El Supremo de Estados Unidos levanta el veto a un accesorio que convierte un rifle en una metralleta
Esas culatas, que aceleran la capacidad de disparo de un fusil, fueron prohibidas durante la Administraci¨®n de Trump, tras la mayor matanza de la historia del pa¨ªs
Desde este viernes, vuelve a ser legal en Estados Unidos comprar y vender un accesorio que convierte un rifle semiautom¨¢tico en un arma tan r¨¢pida y mort¨ªfera como una metralleta, capaz de escupir centenares de balas en unos pocos segundos. El Tribunal Supremo dict¨® sentencia en un caso que cuestionaba el veto para el uso de esa culata que acelera los disparos conocida como bump stock en un pa¨ªs con un nutrido l¨¦xico para todo lo que tenga que ver con las armas. Sus nueve magistrados decidieron en una votaci¨®n de seis contra tres que la Administraci¨®n de Donald Trump se extralimit¨® en sus atribuciones ejecutivas cuando decidi¨® prohibir esos accesorios tras una matanza en Las Vegas, la m¨¢s letal de la historia de Estados Unidos. Aquel d¨ªa murieron 58 personas y m¨¢s de 500 resultaron heridas.
Seg¨²n la argumentaci¨®n de la supermayor¨ªa conservadora del Supremo, resumida en un texto firmado por el juez Clarece Thomas, por m¨¢s que a un rifle se le a?ada uno de esos complementos sigue siendo un rifle, y no una metralleta, porque el tirador ¡°no dispara m¨¢s de una bala cada vez que aprieta el gatillo¡±. La opini¨®n, de 19 p¨¢ginas, arranca con la explicaci¨®n de que por qu¨¦ ambas armas son distintas, extra¨ªda de una ley de 1934, cuando los asesinatos masivos no eran una epidemia en este pa¨ªs. Las disquisiciones sem¨¢nticas sobre lo que es una cosa y la otra se acompa?an de varios gr¨¢ficos para explicar c¨®mo act¨²a un bump stock.
¡°Con o sin culata, el tirador debe soltar y apretar el gatillo entre cada disparo¡±, contin¨²a el razonamiento de Thomas, tal vez el magistrado m¨¢s conservador de los nueve. ¡°Y cualquier disparo posterior realizado despu¨¦s de soltar y volver a apretar el gatillo es el resultado de un gesto separado y distinto. El bump stock se limita a acelerar la velocidad de disparo al provocar la sucesi¨®n r¨¢pida de esos gestos distintos¡±.
En la opini¨®n disidente de las tres jueces progresistas, Elena Kagan, Sonia Sotomayor y Ketanji Brown Jackson, Sotomayor refuta con sorna el argumento de Thomas del rifle que no es una metralleta: ¡°Cuando veo a un p¨¢jaro andar como un pato, nadar como un pato y graznar como un pato, suelo considerarlo un pato¡±. ¡°La definici¨®n de ¡®ametralladora¡¯ del Congreso equipara con total naturalidad un rifle con bump stock incorporado con una M16. La decisi¨®n de hoy pasa por encima del hecho de sus consecuencias mortales¡±.
En su texto, la jueza recuerda que la prohibici¨®n parti¨® en 2018 de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, pocos meses despu¨¦s de que en el octubre anterior un jugador profesional con un pasado de inversor inmobiliario llamado Stephen Paddock, de 64 a?os, se subiera a la suite del piso 32 de un hotel en Las Vegas y abriera fuego contra la multitud que asist¨ªa a un concierto de Jason Aldean en un festival de m¨²sica country al aire libre.
Lo hab¨ªa preparado todo con espantosa minuciosidad: durante d¨ªas, Paddock condujo su furgoneta Chrysler para ir a volver a su casa en Mesquite, Nevada. En cada viaje llevaba m¨¢s y m¨¢s maletas cargadas de armas: 15 rifles de asalto AR-15 y ocho AR-10. En su macabra misi¨®n se gast¨® 95.000 d¨®lares en armas, munici¨®n y accesorios como las culatas que este a?o han entretenido el debate de los jueces del Supremo. Cuando lleg¨® el momento, dispar¨® 1.057 balas en unos 10 minutos. Despu¨¦s, se suicid¨® de un solo tiro de un rev¨®lver Smith & Wesson del calibre .38.
Una armer¨ªa en Texas
El horror de la matanza llev¨® a la Administraci¨®n de Trump, un presidente que siempre apoy¨® la Segunda Enmienda, la que garantiza el uso de armas, a prohibir esos accesorios. Despu¨¦s, la de Joe Biden pele¨® en los tribunales para que no se levantara el veto.
De hecho, el caso cuyo fallo se conoci¨® este viernes lleva por t¨ªtulo Garland contra Cargill. Garland es Merrick Garland, fiscal general estadounidense nombrado por el actual presidente. Cargill, el demandante, es Michael Cargill, propietario de una armer¨ªa en Texas que consideraba que la prohibici¨®n atentaba contra sus derechos constitucionales. La respaldaba la New Civil Liberties Alliance (Alianza por los nuevos derechos civiles), un grupo de activismo conservador vinculado con el multimillonario Charles Koch, conocido por financiar causas republicanas y libertarias.
Tras conocerse la sentencia, Chuck Schumer, l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en el Senado abog¨® por sacar adelante una ley que los proh¨ªba de nuevo como reacci¨®n ¡°al ataque del Supremo a la seguridad p¨²blica¡±. Esta soluci¨®n es poco probable, teniendo en cuenta la par¨¢lisis del poder legislativo en Estados Unidos. Menos a¨²n durante un a?o electoral.
En un duro art¨ªculo de opini¨®n publicado en The Washington Post a las pocas horas de conocerse la sentencia, el columnista E. J. Dionne Jr. acus¨® al alto tribunal de entretenerse con la sem¨¢ntica en lugar de ¡°salvar vidas¡±. ¡°?Permitir¨¢ este fallo que un asesino demente dispare m¨¢s de 1.000 balas en 10 minutos? Ese no es nuestro problema, parecen decir [con su decisi¨®n] los seis magistrados conservadores¡±, escribe Dionne. ¡°Lo realmente importante es que sabemos c¨®mo funcionan esas armas y hemos consultado varios diccionarios para aclararnos sobre el significado de las palabras¡±.
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