Maduro, sobre el restablecimiento de relaciones con Colombia: ¡°Si no se hace bien, ser¨¢ un fracaso¡±
El presidente de Venezuela recibe al embajador Benedetti entusiasmado, aunque cauteloso y con ganas de entenderse poco a poco
¡ªEl que lo vea¡ªdijo Nicol¨¢s Maduro mientras ense?aba a todos los presentes un anillo dorado con una piedra preciosa incrustada¡ª se convierte en chavista y castrocomunista.
El presidente de Venezuela recibi¨® con tono bromista este lunes al nuevo embajador colombiano, Armando Benedetti, el encargado de restablecer las relaciones entre dos pa¨ªses que llevaban sin hablarse desde hace tres a?os. Vest¨ªa de blanco de pies a cabeza. El visitante, de traje, le regal¨® al anfitri¨®n un sombrero vueltiao y este le correspondi¨® con un cuadro de Sim¨®n Bol¨ªvar. La llegada al poder de Gustavo Petro ha abierto una nueva era entre Colombia y Venezuela. Benedetti resalt¨®, con el mismo ¨¢nimo conciliador, que la noticia de su hermanamiento deb¨ªa ser una fiesta y un carnaval, despu¨¦s de la peque?a guerra fr¨ªa que han protagonizado.
El tono distendido, sin embargo, no va a precipitar la hoja de ruta que se han impuesto para regresar a la normalidad. ¡°Se debe hacer de forma ordenada¡±, dijo Maduro. Colombia tiene la intenci¨®n de abrir cuanto antes la frontera, cerrada de manera intermitente desde 2015. Para ello, propone usar un sistema biom¨¦trico de identificaci¨®n para controlar el paso de personas. El chavismo se muestra m¨¢s receloso y prefiere hacerlo de manera progresiva. Maduro ofrece, a cambio, realizar una reuni¨®n de gobernadores fronterizos de cada lado con la presencia de los cancilleres. Petro debe ahora dar su visto bueno.
Sobre la mesa hay muchos temas pendientes. Como la seguridad en la frontera, donde operan c¨¢rteles de la droga y grupos guerrilleros colombianos. O el proceso de paz con la guerrilla del ELN, en el que Petro no quiere involucrar al chavismo, pero en el que seguro Venezuela querr¨¢ tener voz. Incluso el tema migratorio, despu¨¦s de que Colombia recibiera 2,5 millones de refugiados venezolanos. Tambi¨¦n el futuro de Mon¨®meros, empresa venezolana con sede en Colombia que produce una tercera parte de sus fertilizantes para el campo. ¡°Si no se hace bien, ser¨¢ un fracaso¡±, repiti¨® Maduro ante Benedetti, que iba acompa?ado por su pareja, Adelina Guerrero. Y, al recordar el distanciamiento entre ambos, a?adi¨®: ¡°Nunca debi¨® haber sucedido. Si hay dos pueblos parecidos y hermanos, somos nosotros¡±.
El sucesor de Hugo Ch¨¢vez, acompa?ado por la primera dama Cilia Flores, mostr¨® su preocupaci¨®n por el narcotr¨¢fico, el contrabando, los aranceles en la frontera y la guerrilla. El contrabando de gasolina, que tambi¨¦n parece preocupar al Gobierno de Petro, quisiera controlarlo abriendo una gasolinera con precios venezolanos de lado colombiano, como en el pasado le propuso al expresidente Juan Manuel Santos.
El tema de seguridad es mucho m¨¢s delicado. En los ¨²ltimos meses, cuatro guerrilleros colombianos hist¨®ricos han sido asesinados en la franja, sin que por el momento se hayan esclarecido del todo el motivo de sus muertes. La teor¨ªa que sostienen fuentes de seguridad colombianas es que un equipo de mercenarios realiza operaciones quir¨²rgicas en esta zona en la que apenas hay control del Estado ¡ªsea este Colombia o Venezuela¡ª para cobrar las recompensas millonarias que ofrece Estados Unidos por sus cabezas. Ese territorio se considera una zona de sombra, un avispero.
Maduro ha cogido la mano que le ha tendido Petro, pero ha dejado claro que ¨¦l funciona seg¨²n sus tiempos y sus l¨®gicas, sin presiones exteriores. El presidente ha vivido a?os de aislamiento internacional por sus pol¨ªticas represivas y, pese a eso, ha aguantado en el poder. El tiempo juega a su favor. Ni toda la bater¨ªa de sanciones de Estados Unidos ha conseguido moverle la silla. El presidente estadounidense, Joe Biden, explora ahora la v¨ªa diplom¨¢tica, como hace el propio Petro. La opini¨®n generalizada entre los gobernantes ahora al mando es que Venezuela necesita una salida negociada a su crisis institucional, donde la oposici¨®n pueda tener opciones reales de poder acceder a las instituciones. No va a resultar sencillo. A menudo, Maduro recuerda que le molesta que otros pa¨ªses se inmiscuyan en sus asuntos internos, y con Colombia no va a hacer una excepci¨®n.
El encuentro dio para recordar buenos momentos. Maduro rememor¨® cuando manten¨ªa una relaci¨®n fluida con Santos, asegur¨® que se llamaban a diario. Despu¨¦s, a su forma de ver, todo se rompi¨® por la injerencia de Estados Unidos. Ahora, agreg¨®, quisiera tener ese tipo de relaci¨®n con Petro. Benedetti, que escuchaba atento, har¨¢ de intermediario entre ellos. Estaban frente a frente dos nuevos socios que se recibieron con alegr¨ªa, pero que quieren hacer las cosas poco a poco.
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