La ¡°paz total¡± de Petro tambi¨¦n pasa por Venezuela y Cuba
En su primera semana en el poder, el presidente de Colombia ha fijado un eje de su pol¨ªtica exterior en Caracas y La Habana
Los renovados esfuerzos por alcanzar la ¡°paz total¡± en Colombia, y en particular por reabrir una mesa de di¨¢logos con la guerrilla del ELN, tambi¨¦n pasan por Caracas y La Habana. El deshielo en ambos frentes ha sido r¨¢pido, casi inmediato. Su primera semana en el poder le ha bastado a Gustavo Petro para encarrilar el restablecimiento de las siempre dif¨ªciles relaciones con el gobierno chavista de Venezuela, completamente rotas desde 2019, y enderezarlas con Cuba, muy maltrechas ante la hostilidad diplom¨¢tica que caracteriz¨® el periodo de Iv¨¢n Duque. La nueva pol¨ªtica exterior de Bogot¨¢ ha dado con arrojo sus primeros pasos.
Colombia marca la senda de la nueva izquierda latinoamericana, pero debe relacionarse con la vieja. El presidente Petro ha puesto la diplomacia al servicio de la paz, y a su idea de la ¡°paz total¡±, con la que se propone implementar con mayor decisi¨®n el acuerdo con las FARC, dialogar con el ELN y adelantar una pol¨ªtica de sometimiento para grupos criminales como el Clan del Golfo. Esa pol¨ªtica exterior ¡°tendr¨¢ como objetivo establecer su legado como el primer l¨ªder de izquierda de Colombia, con un enfoque en la normalizaci¨®n de las relaciones con Venezuela y Cuba¡±, pronostica sobre los primeros 100 d¨ªas del mandatario la consultora Colombia Risk Analysis.
Aunque Petro se esforz¨® en marcar distancias de reg¨ªmenes autoritarios como los de Cuba y Venezuela durante la campa?a, ambos pa¨ªses tambi¨¦n son actores clave, por distintas razones, en las incipientes negociaciones con el ELN, que gozan de un temprano respaldo regional ¨CBoric incluso ha ofrecido a Chile como una sede alterna para la mesa de di¨¢logos¨C.
La semana dej¨® hitos importantes en ambos frentes. Por un lado, Petro y el presidente venezolano, Nicol¨¢s Maduro, cristalizaron sus acercamientos al designar a sus respectivos embajadores: Armando Benedetti se instalar¨¢ en Caracas y F¨¦lix Plasencia en Bogot¨¢, con la misi¨®n de reflotar las relaciones tanto diplom¨¢ticas como comerciales despu¨¦s de a?os de tensiones entre dos vecinos que comparten m¨¢s de 2.200 kil¨®metros de frontera. Y por otro, una delegaci¨®n del Gobierno colombiano viaj¨® a Cuba, donde anunci¨® que reconoce a los negociadores del ELN que llevan a?os varados en la isla. All¨ª ratific¨® la decisi¨®n de retomar los di¨¢logos con la ¨²ltima guerrilla activa en Colombia, que ha adquirido un estatus binacional por su notoria presencia en Venezuela.
Los di¨¢logos de La Habana
¡°No hay un proceso de paz en el que Cuba no haya tenido un rol significativo e importante para Colombia, y eso se vio obstruido y desacreditado por el Gobierno pasado¡±, valora el senador Iv¨¢n Cepeda, parte de la delegaci¨®n que viaj¨® a La Habana junto al canciller ?lvaro Leyva y el comisionado de paz Danilo Rueda, que estuvieron acompa?ados, entre otras, por delegados internacionales y de la Iglesia. ¡°El anterior Gobierno condicion¨® cuatro a?os dialogar con el ELN. Esa negligencia obstruy¨® el rol de pa¨ªses garantes [Cuba y Noruega], y permiti¨® que en territorios como Catatumbo y Arauca se agudizara la violencia. En 24 horas, el Gobierno de la paz total desagravi¨® a Cuba y abri¨® ruta para dialogar¡±, ha declarado Cepeda, que desde la comisi¨®n de paz del Senado cumple un papel clave.
La guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional naci¨® hace m¨¢s de medio siglo justamente bajo el influjo de la revoluci¨®n cubana. El Gobierno de Juan Manuel Santos firm¨® el hist¨®rico acuerdo de paz con las FARC a finales de 2016 y puso en marcha el en¨¦simo intento de negociar con el ELN, que no pudo concluir. A principios del 2019, el ELN perpetr¨® un ataque con carro bomba contra una escuela de cadetes de la Polic¨ªa en Bogot¨¢ que dej¨® una veintena de muertos. Ese atentado hizo volar por los aires un proceso que ya languidec¨ªa desde que Duque, un cr¨ªtico de los acuerdos con las FARC, relev¨® a Santos en agosto del 2018.
La ruptura trajo profundas repercusiones diplom¨¢ticas. Luego del atentado, Duque desconoci¨® los protocolos firmados por las partes ¨Cincluidos los pa¨ªses garantes¨C, con lo que la delegaci¨®n del ELN que se encontraba en Cuba qued¨® en el limbo. La isla se neg¨® a extraditar a la c¨²pula negociadora, amparada en los protocolos, lo que provoc¨® la hostilidad de Bogot¨¢. Cuando la Administraci¨®n de Donald Trump en Estados Unidos design¨® a Cuba como un ¡°Estado patrocinador del terrorismo¡±, en enero de 2021, justific¨® su decisi¨®n en los reclamos de Duque. Leyva, el nuevo canciller colombiano, llam¨® desde La Habana a poner fin a esa calificaci¨®n, ¡°con la que se ha pretendido desconocer el compromiso de Cuba con la paz¡±. ¡°Estaremos al servicio de lo que ambas partes soliciten¡±, dijo su hom¨®logo cubano, Bruno Rodr¨ªguez. Aunque las relaciones entre Colombia y Estados Unidos en el nuevo ciclo pol¨ªtico todav¨ªa son una pregunta abierta, el desagravio, al menos, parece consumado.
La ¡°normalizaci¨®n¡± con Caracas
El restablecimiento de las relaciones con Venezuela es otro frente altamente sensible. Los dos pa¨ªses ya han acordado una ¡°normalizaci¨®n gradual¡± para pasar la p¨¢gina tras a?os de diferencias irreconciliables bajo Duque, que nunca reconoci¨® a Maduro y brind¨® su irrestricto apoyo al l¨ªder opositor Juan Guaid¨®. Las dos capitales se proponen recuperar el intercambio comercial y avanzar en la reapertura vehicular de los cruces formales en una frontera repleta de rutas ilegales, dominada por los grupos armados y por la que se filtra todo tipo de contrabando. La l¨ªnea lim¨ªtrofe ha sido tambi¨¦n paso obligado de los migrantes, uno de los mayores flujos de personas en el mundo, con 2,5 millones de venezolanos afincados en Colombia.
La agenda entre Bogot¨¢ y Caracas no se limita a los actores armados, pero en ese complejo panorama tambi¨¦n emerge con fuerza la eventual negociaci¨®n de paz. El ELN, que se caracteriza por una estructura federada, es hoy una guerrilla m¨¢s robusta y con mayor capacidad militar. Se expandi¨® durante los ¨²ltimos cuatro a?os en el nororiente de Colombia, sobre el eje de la frontera con Venezuela, y transit¨® hacia un formato de guerrilla binacional, en parte como consecuencia de los desaciertos estrat¨¦gicos del Gobierno de Duque en el manejo de las relaciones bilaterales y la ausencia hist¨®rica de una pol¨ªtica de control fronterizo, se?ala el an¨¢lisis que public¨® la Fundaci¨®n Ideas para la Paz en este peri¨®dico. Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han denunciado que las fuerzas de seguridad venezolanas han sido c¨®mplices del ELN, al punto de realizar ¡°operaciones conjuntas¡±.
El principal inter¨¦s de Bogot¨¢ en normalizar las relaciones con Caracas, m¨¢s que para mejorar las condiciones de la frontera o resolver la situaci¨®n de los migrantes, radica en que Venezuela ¡°sea parte activa de la mesa de negociaci¨®n con el ELN, una presencia constructiva, muy parecida a lo que hizo Santos con [Hugo] Ch¨¢vez en la ¨¦poca de la negociaci¨®n con las FARC¡±, se?ala la internacionalista Sandra Borda, autora de ?Por qu¨¦ somos tan parroquiales? Una breve historia internacional de Colombia. La viabilidad de cualquier di¨¢logo pasa tambi¨¦n por el tablero internacional, en el que se juega a varias bandas. En sus primeros d¨ªas, el Gobierno que apenas despunta ya ha marcado el lugar que quiere ocupar la diplomacia colombiana.
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