Una placa en honor a los muertos y desaparecidos del Palacio de Justicia genera discordia: ¡°Los militares y guerrilleros tambi¨¦n fueron v¨ªctimas¡±
Ren¨¦ Guar¨ªn, hermano de Cristina, una de las desaparecidas en noviembre de 1985, cuestiona que en los actos conmemorativos se excluyan a los militares y guerrilleros que murieron en esos hechos
Ren¨¦ Guar¨ªn se hizo mayor cargando una foto de su hermana Cristina. Ten¨ªa 22 a?os cuando la vio por ¨²ltima vez. Su familia la busc¨® por 30 a?os, hasta hace siete cuando les entregaron una caja con sus restos. Guar¨ªn, ahora de 59 a?os, ha mantenido viva la memoria de su hermana, que desapareci¨® entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985, tras el asalto de la guerrilla del M-19 al Palacio de Justicia y una sangrienta retoma por parte de las fuerzas militares que dej¨® m¨¢s de cien muertos y al menos 11 personas desaparecidas.
Cada a?o, el Estado les hace un homenaje a las v¨ªctimas, pero las familias quieren justicia y verdad antes que homenajes. Los principales responsables del operativo que entr¨® a sangre y fuego al edificio del Palacio ya superan los 80 a?os. Guar¨ªn teme que no alcancen a contar c¨®mo fue que un operativo de rescate termin¨® en una tragedia, con desaparecidos y torturados. El hermano de Cristina ha sido cr¨ªtico de los actos de conmemoraci¨®n y de las palabras que en cada aniversario el Estado les dedica a la memoria de las v¨ªctimas. ¡°Nos falta la verdad¡±, dice.
Esta vez, despu¨¦s de 37 a?os del asalto, Gustavo Petro, exguerrillero del M-19, acompa?¨® la ceremonia religiosa y se solidariz¨® con las familias. Guar¨ªn, que tambi¨¦n fue parte del M-19, conoci¨® al presidente cuando era guerrillero y cree que su presencia en el poder podr¨ªa por fin abrir camino hacia una reconciliaci¨®n que ha sido esquiva.
¡°Logr¨¦ quedar vivo en medio de m¨¢s de una veintena que murieron al lado m¨ªo. La vida me dej¨® vivo para recuperar los restos de mi hermana¡±, dice. Guar¨ªn fue parte de una desmovilizaci¨®n masiva el 9 de marzo de 1990, en Santo Domingo, Cauca. ¡°All¨ª hicimos nuestra ¨²ltima parada militar¡±, recuerda. Despu¨¦s de haber vivido la guerra, cree que a los militares y a los guerrilleros se les debe reconocer como v¨ªctimas. ¡°Recibimos con sorpresa que las tres altas cortes de Colombia decidieron instalar una placa en la que omitieron los nombres de los guerrilleros y militares que murieron en la toma y la retoma del Palacio. Ellos tambi¨¦n son v¨ªctimas¡±, reclama Guar¨ªn, que ha pedido que se borre el nombre de su hermana de la placa porque ¨Ddice¨D ¡°la memoria no puede excluir a nadie¡±.
Guar¨ªn habla de Irma Franco, la guerrillera que fue desaparecida por los militares. En 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos conden¨® al Estado por ese delito. La sentencia dice que existi¨® un ¡°modus operandi¡± de las autoridades estatales para desaparecer personas. Franco sali¨® viva del edificio de la Corte. Seg¨²n testigos, confes¨® que era guerrillera y que hab¨ªa participado en la toma. Su cuerpo fue encontrado enterrado en los terrenos de un batall¨®n. En 1995, la Naci¨®n fue condenada a reparar econ¨®micamente a su familia por su desaparici¨®n. ¡°El nombre de Irma Franco deber¨ªa estar en esa placa. Ella tambi¨¦n fue v¨ªctima, sus familiares sufrieron igual que nosotros y que las familias de los militares¡±, dice Guar¨ªn, que tambi¨¦n recuerda a H¨¦ctor An¨ªbal Talero, un mayor del Ej¨¦rcito que en las im¨¢genes de ese d¨ªa se ve descendiendo de uno de los helic¨®pteros que transportaron a los hombres que pretend¨ªan tomar el control del edificio asaltado por el M-19.
¡°Los militares fueron usados para defender a una cuestionada institucionalidad¡±, dice Guar¨ªn, que espera que el Gobierno de Petro empiece a cerrar las brechas entre las v¨ªctimas de primera y segunda categor¨ªa. ¡°La paz total que se pregona en el gobierno debe tener en cuenta tambi¨¦n a quienes empu?aron las armas y a quienes lo hicieron para defender la institucionalidad¡±.
Guar¨ªn no ha sido el ¨²nico que ha hablado de la injusticia que todav¨ªa rodea al caso. Una de las hijas del magistrado Carlos Horacio Ur¨¢n, Helena, se ha dedicado a reclamar la verdad. Su pap¨¢ fue rescatado con vida por miembros del Ej¨¦rcito, pero apareci¨® muerto despu¨¦s. En junio pasado, describ¨ªa en columna de la revista Cambio cu¨¢les hab¨ªan sido sus sensaciones cuando visit¨® el nuevo espacio de la Corte, donde homenajean a su pap¨¢ y a otras v¨ªctimas. ¡°Con esa nueva edificaci¨®n, oscura y de poca gracia, se pretende hoy hacer de cuenta que nada pas¨® y a¨²n no se reivindica plenamente lo que hicieron los se?ores de la guerra, a otros y al pa¨ªs que confiaba en su Corte Suprema de Justicia y sus magistrados. All¨ª hay una l¨¢nguida exposici¨®n de las fotos de solo cerca de 20 personas escogidas, con no se sabe qu¨¦ criterio, entre el centenar de v¨ªctimas de aquellos cr¨ªmenes atroces¡±.
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