El Supremo de Texas frena de ¨²ltimo minuto la ejecuci¨®n de un hombre condenado por matar a su hija de dos a?os
Robert Roberson, de 57 a?os, defiende su inocencia junto a un nutrido grupo de activistas y pol¨ªticos dem¨®cratas y republicanos
Robert Roberson seguir¨¢ con vida por el momento. El Supremo de Texas ha ordenado la noche del jueves frenar en el ¨²ltimo minuto la ejecuci¨®n del preso, condenado por el asesinato en 2002 de su hija de dos a?os. El Tribunal m¨¢s alto del Estado se ha pronunciado sobre un caso rechazado tanto por la Suprema Corte como por el Circuito texano de Apelaciones. Roberson, de 57 a?os, cuenta con un nutrido grupo de simpatizantes, entre ellos pol¨ªticos locales de los partidos Dem¨®crata y Republicano, quienes consideran que fue enviado al corredor de la muerte en un juicio con pruebas cient¨ªficas que no han soportado el paso del tiempo.
Roberson, quien siempre ha defendido su inocencia, iba a convertirse este jueves en el primer ejecutado en la historia de Estados Unidos por un caso del s¨ªndrome del beb¨¦ sacudido, un tipo de maltrato infantil que puede causar lesiones cerebrales y hasta la muerte a un menor si se le zarandea. El s¨ªndrome ha estado los ¨²ltimos a?os en el centro del debate entre los expertos. Voces de la comunidad m¨¦dica se han mostrado esc¨¦pticas de que exista evidencia cient¨ªfica concluyente que confirme el s¨ªndrome, que en el pasado lleg¨® a ser motivo de preocupaci¨®n para organismos como la OMS. Algunos cient¨ªficos desaconsejan que su diagn¨®stico sea empleado como evidencia en procesos penales que lleven al corredor de la muerte.
El caso que tiene a Roberson en el corredor de la muerte inici¨® en 2002. Su hija Nikki, quien hab¨ªa nacido con problemas respiratorios cr¨®nicos, hab¨ªa estado enferma al arranque de aquel a?o. Ten¨ªa fiebre y por breves instantes dejaba de respirar y se pon¨ªa azul. Roberson la llev¨® en una semana con el pediatra y a los servicios de emergencia del hospital de Palestina, la ciudad texana donde viv¨ªan. El 31 de enero, la ni?a dej¨® de respirar y su padre la traslad¨® al centro de salud de nuevo. Recibi¨® un masaje cardiaco, lo que reanim¨® su coraz¨®n, pero no su cerebro. Fue desconectada del respirador al d¨ªa siguiente. Su padre se convirti¨® en el principal sospechoso despu¨¦s de que los m¨¦dicos realizaran una tomograf¨ªa de la menor que mostraba un cerebro hinchado y lleno de sangre. Sospecharon maltrato infantil.
¡°Me acusaron a m¨ª porque no supe explicar qu¨¦ le pas¨®¡±, le dijo Roberson a la cadena de radio NPR. El preso est¨¢ dentro del espectro autista, un diagn¨®stico que no conoc¨ªa al momento de la muerte de la ni?a. Tiene tambi¨¦n un bajo coeficiente intelectual. Los m¨¦dicos del hospital llamaron a la polic¨ªa y lo acusaron del fallecimiento de Nikki despu¨¦s de que el hombre no mostrara emoci¨®n ninguna.
El detective principal del caso para el Departamento de Polic¨ªa de Palestina, Brian Wharton, admite que las autoridades nunca siguieron otra l¨ªnea de investigaci¨®n aparte de la del s¨ªndrome del beb¨¦ sacudido. Wharton, quien dej¨® las filas de la fuerza de seguridad y se convirti¨® en pastor evang¨¦lico, es uno de los defensores de Roberson. Considera que el sistema legal le fall¨® y pide revocar la sentencia.
Wharton no es el ¨²nico que lo cree. Los legisladores Joe Moody y Jeff Leach, dem¨®crata y republicano respectivamente, encabezan tambi¨¦n una campa?a para que sea revisado el proceso que llev¨® a la condena. ¡°Por m¨¢s de 20 a?os, Robert Roberson ha pasado 23 horas y media de cada d¨ªa en confinamiento solitario en una celda tan peque?a como el cl¨®set de los texanos esperando a ser escuchado¡±, han escrito la noche del jueves en un comunicado publicado tras el fallo del Supremo local.
Entre los defensores del recluso se encuentra tambi¨¦n John Grisham, escritor superventas y activista contra la pena de muerte. Este ha argumentado que existen avances tecnol¨®gicos que permiten brindar un nuevo diagn¨®stico de la muerte de Nikki adem¨¢s del de un s¨ªndrome que ha quedado obsoleto para la ciencia moderna. Aunque la ni?a s¨ª ten¨ªa lesiones en el cr¨¢neo que pudieron ser ocasionadas por una agresi¨®n, nueva evidencia muestra que la menor pudo haber fallecido por complicaciones relacionadas con una pulmon¨ªa severa.
La ejecuci¨®n iba a llevarse a cabo a las 18.00 (horario del centro de Estados Unidos). Roberson aguardaba su destino en una celda contigua a la sala donde iba a recibir el c¨®ctel letal por v¨ªa intravenosa. Los simpatizantes del acusado estaban atentos a alguna reacci¨®n del gobernador Greg Abbott, quien tiene la autoridad para posponer la muerte por 30 d¨ªas. El mandatario local no dijo nada. En los casi diez a?os que lleva en el poder, solo ha frenado una ejecuci¨®n. Tampoco se ha pronunciado en p¨²blico por el caso, a pesar de que Sonia Sotomayor, la jueza del Supremo federal, lo conmin¨® a interceder.
Roberson hab¨ªa pedido clemencia al organismo estatal encargado del sistema penitenciario, que neg¨® la moci¨®n. Los seis miembros del consejo votaron 6-0 para no transmutar la pena de muerte por cadena perpetua. La Suprema Corte federal como el tribunal m¨¢s alto en materia penal rechazaron frenar la ejecuci¨®n. La palabra que ha salvado de momento la vida de Roberson lleg¨® de una sala que pocas veces falla en casos penales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.