Assange llega a Australia tras 12 a?os privado de libertad
El avi¨®n del cofundador de WikiLeaks ha aterrizado ya en su pa¨ªs natal, que lo recibe con la satisfacci¨®n del Gobierno que ped¨ªa el final de su caso y el clamor de miles de seguidores que durante a?os siguieron en campa?a
Julian Assange ha vuelto a pisar suelo australiano como un hombre libre este mi¨¦rcoles minutos antes de las ocho de la noche hora local (mediod¨ªa en la Espa?a peninsular). Con el pu?o derecho en el aire, la camisa apenas metida en el pantal¨®n y la corbata ondeando en el viento del invierno australiano, Assange ha saludado a una multitud que le aplaud¨ªa y le gritaba ¡°?Bienvenido a casa!¡±, antes de fundirse en un abrazo con su esposa y abogada, Stella Assange, y con su padre, John Shipton, que lucharon durante a?os por su liberaci¨®n. Su regreso a Australia tras 12 a?os de reclusi¨®n en Londres y tras declararse culpable de espionaje en un tribunal estadounidense de las islas Marianas del Norte, en pleno Oc¨¦ano Pac¨ªfico, entierra una larga campa?a ciudadana que abog¨® durante a?os por su redenci¨®n y aviva un debate pol¨ªtico que ha llevado al Gobierno laborista australiano a recibir la noticia con cautela.
Assange, de 52 a?os, se reunir¨¢ ahora con los dos hijos peque?os, de siete y cinco a?os, que tuvo con su esposa mientras estuvo en cautiverio. ¡°Espero que su vida sea un poco m¨¢s tranquila y pase un a?o o algo m¨¢s aprendiendo a caminar de nuevo por la playa, a sentir la arena en sus pies, a jugar con sus hijos con paciencia¡¡±, hab¨ªa dicho esta ma?ana su padre a la cadena 9 News, ante la que formul¨® su deseo de que su v¨¢stago tenga en el futuro ¡°una vida ordinaria¡±.
El Gobierno australiano tiene previsto recibir al fundador de Wikileaks con una recepci¨®n que todav¨ªa genera expectativas por el tono sobrio con el que se recibi¨® la noticia de su liberaci¨®n por parte del Reino Unido este martes. Minutos despu¨¦s de que Assange aterrizara en Canberra, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha celebrado su regreso durante una conferencia de prensa. ¡°Probablemente ya lo saben, pero hace un momento Julian Assange se ha reunido con su familia aqu¨ª en Australia¡±, ha dicho el mandatario laborista. ¡°He sido claro como primer ministro: m¨¢s all¨¢ de lo que se piense sobre el se?or Assange y su actividad, su encarcelaci¨®n continuada no ten¨ªa prop¨®sito¡±, ha afirmado Albanese. Estoy muy complacido de que esta saga haya terminado¡±, ha zanjado el jefe del Gobierno australiano.
Assange naci¨® en 1971 en Townsville, un pueblo de la costa noreste de Australia, pero creci¨® en una docena de ciudades siguiendo la compa?¨ªa itinerante de teatro de su madre mientras se convert¨ªa en un hacker adolescente que ya pon¨ªa contra las cuerdas a las autoridades locales. Desde 2010 puso al mundo a hablar sobre libertad de informaci¨®n tras la revelaci¨®n de millones de documentos clasificados que revelaban cr¨ªmenes de guerra que lo pusieron en la mira de Estados Unidos, un historial que hace que no vaya a ser recibido como un hijo pr¨®digo. Su regreso a Australia, m¨¢s bien, concluye meses de diplomacia silenciosa del Gobierno australiano y un apoyo creciente en las calles y el Congreso para que un ciudadano australiano no sea sometido a la jurisdicci¨®n de las cortes de otro pa¨ªs.
¡°Independientemente de las opiniones que la gente tenga sobre las actividades del se?or Assange, el caso se ha prolongado demasiado¡±, hab¨ªa dicho el martes el primer ministro Anthony Albanese en una comparecencia ante el Parlamento: ¡°No hay nada por ganar con su encarcelamiento prolongado y queremos traerlo a casa¡±.
Albanese, l¨ªder de un Gobierno laborista que lleg¨® al poder a mediados de 2022, cambi¨® casi una d¨¦cada de pasividad oficial sobre el caso Assange de los ejecutivos conservadores que le antecedieron. Ten¨ªa a su favor el haber llegado al poder meses despu¨¦s de que Australia firmara un acuerdo de defensa estrat¨¦gica en el Pac¨ªfico que intensific¨® su relaci¨®n con Estados Unidos e Inglaterra, y una agenda de reuniones con las autoridades estadounidenses.
En julio del a?o pasado se empezaron a ver las primeras se?ales: desde Brisbane, acompa?ado de la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong, el secretario de Estado, Antony Blinken, afirm¨® que el caso del fundador de Wikileaks hab¨ªa sido parte de los temas abordados con su hom¨®loga australiana. Blinken dijo que Assange estaba acusado de ¡°una conducta criminal muy seria¡± por su supuesto rol en una de las filtraciones de informaci¨®n clasificada m¨¢s grandes de la historia del pa¨ªs, pero que ¡°entend¨ªa las preocupaciones y la visi¨®n de los australianos¡±.
La l¨ªnea oficial del Gobierno de Albanese, que su ministra de Exteriores refrend¨® en ese momento, siempre fue que el caso ¡°se hab¨ªa extendido durante mucho tiempo¡± y que ¡°esperaban una conclusi¨®n¡±. Para los australianos, que ve¨ªan a un Gobierno de centro-izquierda acercarse a Estados Unidos en su batalla contra la expansi¨®n de China en el Oc¨¦ano Pac¨ªfico, el caso se convirti¨® en una regla para medir el peso que tendr¨ªa la palabra de Albanese frente al presidente estadounidense, Joe Biden.
En febrero de este a?o, el Parlamento australiano aprob¨® una moci¨®n con 86 votos de los 151 posibles en la C¨¢mara de Representantes para reclamar a Estados Unidos y Gran Breta?a ¡°cerrar el asunto¡± y permitir a Assange ¡°retornar a su casa y a su familia en Australia¡±. 42 representantes de la coalici¨®n conservadora votaron en contra, pero la moci¨®n aprobada por laboristas y el progresista Partido Verde consigui¨® que algunos parlamentarios conservadores votaran a favor y oficializ¨® el apoyo que durante a?os se cocin¨® en el Congreso australiano sin la venia de los gobiernos conservadores y tras a?os de protestas callejeras en las principales ciudades del pa¨ªs.
La respuesta de Biden lleg¨® en abril, cuando un reportero le pregunt¨® qu¨¦ respond¨ªa a la solicitud australiano y el presidente estadounidense, al pasar y sin mirarlo, encendi¨® cierto optimismo con tres palabras: ¡°Lo estamos considerando¡±. Albanese, en una entrevista televisiva d¨ªas despu¨¦s, afirm¨® que el comentario era ciertamente alentador. ¡°Soy optimista sobre la resoluci¨®n, pero todav¨ªa no tenemos una¡±, le dijo al canal Sky News. ¡°Continuaremos defendiendo el caso en cada oportunidad que tengamos¡±.
La elocuencia del primer ministro laborista marcaba un contraste con la de su antecesor, el conservador Scott Morrison, que apenas se hab¨ªa referido al tema, sin contar dos intervenciones: a principios de 2022, en la v¨ªspera de las elecciones que llevaron a su partido a la derrota, y mientras Estados Unidos presionaba para conseguir la extradici¨®n de Assange desde Inglaterra, afirm¨® que ¡°el sistema judicial se estaba abriendo camino¡± y que Australia ¡°no era una parte involucrada¡±. De Morrison se recuerda otra intervenci¨®n, de 2019, cuando la actriz y modelo Pamela Anderson, amiga de Assange y una activista por su liberaci¨®n, le pidi¨® durante una entrevista que trabajase para traerlo de vuelta a Australia y Morrison contest¨® que no lo har¨ªa, pero que ¡°muchos de sus amigos¡± le hab¨ªan pedido ser ¡°enviados especiales para arreglar este tema con Pamela Anderson¡±.
Antes de emprender vuelo a Australia, Assange se convirti¨® en un hombre libre este mi¨¦rcoles, tras declararse culpable de espionaje ante un tribunal estadounidense en Saip¨¢n, capital de las islas Marianas del Norte, que son territorio no incorporado de Estados Unidos en el Oc¨¦ano Pac¨ªfico, y despu¨¦s de que una jueza considerara su sentencia cumplida por los cinco a?os que pas¨® en una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad en Londres. ¡°Podr¨¢s salir de esta sala como un hombre libre¡±, le dijo la jueza Ramona Manglona tras ratificar en una vista el acuerdo de la defensa de Assange con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
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