El mandato de Petro se juega en los pr¨®ximos meses en el Congreso
Las sesiones extraordinarias inician con una lista cada vez m¨¢s larga de proyectos sensibles a debatir, y con el mensaje pol¨ªtico de las movilizaciones de la semana que pas¨®
¡°Dictador me llaman, cuando hemos dejado nuestra obra en manos del Congreso de Colombia, como una democracia lo requiere¡± dijo el presidente Gustavo Petro el martes, en su discurso de cierre de la movilizaci¨®n que hab¨ªa convocado para mostrar respaldo popular a sus reformas sociales. Era el cierre de su apuesta por reactivar las calles, esas que pusieron en jaque al Gobierno anterior y que le ayudaron a ganar la presidencia. El cierre de una movida para que sus reformas llegaran con m¨¢s fuerza al Congreso, donde la mayoritaria coalici¨®n de Gobierno empieza a mostrar fisuras.
No sorprende que las mayor¨ªas legislativas empiecen a mostrar dudas. Aunque el semestre pasado el Gobierno tuvo una aplanadora, que le permiti¨® sacar adelante la ley de la paz total y especialmente una reforma tributaria ambiciosa, la coalici¨®n tiene m¨¢s sustento en el poder del mandatario en un pa¨ªs presidencialista, en la representaci¨®n burocr¨¢tica en el Ejecutivo o en la popularidad de un presidente reci¨¦n elegido, que en acuerdos para sacar adelante un programa de Gobierno en el que todos est¨¦n representados. En suma, m¨¢s una coalici¨®n de Congreso que una de Gobierno.
Al fin y al cabo, no era obvio que el primer presidente elegido por la izquierda en d¨¦cadas pudiera tener mayor¨ªas en el Congreso. Arrancaba con una bancada propia de alrededor de 20% del Congreso. Para crecer m¨¢s all¨¢, requer¨ªa sumar apoyos de bancadas de partidos tradicionales -contra los que ha hecho pol¨ªtica por d¨¦cadas- o de fuerzas de centro o de derecha -a las que ven¨ªa de vencer en la campa?a. Finalmente lo logr¨®, sumando a su coalici¨®n incluso al Partido Conservador, que representa la derecha desde mediados del siglo XIX y fue uno de los bastiones de los recientes presidentes a los que Petro le hizo oposici¨®n tenaz, como ?lvaro Uribe o Iv¨¢n Duque. Formalmente, tiene el apoyo de casi el 75% de los actuales senadores.
Con esas amplias mayor¨ªas, el Gobierno ha planteado sacar adelante un a?o de muchas normas nuevas, que concreten su promesa de cambio; como dijo a este diario el presidente de la C¨¢mara de Representantes y alfil de Petro, David Racero, ¡°Las reformas sociales del semestre que viene son la agenda principal del Gobierno¡±. Entre ellas est¨¢n la ley de sometimiento, que es indispensable para su pol¨ªtica de paz total; la adici¨®n de 23 billones de pesos al presupuesto nacional, que le dar¨¢ los recursos para avanzar en metas como la reforma agraria; la reforma penitenciaria; y especialmente las tres sonadas reformas a la seguridad social: la laboral, la pensional y la sanitaria.
Sacar todo eso adelante es capital para que el Gobierno demuestre que est¨¢ logrando el cambio que ha prometido, y por eso la pol¨ªtica regresa al Capitolio. La dificultad es que la coalici¨®n legislativa no es necesariamente permanente y ya sufre tensiones, m¨¢s ahora que llega una reforma a la salud que caldeaba los ¨¢nimos antes de conocerse y que finalmente reflej¨® las posturas m¨¢s duras dentro del variopinto Gabinete de Gobierno. Esa reforma, en particular pero no solamente, plantea un gran reto para el Gobierno: que el Congreso le avale las propuestas que definen su mandato. El bal¨®n queda del lado de los congresistas.
El atractivo de apoyar a un presidente incluye recibir parte de su popularidad, como ocurri¨® en los ocho a?os de mandato del entonces muy popular Uribe, quien en 2002 fue el primer presidente colombiano elegido en primera vuelta desde que la Constituci¨®n de 1991 cre¨® el ballotage, y obtuvo un 20% m¨¢s de votos que su seguidor, Horacio Serpa. En contraste, Petro gan¨® en segunda vuelta con 11,3 millones de votos contra 10,6 de su contendor, un margen de apenas el 3%. A eso se suma que seg¨²n las m¨¢s recientes encuestas menos del 50% de los consultados aprueban la gesti¨®n del presidente. Tiene sentido que un pol¨ªtico de otras tenencias ideol¨®gicas, de electorados dis¨ªmiles al de Petro, se plantee a alejarse de ¨¦l.
Lo tiene m¨¢s cuando las elecciones regionales est¨¢n ya a la vista, y cuando la puja de su grupo pol¨ªtico por las alcald¨ªas y gobernaciones probablemente sea contra candidatos del petrismo. Aunque a ocho meses de las elecciones todav¨ªa no se han definido las alianzas electorales, en un pa¨ªs de regiones fuertes y partidos pol¨ªticos d¨¦biles, ¨¦stas suelen ser variopintas. Partidos que en una elecci¨®n son enconados rivales, en el departamento o municipios vecino pueden ser entra?ables aliados. En Bol¨ªvar, por ejemplo, es posible que el petrismo y el conservatismo de la casa Montes terminen juntos, mientras en Boyac¨¢ esa posibilidad es pr¨¢cticamente imposible.
La consecuencia de ese complejo mapa electoral es que compa?eros de bancada y de partido pueden tener intereses y posturas totalmente opuestas frente a acompa?ar o no al Gobierno, mantenerse en la coalici¨®n, incluso votar a favor uno u otro proyecto. El caso del partido Verde, que tiene entre sus senadores a petristas de primera fila como Inti Asprilla pero tambi¨¦n a cr¨ªticos permanentes del Gobierno como Jota Pe Hern¨¢ndez, ejemplifican la compleja realidad a la que se enfrentan el Ministro de Interior, Alfonso Prada, y en general el Gobierno. La pregunta es cu¨¢l es la estrategia para asegurar que las mayor¨ªas sigan de su lado.
La representaci¨®n burocr¨¢tica puede ser insuficiente. El Partido Conservador, que tiene el ministerio de Transporte, removi¨® al senador Carlos Trujillo de su direcci¨®n porque muchos congresistas sent¨ªan que hab¨ªa concentrado los nombramientos en su favor individual. La U, que en principio tiene el Ministerio de TIC, est¨¢ debatiendo su posici¨®n frente a la reforma a la salud que ha criticado su directora, la excongresista Dilian Francisca Toro. Los liberales recibieron de su jefe ¨²nico, el expresidente C¨¦sar Gaviria, un documento altamente cr¨ªtico de esa misma reforma.
De hecho, ser¨¢ esa reforma la que primero determine el grado de ¨¦xito o fracaso de Petro. Fue por ella que el presidente moviliz¨® a las calles, es ella la que ha creado m¨¢s controversia, es la que representa una visi¨®n m¨¢s radical de su cambio. En contraste, la pensional o la laboral parecen concitar m¨¢s acuerdos, las de justicia afectan menos la cotidianidad de los colombianos, la tributaria logr¨® consensos pues era m¨¢s incremental que radical. Adem¨¢s, la reforma a la salud ya est¨¢ en discusi¨®n. Si se enreda en el Congreso, se enreda no solo la gobernabilidad de Petro sino la imagen de que puede lograr por esa v¨ªa los cambios que ha prometido.
Sin embargo, incluso as¨ª esa conclusi¨®n no es obvia. Para el profesor de la Universidad del Rosario Yann Basset, hay una v¨ªa para que Petro salga victorioso si la reforma a la salud se estanca en estos meses. ¡°Incluso si se demora en el Congreso, por lo compleja y pol¨¦mica que es, con su radicaci¨®n Petro ya tiene una prueba de su compromiso con las bases m¨¢s radicales. Y si mientras tanto logra sacar adelante las reformas pensional y laboral, que parecen ser menos polarizantes, le sumar¨ªa resultados, cambios concretos¡±, dice.
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