¡®Polar Park¡¯, un ¡°giro in¨¦dito¡± al juego del Cluedo desde el pueblo m¨¢s fr¨ªo de Francia
G¨¦rald Hustache Mathieu retoma la trama, protagonistas y actores de su anterior pel¨ªcula para una serie costumbrista y a la vez surrealista, con ecos de Lynch, David Fincher y el ¡®Fargo¡¯ de los Coen
El director de cine y guionista G¨¦rald Hustache Mathieu (Grenoble, Francia, 56 a?os) quiso rodar una serie de televisi¨®n cuando nadie pensaba en algo as¨ª. Era el a?o 2010 y crey¨® que ese era formato adecuado para contar la historia de David Rosseau, un exitoso escritor de novelas polic¨ªacas que se hace investigador para descifrar lo que considera que ha sido un asesinato camuflado de suicidio y, de paso, recuperar la inspiraci¨®n para otra novela. ¡°En aquellos momentos, cuando desarroll¨¦ esta historia, el mercado de las series no estaba tan maduro en Francia como lo est¨¢ ahora. Era dif¨ªcil encontrar financiaci¨®n y casi todas las producciones que se estrenaban eran de baja calidad. Tuve que rodar en forma de pel¨ªcula para asegurar que pod¨ªamos cumplir con ciertos est¨¢ndares¡±, recordaba a este peri¨®dico el creador a mediados de enero en Par¨ªs, durante un encuentro con la prensa internacional. La pel¨ªcula en cuesti¨®n, titulada en Francia Poupoupidou, recibi¨® cr¨ªticas positivas, pero fue la ¨²ltima que ha rodado Hustache Mathieu hasta el momento. En su regreso al mundo audiovisual, el director ha recuperado la misma historia, con los mismos actores y, esta vez s¨ª, con la estructura narrativa que siempre dese¨®. Polar Park es el resultado en seis episodios de esa segunda oportunidad. Este contenido que ha llegado a Espa?a a trav¨¦s de Sundance TV est¨¢ disponible al completo bajo demanda en el servicio AMC SELEKT, una selecci¨®n a la carta de los mejores contenidos de varios canales lineales de pago que se puede contratar a trav¨¦s de Movistar Plus+.
¡°Ahora, la televisi¨®n es capaz de alojar ese universo surrealista y al mismo tiempo po¨¦tico que quer¨ªa dar a esta historia y que entonces solo se encontraba en series como Twin Peaks¡±, comenta el franc¨¦s. Adem¨¢s de Lynch, el thriller de David Fincher Seven tambi¨¦n inspir¨® en ese momento a ese largometraje. Y lo hizo igualmente el tono humor¨ªstico y oscuro de Fargo, de los hermanos Coen, que en estos a?os tambi¨¦n se ha convertido en serie, con una reciente (y notable) quinta temporada. ¡°Los Coen son geniales a la hora de construir un tipo de tragedia muy concreta; una que es m¨®rbida y divertida al mismo tiempo y que he intentado emular¡±, dice en la capital francesa durante la presentaci¨®n de esta serie.
En Polar Park, el escritor protagonista encuentra una forma muy particular de superar el bloqueo creativo que lleva a?os sufriendo. Un d¨ªa, recibe un misterioso mensaje que le hace volver a su pueblo natal, Mouthe, el considerado el lugar m¨¢s fr¨ªo de toda Francia. All¨ª le espera el hermano Giacomo, que tiene informaci¨®n importante sobre la difunta madre del autor. Pero, cuando llega, se encuentra una oleada de muertes atribuidas a un asesino en serie con vocaci¨®n de artista. As¨ª que decide investigar qu¨¦ est¨¢ ocurriendo. Como ocurr¨ªa en el cine, Rousseau (interpretado por Jean-Paul Rouve) comienza a colaborar con el polic¨ªa local Louvetot (Guillaume Gouix). Juntos desarrollan una investigaci¨®n a trav¨¦s de la creativa mente del asesino en serie que les llevar¨¢ por curiosos parajes de Francia y Suiza. Los personajes y sus emociones se colocan en primer plano en esta historia de cr¨ªmenes, por delante del misterio en torno al asesino oculto. Y el humor gana posiciones a la melancol¨ªa con respecto a la historia original.
La serie se llena de cliffhangers, sorpresas que disparan el suspense de un cap¨ªtulo a otro y hacen que el reto de sorprender al espectador sea m¨¢s arriesgado, comenta su creador. ¡°Recuerdo haber visto Seven, que desde el principio constru¨ªa tan bien toda su trama y, cuando parec¨ªa haber llegado el final, dejarme con la sensaci¨®n de que hab¨ªa sido un timo y que quer¨ªa que me devolvieran el dinero. Y, de repente, la media hora posterior a ese momento de cabreo, result¨® impresionante. Fincher se desnud¨® en cierto modo como cineasta y lleg¨® mucho m¨¢s lejos de lo esperado¡±, confiesa Hustache Mathieu, quien ha querido ¡°sin resultar arrogante¡± reproducir un momento ¨¢lgido del mismo estilo en los compases intermedios de Polar Park, cuando todav¨ªa quedan varios episodios para el final. ¡°Es una forma de darle un giro a la trama principal y no aferrarse al whodunit convencional¡±, explica. ¡°Alfred Hitchcock mat¨® a su protagonista en los primeros minutos de Psicosis y nos dio una lecci¨®n a todos en cuanto a crear intriga¡±, recuerda. ¡°Para la segunda temporada de la serie voy a invitar a Brad Pitt para matarlo nada m¨¢s empezar¡±, bromea el director.
?Existe el ¡®efecto Lupin¡¯?
?El ¨¦xito mundial de series francesas como Lupin o Dix pour cent (Call My Agent!) gracias a su exposici¨®n en plataformas de streaming ha impulsado a esta industria como La casa de papel y ?lite lo han hecho con la espa?ola? ¡°Creo que no es tanto un efecto Lupin lo que est¨¢ ocurriendo como que los canales de televisi¨®n tradicionales han entendido que las series son una oportunidad de crear beneficio econ¨®mico y creativo¡±, responde G¨¦rald Hustache Mathieu. ¡°Y tambi¨¦n tiene que ver con que los cineastas y autores franceses han asumido por fin que pueden expresarse a trav¨¦s de esta ventana con las mismas garant¨ªas. Los creadores son como los monjes, personas que tienen fe en un absoluto; son como caballeros que luchan por la excelencia de sus escritos¡±, defiende.
Precisamente, uno de los escenarios de Polar Park es el monasterio en el que habita el hermano Giacomo, el confidente frustrado de ese escritor de novelas reconvertido en detective que es el protagonista de la serie. La religi¨®n es una constante en los proyectos de G¨¦rald Hustache Mathieu, quien encuentra en ella una forma de impulsar los conflictos de sus personajes. Se sirve para ello de ¡°ese sistema de valores basado en la religi¨®n, entre el pecado y la tentaci¨®n de lo transgresor, que cualquier espectador de una sociedad como la espa?ola, basada en el cristianismo, puede identificar¡±, apunta. ¡°Tambi¨¦n porque, como dec¨ªa, el proceso creativo de un escritor de series, pel¨ªculas, libros y obras de teatro es solitario, como el de los monjes. Para ser este tipo de autor, necesitas creer en algo que no ves. En mi caso, mi dios es la ficci¨®n. O, mejor dicho, es la poes¨ªa. Lo que quiero es transmitir esa necesidad de fe ciega tambi¨¦n a mis personajes¡±, argumenta.
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