¡®El clandestino¡¯ la extra?a pareja de detectives
Hay un clich¨¦ en la serie impuesto al g¨¦nero por quienes consideran que moverse por los submundos de Mil¨¢n o de la corrupci¨®n pol¨ªtica est¨¢ castigado por los dioses y no encuentra nada que resulte placentero
Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil contemplar una serie polic¨ªaca sin que su protagonista, masculino o femenino, no tenga un pasado traum¨¢tico o turbio. Es uno de los clich¨¦s universales del g¨¦nero. Naturalmente El clandestino, la serie italiana de Netflix dirigida por Rolando Ravello, no pod¨ªa ser menos y Luca Travaglia, un inspector-jefe de la brigada anti-terrorista reconvertido en detective privado, deambula por los 12 cap¨ªtulos de la primera temporada resolviendo toda clase de cr¨ªmenes al mismo tiempo que se muestra incapaz de superar los recuerdos de un terrible atentado con el que se inicia la serie. Quiz¨¢ eso explica el que Edoardo Leo, el actor que interpreta a Travaglia sea incapaz de esbozar una sonrisa, otro clich¨¦ m¨¢s impuesto al parecer por quienes consideran que moverse por los submundos criminales de Mil¨¢n, como es el caso, o acercarse a la corrupci¨®n pol¨ªtica, como tambi¨¦n es el caso, est¨¢ castigado por los dioses, y por los guionistas, a no encontrar nada que resulte placentero.
Y en eso se parece a nuestro omnipresente en los telediarios N¨²?ez Feij¨®o, del que no se recuerda una sonrisa desde sus excursiones en el yate del delincuente juzgado y condenado Marcial Dorado all¨¢ por 1995. Una sugerencia: si seguimos literalmente los an¨¢lisis pol¨ªticos del l¨ªder del PP habr¨ªa que cambiar el lema de ¡°todo por la patria¡± por el de ¡°no est¨¢ el horno para bollos¡±. As¨ª es la vida: un asco.
Y ya que hablamos de clich¨¦s, de ideas que de tanto usarlas pierden buena parte de su significado, habr¨¢ que dejar constancia del compa?ero de andanzas de nuestro detective, un mec¨¢nico, Palitha, interpretado por el keniano Hassani Shapi quien tiene en su haber el interpretar a Eeth Koth en La amenaza fantasma, el primer episodio de Star Wars, en 1999, y que en la serie sirve de contrapunto para el circunspecto Travaglia: bajo, calvo y con la sonrisa a flor de piel, es el Sancho Panza de nuestro ingenioso hidalgo italiano que a fuer de ser sincero no para de meter la pata. Es una extra?a pareja sin que lleguen a la excelencia de la que formaron Walther Matthau y Jack Lemmon o ya en territorio m¨¢s cercano, Faemino y Cansado. No se puede tener todo en la vida, salvo que seas Bill Gates o Amancio Ortega, pero s¨ª se puede disfrutar un buen rato contemplando con moderaci¨®n cualquiera de los cap¨ªtulos aut¨®nomos de El clandestino.
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