos como cosas antag¨®nicas. Con los a?os, ha cambiado de opini¨®n. ¡°El sexo con amor, con sentimientos, es lo mejor. Es algo insuperable¡±, asegura. ¡°Pero tambi¨¦n soy capaz de hacerlo sin amor¡±. A los hechos se remite.
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