Gustavo Petro y Felipe Gonz¨¢lez, primer a?o de dos izquierdistas
El presidente colombiano tiene de su lado, como hace 40 a?os el antiguo jefe del Gobierno espa?ol, la narrativa de las nuevas generaciones, pero a¨²n no logra persuadir a la mayor¨ªa
![El expresidente del Gobierno espa?ol Felipe Gonz¨¢lez, y el mandatario colombiano Gustavo Petro.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7QCOYO4QGRC2RDIQKPLP5VBXBY.jpg?auth=75e296470dcdb681c8aea39159aab0d0968255ef4a8a4862b33da8952395c321&width=414)
En la Espa?a de 1982 hubo un gobierno que rompi¨® esquemas en fondo y forma. Hoy, 40 a?os despu¨¦s, nadie duda que la osad¨ªa del PSOE para ganar el poder en una sociedad posfranquista y esquiva a ideas socialistas tan vilipendiadas durante m¨¢s de 30 a?os de hegemon¨ªa del ¡°general¨ªsimo¡±, fue un deber de la esperanza democr¨¢tica. Pero no fue f¨¢cil. De los 13 a?os en el poder de Felipe Gonz¨¢lez, el primer a?o fue de m¨²ltiples dificultades. Las enfrent¨® y super¨® interpretando el sentimiento de un cambio de ¨¦poca.
No hab¨ªa sorteado las primera horas como presidente del Gobierno cuando a Gonz¨¢lez le correspondi¨® devaluar la peseta (moneda de esos tiempos en Espa?a) en un 8%; subir la gasolina un 21%; nacionalizar uno de los grupos econ¨®micos m¨¢s fuertes, Rumasa, que pose¨ªa 20 bancos y m¨¢s de 600 sociedades; adem¨¢s de enfrentar los sindicatos de empresas estatales anquilosadas que imped¨ªan la reconversi¨®n industrial, ya que desde hac¨ªa muchos a?os sobreviv¨ªan de los subsidios que giraba de forma permanente el Estado espa?ol; desde la campa?a y al iniciar su gesti¨®n gubernamental, el antiguo clandestino Isidoro propuso un cambio a la doctrina de la fuerza p¨²blica de ese pa¨ªs. Y, como si fuera poco, la banda terrorista ETA le jur¨® la guerra abierta al PSOE.
Frente a ese escenario como aterrizaje al primer Gobierno izquierdista espa?ol despu¨¦s de una dictadura, le correspondi¨® responder con reformas y m¨¢s reformas. Privatiz¨® sociedades p¨²blicas a pesar de las protestas donde maldec¨ªan por haberlo ayudado a llegar al poder. Promovi¨® la llegada de Espa?a a la Uni¨®n Europea, a pesar de los ataques que el mismo d¨ªa de la firma de anexi¨®n hiciera ETA. Felipe Gonz¨¢lez se present¨®, en su primera salida en p¨²blico, en el fuerte militar donde se hab¨ªa fraguado el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Tambi¨¦n promovi¨® un refer¨¦ndum para ingresar como miembro pleno a la Organizaci¨®n de Tratado Atl¨¢ntico Norte (OTAN) un grupo de pa¨ªses que en plena Guerra Fr¨ªa era la ant¨ªpoda al grupo de pa¨ªses comunistas agrupados en el Pacto de Varsovia.
Para muchos era un contrasentido. Gonz¨¢lez, el elegido por los socialistas en quien ten¨ªan expectativas con la promesa del ¡°gobierno del cambio¡±, como rezaba el slogan de ese partido cuando gan¨® por mayor¨ªa hace cuatro d¨¦cadas las elecciones parlamentarias espa?olas, fue un l¨ªder que supo interpretar lo conveniente para esa Espa?a, por algo gan¨® seis elecciones consecutivas, hasta su escandalosa salida por el obvio desgaste de permanecer tanto tiempo en el poder. ¡°El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente¡±, dec¨ªa lord Acton.
A estas alturas el primer Gobierno de izquierda en una Colombia tradicionalmente conservadora y de derecha ha logrado algunas victorias con la coalici¨®n parlamentaria que le permite gobernar desde el 7 de agosto pasado, como aprobar la reforma tributaria. Pero como a Gonz¨¢lez, al presidente Gustavo Petro, este resto de primer a?o los nubarrones no le han faltado. Los reveses se est¨¢n presentado en un pa¨ªs que ¨¦l lidera, bajo la incertidumbre que provoca en una Colombia ¨ªntimamente propensa a las soluciones venidas del status quo. Nada es m¨¢s permanente que la resistencia a lo nuevo. Algunos dir¨¢n que esta comparaci¨®n no es v¨¢lida, respetable, para m¨ª el hecho de tener un parang¨®n con un contexto similar por rupturistas, me permite pensar que luego de la aterrizada forzosa por la que est¨¢ pasando el presidente, sepa leer el momentum por el que pasa su gesti¨®n y, por ejemplo, comunique de forma virtuosa los avances de la reforma agraria, o de la ampliaci¨®n de la cobertura en infraestructura educativa a sectores alejados de las urbes del pa¨ªs, o que se vean los efectos en la econom¨ªa el ingreso de los subsidios destinados a los m¨¢s deprimidos para que el consumo ayude a mitigar el golpe de un 2023 oscuro en materia de crecimiento.
No es bueno el mensaje radical de las reformas a la salud, pensional, laboral y de justicia. No solo ha logrado unificar a Juan Manuel Santos, ?lvaro Uribe, Andr¨¦s Pastrana y a C¨¦sar Gaviria, permiti¨® evidenciar improvisaci¨®n y falta de rigor, e impide moldear acuerdos con aquellos que piensan construir sobre lo construido. La tarea gubernamental no arranca en forma luego de varios meses de la actual legislatura. Fue tal la desnudez en el manejo de estos asuntos centrales para los colombianos y para la agenda de Petro, que incluso pidi¨® tiempo extra a las sesiones extraordinarias que ya hab¨ªan solicitado este a?o. Las negociaciones con el ELN y la ¡°paz total¡± que no ha logrado consolidarse y que sufren reveses diarios ante los miles que hoy ¡°publican su opini¨®n¡± en el mundo virtual que nos desborda a todos. Para no hablar de la ¡°cicatriz en la cara¡± que le dejan las denuncias contra sus familiares m¨¢s ¨ªntimos.
Felipe Gonz¨¢lez recondujo su primer a?o con pragmatismo y pensando m¨¢s en lo que ven¨ªa para los espa?oles -su siguiente slogan de campa?a fue: ¡°Por el progreso de la mayor¨ªa¡±- , para lograrlo tuvo que manejar con humildad y voluntad los temas de intereses de los espa?oles de los 80. Gustavo Petro tambi¨¦n tiene de su lado la narrativa de las nuevas generaciones de colombianos para una mejor Colombia, pero a¨²n no logra persuadir a la mayor¨ªa.
?Le alcanzaran los tres a?os largos que le quedan de mandato para que sus ideas logren resolver los problemas de Colombia? Hace cuatro d¨¦cadas Felipe Gonz¨¢lez lo logr¨®.
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