Cuando las series fueron un arte
Ah¨ª han estado, est¨¢n y estar¨¢n ayudando a sobrevivir a los n¨¢ufragos cosas excepcionales, imaginativas, complejas, l¨²cidas como ¡®The Wire¡¯, ¡®Los Soprano¡¯, ¡®Juego de tronos¡¯, ¡®Boardwalk Empire¡¯
Este calor que abrasa, resucita demonios, otorga odiosa relevancia nocturna a un asaltante intolerable llamado insomnio, me hace entender aquella barbaridad surrealista que relataba el gran Albert Camus al principio de su novela El extranjero: ¡°Mat¨¦ en una playa de Or¨¢n a un hombre al que no conoc¨ªa porque hac¨ªa calor¡±. Pobrecitos los locos, los viejos, los depresivos cr¨®nicos, los pobres, cuando el sol empieza a aullar y el fr¨ªo y las nieves de anta?o desertan hasta el invierno. ?Y c¨®mo entretiene ese angustioso tiempo la tercera edad, la que ni sabe, ni puede ni quiere estar drogada todo el puto d¨ªa con las redes sociales y el totalitario universo de internet, ese mundo obligatorio que han impuesto los monstruos para andar por la vida, para no parece o ser un marciano, para no sufrir la intemperie y el abandonamiento absolutos?
Como dispongo de todo el tiempo del mundo, todav¨ªa poseo aire acondicionado en mi casa y no he perdido la capacidad para seguir disfrutando de lo que me han proporcionado siempre los libros, las pel¨ªculas y las series a lo largo de mi existencia, me dedico exclusivamente a esas actividades. Pisando la calle s¨®lo lo imprescindible, neg¨¢ndome a seguir las asquerosas noticias del mundo y el deprimente estado de las cosas, renegando estrat¨¦gicamente de la siempre embrutecida y embrutecedora televisi¨®n, hablando de vez en cuando por tel¨¦fono (otra costumbre o necesidad en trance de desaparecer) con las escasas personas con las que me relaciono. Y no tengo necesidad de nada nuevo en mis placeres ancestrales. Exagero. Siendo un absoluto ignorante en materias cient¨ªficas, recordando exclusivamente de las matem¨¢ticas lo de sumar y restar, constituyendo la f¨ªsica y la qu¨ªmica un incomprensible misterio en mi vida, he le¨ªdo con aterrado inter¨¦s y un punto de fascinaci¨®n las novelas (o lo que sean) de Benjam¨ªn Labatut Un verdor terrible y Maniac. No acabo de entender los descubrimientos de tantos cient¨ªficos geniales, visionarios, seres torturados y temibles en su sabidur¨ªa, pero la descripci¨®n de sus ca¨®ticas vidas y de sus estremecedores hallazgos me provocan inter¨¦s y miedo.
Y retorno una y otra vez a las pel¨ªculas y a las series, que aunque me sepa de memoria me siguen dando vida. Ocurre que la mayor parte de las pel¨ªculas que se exhiben en las salas oscuras son mayoritariamente gris¨¢ceas, adoctrinadas, olvidables. Pasa lo mismo con la insaciable demanda de series que exigen las plataformas. En la mayor¨ªa de ellas mi paciencia est¨¢ agotada despu¨¦s del primer cap¨ªtulo, si consigo llegar al final. Pero las series vivieron una edad de oro, los mayores talentos de la industria se volcaron en ellas. Ah¨ª han estado, est¨¢n y estar¨¢n ayudando a sobrevivir a los n¨¢ufragos cosas excepcionales, imaginativas, complejas, l¨²cidas como The Wire, Los Soprano, Juego de tronos, Boardwalk Empire, la primera temporada de True Detective. Y un poquito m¨¢s abajo para mis cultivados gustos Mad Men y Breaking Bad. Resistir¨¦, que dec¨ªa la canci¨®n. Cada uno se busca como puede la supervivencia mental.
Puedes seguir EL PA?S Televisi¨®n en X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.