Gustavo Petro marca la senda de la nueva izquierda latinoamericana
El mandatario de Colombia, y su vicepresidenta, Francia M¨¢rquez, abanderan un progresismo que incorpora la agenda ambiental
Colombia marca a partir de este domingo el camino de la nueva izquierda latinoamericana. Con un acto de transmisi¨®n de mando cargado de simbolismo en la Plaza de Bol¨ªvar, en el coraz¨®n de Bogot¨¢, y ante una decena de jefes de Estado, Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez se incorporan a un bloque progresista diverso y heterog¨¦neo que incluye al mexicano Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ¡ªque no viaj¨® a la capital colombiana, pero estar¨¢ representado por su esposa, Beatriz Guti¨¦rrez y el canciller, Marcelo Ebrard¡ª, as¨ª como a algunos de los invitados: el argentino Alberto Fern¨¢ndez, el chileno Gabriel Boric o el boliviano Luis Arce. A la espera de las presidenciales de octubre en Brasil, donde Lula da Silva parte como favorito, la camada encabezada por Petro llega con la novedad de incorporar una marcada agenda ambiental y postular un modelo econ¨®mico que d¨¦ prioridad a las energ¨ªas limpias.
¡°Es una convergencia de izquierdas en un solo Gobierno¡±, se?ala el abogado y soci¨®logo C¨¦sar Rodr¨ªguez, profesor de la Universidad de Nueva York, NYU. De un lado la izquierda m¨¢s pol¨ªtica, pues Petro, que en su juventud perteneci¨® a la guerrilla del M-19, tiene m¨¢s de dos d¨¦cadas de trayectoria en las instituciones colombianas como congresista y alcalde de Bogot¨¢. Y de otro, Francia M¨¢rquez, su n¨²mero dos, viene del coraz¨®n de los movimientos sociales, ¡°que hasta ahora no hab¨ªan tenido ese nivel de liderazgo y poder nacional ni en Colombia ni en ning¨²n otro pa¨ªs de Am¨¦rica Latina¡±. La nueva vicepresidente es un avance sin precedentes para los movimientos afro, ambientalista y feminista. De ah¨ª el enorme inter¨¦s que despert¨® en su reciente gira por Brasil, Chile, Argentina y Bolivia.
Para la internacionalista Sandra Borda, las izquierdas latinoamericanas de esta nueva ¨¦poca ¡°son mucho m¨¢s diversas que las de la ola rosa¡± de comienzos de siglo, lo que puede dificultar la acci¨®n colectiva. La acad¨¦mica de la Universidad de Los Andes, en Bogot¨¢, que fue candidata del Nuevo Liberalismo y que manifest¨® su apoyo a Petro, se?ala dos grandes diferencias con respecto al pasado. ¡°Una, que no es la izquierda explotadora de commodities a diestra y siniestra. Es una izquierda que tiene una agenda ambiental. La otra, que incorpora dentro de su agenda la reivindicaci¨®n de derechos de identidades y comunidades minoritarias¡±, se?ala.
La izquierda tradicional en la regi¨®n no ten¨ªa el medio ambiente entre sus preocupaciones centrales. Incluso, en lo que va del siglo ha tendido a decantarse por favorecer el modelo econ¨®mico extractivista, con una posici¨®n agresiva contra los movimientos ambientalistas ¡ªde Lula y Dilma Rousseff en Brasil a Rafael Correa en Ecuador. Con Petro, a la agenda de b¨²squeda de paz y justicia social en Colombia se suma un importante componente de justicia ambiental, transici¨®n energ¨¦tica y cambio clim¨¢tico, un aporte fundamental de los movimientos sociales, valora Rodr¨ªguez, coautor de La nueva izquierda en Am¨¦rica Latina.
El progresismo que despunta principalmente con Petro y Boric, que han exhibido afinidad e intercambiado visitas, destaca Rodr¨ªguez, entiende que los combustibles f¨®siles y las industrias extractivas son el pasado. En otras palabras, que no existe futuro en un planeta inhabitable, ni para la izquierda ni para nadie. En campa?a, Petro marc¨® distancia con la Venezuela de Nicol¨¢s Maduro, un v¨ªnculo con el que lo suelen atacar sus cr¨ªticos, al subrayar que la dependencia del petr¨®leo es todo lo contrario a sus postulados. Tanto en Colombia como en Chile se habla de que una eventual victoria de Lula frente al presidente Bolsonaro en Brasil consolidar¨ªa un nuevo eje progresista, pero est¨¢ por verse si en caso de regresar al palacio de Planalto estar¨ªa dispuesto a abandonar la tradici¨®n extractivista.
¡°Petro ha defendido a la nueva izquierda y probablemente se comprometa con la regi¨®n a trav¨¦s de esta lente, abordando el cambio clim¨¢tico e impulsando el desarrollo econ¨®mico en industrias ¡°intensivas en conocimiento¡±¡±, se?ala un an¨¢lisis de la consultora Colombia Risk Analysis sobre la naciente pol¨ªtica exterior. ¡°Esto rompe con otros l¨ªderes de izquierda, como en M¨¦xico y Brasil, que contin¨²an abogando por un crecimiento basado en materias primas¡±.
Pero m¨¢s all¨¢ de la viabilidad del plan de Petro a corto plazo, su llegada al poder redibuja tambi¨¦n el sistema de contrapesos regionales frente a Estados Unidos. Ese es, por ejemplo, el prop¨®sito de L¨®pez Obrador, que busca liderar un bloque progresista en Am¨¦rica Latina y tratar de lograr una mayor capacidad de negociaci¨®n con Washington. La afinidad con el nuevo gobernante colombiano aumenta su margen para intentar reafirmarse, aunque seg¨²n apunt¨® Humberto Beck, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de M¨¦xico, se trata de una ambici¨®n con efectos m¨¢s simb¨®licos y ret¨®ricos que pr¨¢cticos.
El alcance de esa alianza ha quedado reflejado esta semana en la gira del secretario mexicano de Relaciones Exteriores. Ebrard viaj¨® a Bolivia antes de volar a Bogot¨¢ y se pronunci¨® sobre la ausencia de la ceremonia de transmisi¨®n de mando del presidente peruano, Pedro Castillo, debido a las investigaciones que afronta por varios casos de corrupci¨®n. Ebrard lament¨® que el Congreso no le diera la autorizaci¨®n e indic¨® que con motivo de la toma de posesi¨®n ¡°se llevar¨¢n a cabo encuentros de alto nivel para hacer frente a la inflaci¨®n y recesi¨®n, la crisis alimentaria y los nuevos riesgos de salud¡±.
Es decir, el relevo en el Palacio de Nari?o ya es de alguna manera un c¨®nclave de l¨ªderes de izquierda latinoamericanos, aun con todos los matices que han tenido y tienen sus programas de gobierno. Las expectativas, y tambi¨¦n los temores de algunos sectores, con respecto a lo que suceder¨¢ entre Colombia y Venezuela son enormes. Despu¨¦s del fallido ¡°cerco diplom¨¢tico¡± contra el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro en el que se empe?¨® Iv¨¢n Duque, el restablecimiento de las dif¨ªciles relaciones con Caracas, y la reapertura de una porosa frontera de 2.200 kil¨®metros, que ya est¨¢n en marcha, son otro de los grandes focos de la era Petro.
Si las diferencias pol¨ªticas entre el nuevo presidente colombiano y el sucesor de Hugo Ch¨¢vez son abismales, el pragmatismo ser¨¢ determinante para definir los futuros v¨ªnculos. Empezando por el impulso de otro de los ejes centrales del proyecto del Pacto Hist¨®rico, la llamada ¡°paz total¡±. El presidente ha puesto a la diplomacia colombiana al servicio de esa meta, con la que se propone no solo implementar con mayor decisi¨®n el acuerdo de paz con las FARC firmado en 2016 y cuya aplicaci¨®n ya cumple m¨¢s de cinco a?os, sino tambi¨¦n retomar los di¨¢logos con la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y adelantar una pol¨ªtica de sometimiento para otros grupos criminales, como el cartel del Clan del Golfo.
En sus primeros 100 d¨ªas, ¡°tendr¨¢ como objetivo establecer su legado como el primer l¨ªder de izquierda de Colombia, con un enfoque en la normalizaci¨®n de las relaciones con Venezuela y Cuba¡±, muy maltrechas durante el periodo de Duque, pronostica el informe de Colombia Risk Analysis. Aunque Caracas y La Habana son exponentes de la izquierda autoritaria con la que Petro se ha esforzado en marcar distancias, tambi¨¦n son actores clave en unas eventuales negociaciones con el ELN ¡ªigual que sucedi¨® durante el di¨¢logo con las FARC bajo el mandato de Juan Manuel Santos¡ª que gozan del respaldo regional.
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