Es que Vinicius llevaba minifalda
Los comentaristas indican al futbolista que sufre agresiones racistas c¨®mo debe comportarse. Las v¨ªctimas del racismo, como las del machismo y la violencia sexual, todav¨ªa se someten a un severo examen p¨²blico
Mucho antes de La Manada, en 1989, una sentencia sobre una agresi¨®n sexual caus¨® un esc¨¢ndalo de los que sirven para empezar a cambiar las cosas. La Audiencia de Lleida fall¨® entonces que una adolescente ¡°pudo provocar, si acaso inocentemente, al empresario Jaime Fontanet por su vestimenta¡±, por lo que ¨¦l fue condenado a pagar la ridiculez (ya entonces) de 40.000 pesetas por abusos deshonestos. El Supremo confirm¨® la llamada ¡°sentencia de la minifalda¡±, y fue el presidente de la Audiencia el que se present¨® ante los medios como v¨ªctima... del revuelo social. La aut¨¦ntica v¨ªctima, la menor agredida, cont¨® que segu¨ªa teniendo pesadillas con aquello m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s.
En este tiempo ha avanzado la sensibilidad social, ya era hora, sobre la violencia contra la mujer. Bueno, no la de todo el mundo. A¨²n puede escucharse eso de: ¡°Es que ella iba provocando¡±. Tambi¨¦n resuena otro mensaje inquietante: ¡°Yo no soy machista ni feminista¡±. O ese tan manido: ¡°No soy machista, pero...¡±. Da igual c¨®mo contin¨²e la frase; no llevar¨¢ a nada bueno.
En conciencia contra el racismo hemos ido tambi¨¦n lentos en Espa?a. Las continuadas agresiones verbales contra Vinicius Jr. nos han llevado al festival de ¡°yo no soy racista, pero...¡±. Numerosos comentaristas aleccionan a la v¨ªctima, en tertulias y columnas de medios deportivos, sobre c¨®mo deber¨ªa comportarse cuando le gritan ¡°mono¡± desde la grada. Como si a ellos les hubiera pasado. Una persistente costumbre que ha dejado en evidencia a Espa?a ante el mundo entero. En Brasil es un asunto nacional, del que habla muy irritado el presidente Lula da Silva, y se han celebrado manifestaciones de repulsa.
Aqu¨ª se opina del asunto desde la camiseta de forofo, y no desde nuestro papel de ciudadanos. Tambi¨¦n fueron insultados, solo el pasado fin de semana, el entrenador de Sevilla, Quique S¨¢nchez Flores, por lo que pueda tener de gitano; el jugador argentino del mismo club Acu?a, ambos en Getafe; y Cheikh Kane Sarr, portero senegal¨¦s del Rayo Majadahonda. Para colmo, a este ¨²ltimo lo han sancionado con dos partidos por encararse con los agresores y con el ¨¢rbitro, y al club por retirarse del campo en Sestao. Lo que ocurra en las categor¨ªas inferiores queda fuera del radar.
No es lo mismo, no, ser violada que ser insultado, por repetidamente que sea. Pero ante formas muy distintas de discriminaci¨®n vemos la misma respuesta t¨®xica, a menudo en las mismas voces: impeler a la v¨ªctima, y no a sus acosadores, a que cambie de actitud. La v¨ªctima de la sentencia de la minifalda, la de La Manada, la de Dani Alves o la del concejal de Le¨®n tuvieron que sufrir un severo escrutinio, en alg¨²n caso instigado desde el entorno de sus agresores. Ah, que sigui¨® saliendo de fiesta los s¨¢bados; ah, que sigui¨® vistiendo igual; ah, que no parec¨ªa tan afectada...
Cuando Vinicius llor¨® en una rueda de prensa, porque solo es un joven bajo enorme presi¨®n, se dijo que estaba actuando para el documental sobre ¨¦l que prepara Netflix. Mientras llega este, puede verse el cap¨ªtulo que le dedic¨® la serie Campo de Estrellas, en Prime Video, que se hizo en 2021, cuando ya estaba en el Real Madrid pero no era la figura que es hoy, sino objeto de burlas por su desacierto ante la porter¨ªa. Buena parte del relato corre a cuenta de sus padres, con los que viv¨ªa en la pobreza en S?o Gon?alo, un lugar controlado por las mafias del narco en la periferia de R¨ªo. Recuerdan que Vini era un ni?o t¨ªmido, introvertido, y que, como se le daba bien el bal¨®n, lo llevaron desde chico a los campos de f¨²tbol para mantenerlo lejos del siniestro entorno del vecindario. Con 16 a?os debuta con Flamengo en Maracan¨¢, con 18 llega al Madrid. Nada ha sido f¨¢cil para ¨¦l, ni para los suyos.
Ya no es ese chico t¨ªmido. Dice su padre: ¡°Su punto fuerte es la personalidad¡±. Es un tipo temperamental, s¨ª. Sus conflictos en el campo los paga con tarjetas y partidos de sanci¨®n. Es un gran regateador, de los que quedan pocos, y lo paga llev¨¢ndose patadas. ?Lo que molesta de ¨¦l es que dej¨® de callarse, como se callan otros, que se atreve a se?alar a la grada, que es millonario, que baila cuando marca un gol? No hace falta ser Martin Luther King para alzarse contra el racismo. Nadie tiene que aprobar el examen de v¨ªctima.
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