Las siete claves del primer semestre del Congreso
Con aliados en las presidencias del Senado y la C¨¢mara, el Gobierno de Gustavo Petro sac¨® adelante una tributaria ambiciosa que demostr¨® su amplio control
En su primera entrevista a un medio internacional despu¨¦s de ser elegido presidente, Gustavo Petro le dijo a EL PA?S : ¡°Las reformas se hacen el primer a?o o no se hacen.¡± Ha pasado la mitad de ese a?o en t¨¦rminos legislativos, pues el viernes 16 termin¨® el primer per¨ªodo de sesiones de esta legislatura en el Congreso. En los cuatro meses de sesiones, quedaron claras estas siete claves:
1. El presidencialismo se pinta de otro color pol¨ªtico
El Congreso mostr¨® que la mayor fuerza pol¨ªtica en Colombia, en temas legislativos, no tiene tanto un tinte ideol¨®gico como una mirada realista a la pol¨ªtica: no era la derecha antes ni es la izquierda ahora. La mayor fuerza pol¨ªtica es el presidencialismo. Eso debido a varios factores: una tradici¨®n en la que el Ejecutivo concentra la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica; una arquitectura institucional en la que el presidente cuenta con per¨ªodos fijos; un gran control del gobierno sobre el presupuesto y miles de cargos bien remunerados, que a su vez pueden contratar miles de personas que no tienen puestos fijos en el Estado.
Para el presidente de la C¨¢mara de Representantes, el petrista David Racero, la fuerza viene del voto popular por el presidente elegido: ¡°es un Congreso que, aunque mayoritariamente est¨¦ compuesto por fuerzas tradicionales, ha comprendido que el pueblo vot¨® por un cambio; y que cambian o los cambian¡±. Para el senador David Luna, de Cambio Radical y cr¨ªtico del Gobierno, la cuesti¨®n es m¨¢s sencilla: ¡°En un pa¨ªs tan presidencialista, cualquier presidente arma una coalici¨®n. Esta sorprende por qui¨¦nes la conforman, no porque exista¡±.
Que eso sea una expresi¨®n del presidencialismo se nota, por ejemplo, en una de las grande leyes aprobadas en este per¨ªodo, que el Gobierno llam¨® de paz total. La norma, m¨¢s que reformar un status quo, lo que hizo fue adaptarlo al nuevo Gobierno: prorrog¨® cuatro a?os m¨¢s la llamada ley de orden p¨²blico en la que, desde hace un cuarto de siglo, todos los Congresos delegan en el Ejecutivo la posibilidad de negociar con grupos armados ilegales. Esa delegaci¨®n de funciones, en la que los legisladores de forma voluntaria reducen su poder, es una muestra del presidencialismo. Lo es tambi¨¦n la nueva ley que crea el Ministerio de la Igualdad: contiene un art¨ªculo que permite al presidente emitir decretos con fuerza de ley, durante seis meses, para decidir qu¨¦ entidades pasar¨¢n a depender del nuevo ministerio.
2. La bancada de los tradicionales sigue siendo fundamental para Petro
Aunque el Congreso tiene muchas caras nuevas ¡ªalrededor de dos tercios de sus miembros¡ª los pol¨ªticos tradicionales mantienen peso suficiente para ser decisorios. Lo son en t¨¦rminos num¨¦ricos: los partidos Conservador, Liberal, Cambio Radical y La U suman 50 de los 108 senadores y 86 de los 187 representantes. Son cifras que, si bien les impiden armar una mayor¨ªa, hacen que tanto la izquierda como la derecha del Centro Democr¨¢tico, y los cristianos, necesiten de sus votos para sacar adelante las iniciativas.
En el Legislativo, las bancadas liberal, conservadora y de La U apoyaron de manera permanente y casi un¨¢nime al Gobierno. Sus votos fueron definitivos para que saliera adelante la reforma tributaria o para que no prosperara la moci¨®n de censura contra la ministra de Minas Irene V¨¦lez. Su importancia est¨¢ clara dentro del Gobierno: Petro nombr¨® al exsenador de La U Mauricio Lizcano como director de la Presidencia, y design¨® en el ministerio de Transporte a Guillermo Reyes como cuota de los conservadores. Otro pol¨ªtico tradicional de La U que se reinvent¨® en la campa?a electoral como aliado de Petro, el presidente del Senado Roy Barreras, ha contado con el sustento del presidente y de la bancada petrista.
3. La estrategia de apostarle al primer a?o ha funcionado
De forma sorpresiva, la bancada del petrista Pacto Hist¨®rico se qued¨® con las presidencias del Senado, en cabeza de Roy Barreras, y de la C¨¢mara, con David Racero, en el primero de los cuatro a?os de este Congreso. Eso les permiti¨® controlar la agenda de los proyectos de ley, los ritmos de los debates y las prioridades legislativas en el primer a?o. Es inusual que un mismo partido ocupe las dos presidencias de forma simult¨¢nea, y para lograrlo debe negociar el apoyo de otras bancadas en una suerte de coalici¨®n interna del Congreso para definir esas presidencias, las de las comisiones y otros cargos, por el cuatrienio entero.
Para Racero, esa estrategia ha sido exitosa. ¡°Se le reconoce a Roy Barreras su capacidad de traer otros sectores a este gran Frente Amplio que desde un principio invit¨® al presidente. Hoy nuestro proyecto de pa¨ªs no es un proyecto de izquierda, es un proyecto nacional¡±, dice a EL PA?S, a la vez que explica que el Gobierno ha logrado cambios significativos. ¡°Tenemos una presidencia de C¨¢mara y Senado comprometida con el cambio y eso es lo que organiza el debate y orienta la discusi¨®n¡±.
4. El Gobierno prioriz¨® la plata y el marco legal para sus grandes apuestas
La senadora del Pacto Hist¨®rico Clara L¨®pez, que tiene una larga trayectoria en la pol¨ªtica y la funci¨®n p¨²blica, cuenta que los avances legislativos de este per¨ªodo fueron planeados estrat¨¦gicamente para que 2023 sea plenamente el primer a?o del Gobierno. Este ¨²ltimo asegur¨® dinero y sostenibilidad fiscal, adem¨¢s de avances en igualdad, para ejecutar programas sociales con la reforma tributaria; defini¨® el marco de negociaci¨®n con los grupos armados, que est¨¢ en el coraz¨®n del plan de Gobierno, con la llamada ley de paz; avanz¨® sus banderas con la creaci¨®n del Ministerio de la Igualdad y los avances en las reformas constitucionales que reconocen el campesinado como actor pol¨ªtico.
Aunque reformas muy sonadas, como la laboral, la de salud y la pensional quedaron postergadas, era justamente la idea. ¡°Fue una decisi¨®n planeada. No quer¨ªamos generar un tranc¨®n de proyectos de ley, y mucho menos dispersar el debate social. Este semestre decidimos hacer el debate p¨²blico en cuanto a lo econ¨®mico y a la paz. El pr¨®ximo semestre haremos el debate en torno a lo social. Y le soy sincero, el pa¨ªs nos va a recordar por las transformaciones sociales que hagamos el pr¨®ximo a?o. Ah¨ª miraremos si triunfamos o fracasamos¡±, explica Racero.
5. Petro tiene las mayor¨ªas para sacar adelante sus reformas sociales
Las mayor¨ªas construidas con aliados tradicionales, inclusive de derechas, pintan s¨®lidas para el pr¨®ximo semestre de las reformas sociales. El tr¨¢mite de la reforma tributaria da pistas de lo fuerte que se ven esos apoyos. El proyecto de ley inicial era m¨¢s ambicioso en t¨¦rminos de recaudo y de igualdad, y si bien se aprob¨® en una versi¨®n recortada, eso es usual en ese tipo de leyes pues aumentar los impuestos puede quitarle votos a los congresistas. Sin embargo, varias propuestas del Gobierno que parec¨ªan poco viables salieron adelante. Por ejemplo los impuestos saludables, que hab¨ªan sido rechazados en los ¨²ltimos a?os, o un impuesto al patrimonio permanente.
¡°Creo que hay una nueva sensibilidad¡±, dice Racero, el presidente de la C¨¢mara. ¡°Le doy un ejemplo: aprobamos en primera vuelta la posibilidad de reducir un mes el receso de los congresistas que en el periodo anterior se hab¨ªa engavetado¡±, a?ade. Para la senadora L¨®pez, eso se debe a que al tratarse de una coalici¨®n plural, con criterios divergentes, los acuerdos internos son muy trabajados.
6. La oposici¨®n m¨¢s efectiva puede ser la de la centroizquierda
Si bien la mayor¨ªa pinta s¨®lida, no est¨¢ exenta de oposici¨®n. Hasta ahora ha gozado con la ventaja de que el uribismo, la principal fuerza contraria al Gobierno, est¨¢ debilitado (carga el lastre de la mala imagen y los problemas judiciales del ex presidente ?lvaro Uribe, y no tiene una cabeza visible que lo unifique y pueda convertirse en jefe de la oposici¨®n). Sin embargo, un problema m¨¢s grande le puede llegar a la mayor¨ªa desde la centroizquierda: sectores que no son parte del Pacto Hist¨®rico de Petro y que tampoco provienen de la pol¨ªtica tradicional.
Justamente eso parece se?alar la fuerte disputa por varios art¨ªculos de la reforma pol¨ªtica entre las representantes verdes Katherine Miranda y Cathy Juvinao, su copartidario el senador Ariel ?vila, o Jennifer Pedraza del partido de izquierda Dignidad, y varias voces gobiernistas. Miranda ha dicho en Twitter que los petristas ¡°Aprobaron la reforma pol¨ªtica con el regalo de reelecci¨®n para el actual congreso y eliminaci¨®n de protecci¨®n a las minor¨ªas pol¨ªticas. Se est¨¢n equivocando, destrozan la democracia.¡± Susana Boreal, del Pacto Hist¨®rico, dice que ¡°El Partido Verde busca sabotear el informe de conciliaci¨®n de la reforma pol¨ªtica en C¨¢mara para tumbarla¡± y su colega Mar¨ªa del Mar Pizarro acus¨® directamente a ?vila de incluir uno de los art¨ªculos de la pol¨¦mica (en realidad ven¨ªan de antes) y dice ¡°?Coincidencia o estrategia para tumbar la reforma? Esto es un saboteo de algunos integrantes del verde¡±.
7. Las elecciones regionales se pueden atravesar a la agenda del Gobierno
Que el choque se haya dado en temas pol¨ªticos sirve para recordar que en octubre de 2023 habr¨¢ elecciones locales y regionales, en la que se definir¨¢n m¨¢s de 1.000 alcaldes, 32 gobernadores y miles de concejales, diputados y ediles por los siguientes 4 a?os. Ese horizonte electoral puede reforzar el riesgo de una oposici¨®n de centroizquierda al Gobierno, o por lo menos de voces que busquen marcar diferencias program¨¢ticas e ideol¨®gicas para competir electoralmente. Esto es particularmente notorio para las fuerzas menos tradicionales, especialmente de centro y centroizquierda, que lograron victorias en las alcald¨ªas de las grandes ciudades en las elecciones de 2019. Y el Pacto Hist¨®rico busca consolidarse como gran fuerza de la izquierda. En palabras del representante Alirio Uribe, el Pacto ¡°contempla ganar 600 alcald¨ªas y la mitad de las gobernaciones¡å, con una estrategia en la que hasta ahora se ha planteado competir, no aliarse, con las otras fuerzas de la coalici¨®n legislativa.
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