Lo que sabemos de la bacteria ¡®come carne¡¯ en Florida
El reciente paso de huracanes por la pen¨ªnsula ha causado el incremento de casos de esta bacteria altamente peligrosa
Mientras Florida se recupera despu¨¦s del paso de los huracanes Helene y Milton, los residentes ahora se encuentran en alerta de una una bacteria rara pero peligrosa que prospera en las aguas del Golfo de M¨¦xico. El paso de los huracanes ha creado las condiciones ideales para que se propague esta bacteria come carne, lo que supone un grave riesgo para la salud de quienes se exponen a las aguas contaminadas, que actualmente son una gran cantidad de ciudadanos que buscan regresar a la normalidad.
La bacteria en cuesti¨®n se denomina Vibrio vulnificus. De acuerdo con datos del departamento de salud de Florida, las vibriones son bacterias que se encuentran en ambientes estuarinos y marinos. Estas ingresan a animales que se alimentan por filtraci¨®n, como los mariscos, y tambi¨¦n pueden encontrarse en libertad en el agua de mar. Vibrio vulnificus se desarrolla en aguas c¨¢lidas, como las de las costas de Florida, y puede ingresar al organismo humano al consumir alimentos contaminados o a trav¨¦s de heridas abiertas. Los Centros para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades (CDC) alertan que este microorganismo puede ser mortal, y resaltan que ¡°muchas personas infectadas necesitan atenci¨®n intensiva o la amputaci¨®n de extremidades¡± debido a la r¨¢pida evoluci¨®n de la infecci¨®n.
Los huracanes y vibrio vunlificus
La bacteria Vibrio vulnificus habita de forma natural en las aguas costeras, en las c¨¢lidas temperaturas de las bah¨ªas, estuarios y playas de Florida. Por lo general, la bacteria se convierte en un problema de salud p¨²blica durante el verano, cuando las temperaturas del agua suben y las tormentas el¨¦ctricas aumentan la escorrent¨ªa de agua dulce, se diluye el agua de mar y crea el ambiente salobre donde se desarrolla la bacteria.
Los huracanes amplifican este riesgo. Cuando se desencadena una gran tormenta, las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales y las mareas de tempestad esparcen el agua cargada de bacterias por calles, hogares y comunidades, lo que expone a m¨¢s personas al pat¨®geno.
En el pasado, huracanes como Katrina, Irma e Ian influyeron en el aumento del n¨²mero de infecciones por Vibrio vulnificus. Por ejemplo, tras el hurac¨¢n Ian en 2022, Florida experiment¨® un aumento de los casos, con 74 infecciones confirmadas, muy por encima de la media del estado. Este aumento de las infecciones se produjo tras la inundaci¨®n de las zonas costeras, donde m¨¢s personas entraron inadvertidamente en contacto con agua contaminada.
La marejada cicl¨®nica y las inundaciones causadas tanto por Milton como por Helene han provocado una mayor exposici¨®n a aguas contaminadas, lo que aument¨® el riesgo para los residentes que pueden haber entrado en contacto con la bacteria a trav¨¦s de heridas abiertas o al consumir mariscos contaminados.
Investigaciones han demostrado que las cepas de Vibrio vulnificus que se encuentran en los meses m¨¢s fr¨ªos suelen ser m¨¢s virulentas, lo que significa que pueden causar infecciones m¨¢s graves. Esto se debe a que las bacterias de aguas m¨¢s fr¨ªas necesitan ser m¨¢s resistentes para sobrevivir y, por tanto, son m¨¢s peligrosas cuando infectan a un hu¨¦sped humano.
Riesgos
Las infecciones por Vibrio vulnificus, aunque poco frecuentes, son extremadamente graves y pueden poner en peligro la vida. La bacteria suele entrar en el organismo al consumir alimentos contaminados, pero tambi¨¦n a trav¨¦s de heridas abiertas expuestas al agua contaminada, por lo que las calles inundadas y el agua estancada en entornos post-hurac¨¢n resultan especialmente peligrosas. Una vez dentro del cuerpo, la infecci¨®n puede progresar r¨¢pidamente y provocar fascitis necrosante, una enfermedad grave en la que muere la carne que rodea la herida, siendo esta la raz¨®n por la cual se ha conocido como una bacteria come carne.
Las personas con problemas de salud subyacentes, como hepatopat¨ªas o diabetes, o con un sistema inmunitario debilitado, corren un mayor riesgo. En estas personas, la infecci¨®n puede escalar a septicemia (envenenamiento de la sangre), que tiene una tasa de mortalidad del 35%. En 2023, Florida registr¨® 46 casos de infecciones por Vibrio vulnificus, que causaron 11 muertes. La r¨¢pida replicaci¨®n de la bacteria y su naturaleza agresiva hacen que s¨ªntomas como fiebre, escalofr¨ªos y lesiones cut¨¢neas ampollosas puedan agravarse r¨¢pidamente, y en algunos casos la muerte se produce en tan solo dos d¨ªas.
Investigaci¨®n
A pesar de la gravedad de estas infecciones, el Vibrio vulnificus no ha sido profundamente investigado debido a su rareza. Expertos como el microbi¨®logo Paul Gulig han dedicado a?os al estudio de la bacteria para tratar de comprender mejor su comportamiento e identificar las cepas que plantean mayores riesgos. Aunque el desarrollo de una vacuna es improbable, Gulig cree que la mejora de los modelos de predicci¨®n ¡ªtal vez el seguimiento de los patrones de crecimiento bacteriano en agua caliente y fr¨ªa¡ªpodr¨ªa ayudar a los residentes de Florida a anticipar cu¨¢ndo es mayor el riesgo de infecci¨®n.
De igual forma sostiene que es esencial aumentar la concienciaci¨®n p¨²blica y la comprensi¨®n de los riesgos asociados a la bacteria, sobre todo despu¨¦s de los huracanes, cuando aumenta el riesgo de exposici¨®n. Tambi¨¦n menciona las dificultades para conseguir financiaci¨®n para la investigaci¨®n sobre Vibrio debido a su rareza y a la idea err¨®nea de que evitar comer ostras crudas es una soluci¨®n suficiente.
El departamento de salud de Florida recomienda evitar el consumo de ostras crudas u otros mariscos crudos. Cocer siempre bien los mariscos, como ostras, almejas y mejillones. En el caso de los mariscos que a¨²n est¨¢n en sus conchas, se pueden hervir hasta que se abran las conchas y luego hervir de nuevo durante cinco minutos m¨¢s, o cocerlos al vapor hasta que se abran las conchas y luego cocerlos durante nueve minutos m¨¢s y desechar las conchas que no se abran durante la cocci¨®n. Cuando se cocinen ostras sin concha, es mejor asegurarse de que se hierven durante al menos tres minutos o se fr¨ªen en aceite a 375 ¡ãF (190 ¡ãC) durante al menos diez minutos. Para evitar la contaminaci¨®n cruzada, se debe mantener el marisco cocido separado del crudo y de sus jugos, y consumirlo inmediatamente despu¨¦s de cocinarlo, refrigerando las sobras. Al manipular marisco crudo, es aconsejable usar protecci¨®n, como guantes. Adem¨¢s, se debe evitar exponer heridas abiertas o piel rota al agua salada o salobre caliente, as¨ª como al marisco crudo recogido en estas aguas.
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