Podemos re¨ªr en paz (demos gracias a ¡®Hacks¡¯)
Mientras parece haber crecido la pugna entre los zahor¨ªes de la ofensa y los matones de la palabra que se lamentan en prime time de su falta de libertad de expresi¨®n, ¡®Hacks¡¯ encuentra una manera de reconciliar el humor viejo y el joven
A falta de Joan Rivers (en septiembre se cumplir¨¢n 10 a?os de su muerte), tenemos a Deborah Vance en Hacks. En una de las entrevistas promocionales de la tercera temporada de la serie, Jean Smart, la actriz que la interpreta, contaba que durante el rodaje de una secuencia ¨Cno especifica de qu¨¦¨C dej¨® una pausa demasiado larga en uno de sus parlamentos tras haber soltado un chiste. Cuando la directora le pidi¨® que la acortara en la siguiente toma, ella explic¨® por qu¨¦ hab¨ªa prolongado tanto su silencio: ¡°Estaba esperando por las risas¡±. La directora se rio, pensando que se trataba de un chiste en s¨ª mismo, pero Smart insisti¨®: ¡°Lo digo en serio, con un poco de suerte la gente en su casa se estar¨¢ riendo. ?Cu¨¢ntas veces pasa que est¨¢s viendo una serie o una pel¨ªcula y te pierdes la mitad de las l¨ªneas porque te est¨¢s riendo?¡±.
La pregunta de la actriz era ret¨®rica, pero no puedo evitar responder: en mi caso, cada vez menos. Creo que no carcajeo a lo grande desde Poquita fe. Sospecho que no es por ausencia de comedias divertidas, aunque la tendencia televisiva de los ¨²ltimos tiempos lleva a muchas comedias a huir de la carcajada, como si provocar la risa fuera vulgar y no una de las mayores proezas de la comunicaci¨®n; cosas del posthumor. Intuyo que tiene m¨¢s bien que ver con una deformaci¨®n profesional: a menudo le veo las costuras al chiste, lo proceso antes que lo disfruto. Le reconozco su valor, s¨¦ que es divertido (cuando lo es), pero no me r¨ªo, doctor.
Tambi¨¦n hemos puesto el humor en tela de juicio. Mientras parece haber crecido la pugna entre los ex¨¦getas del chiste, zahor¨ªes de la ofensa, y los matones de la palabra que se lamentan en prime time de su falta de libertad de expresi¨®n, Hacks encuentra una manera de reconciliar el humor viejo y el joven. En primer lugar, a trav¨¦s del dise?o de sus dos personajes protagonistas. Deborah y Ava (Hannah Einbinder) son productos, cada una, de su tiempo, pero saben ver m¨¢s all¨¢ de sus prejuicios. Se encuentran porque, por encima de todo, se hacen re¨ªr. Ya lo dec¨ªa Deborah en la primera temporada: ¡°Cuando compartes el sentido del humor con alguien, es como encontrar a alguien que habla tu mismo peque?o idioma¡±. Hacks sigue hablando nuestro idioma. Ojal¨¢ no se callara nunca. Como mucho, los segundos necesarios para dejarnos re¨ªr.
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