La pol¨ªtica colombiana se aleja de las calles y cobra fuerza en el Congreso
El intento del presidente Gustavo Petro de sacar adelante sus reformas a trav¨¦s de la movilizaci¨®n social llega a un punto muerto
Ponencia para primer debate. Ley de bancadas. Objeci¨®n de conciencia. Coalici¨®n legislativa. Los t¨¦rminos que empiezan a llenar los art¨ªculos de prensa y las discusiones en redes sociales sobre la pol¨ªtica colombiana se refieren al Congreso y su funcionamiento. Ya no hay debate sobre cu¨¢l marcha fue m¨¢s numerosa, qu¨¦ cartel critica a qui¨¦n, qu¨¦ grupos salieron a apoyar o a criticar alguna reforma. Es un regreso de la pol¨ªtica a los espacios m¨¢s institucionales en los que el presidente, Gustavo Petro, ha hecho carrera durante dos d¨¦cadas largas pero como cr¨ªtico y opositor, en tanto que en las calles ha sido m¨¢s l¨ªder.
Este s¨¢bado el presidente reiter¨® que su apuesta es la movilizaci¨®n social, no el Congreso. En una entrevista al programa de radio La Pizarra mostr¨® su pesimismo sobre la posibilidad de lograr un apoyo suficiente por esa v¨ªa: ¡°El pueblo ha mantenido una mayor¨ªa conmigo, a¨²n le falta movilizarse m¨¢s, yo s¨ª creo que esas reformas van a tener grandes problemas para construirse en la realidad si el pueblo no se moviliza¡±, dijo. Por el contrario, con una mirada m¨¢s descriptiva, reiter¨® que la definici¨®n est¨¢ en el Capitolio: ¡°No tenemos la mayor¨ªa en el Congreso, y ah¨ª viene la primera dificultad, construir una coalici¨®n mayoritaria en donde nuestra fuerza es importante, pero necesita de otras que ya no son tan avanzadas, tan progresistas, que han estado m¨¢s ligadas al pasado institucional¡±.
El presidente ya lo hab¨ªa se?alado en el discurso de cierre de la movilizaci¨®n que convoc¨® a inicios de febrero para mostrar respaldo popular a sus reformas sociales y al radicar ante el Congreso la primera de ellas, la de la salud. ¡°Hemos dejado nuestra obra en manos del Congreso de Colombia, como una democracia lo requiere¡±, dijo entonces, desde el balc¨®n de la Casa de Nari?o. Fue la ¨²ltima vez que intent¨® movilizar las calles a su favor: ha pasado un mes y medio, ha presentado sus otras dos grandes reformas sociales, al sistema pensional y a las leyes laborales, y no ha buscado de nuevo ese apoyo popular.
Para el analista Andr¨¦s Mej¨ªa Vergnaud, ese giro es prueba de que la pol¨ªtica colombiana volvi¨® al Capitolio. Opina que esa realidad afecta al Gobierno. ¡°Buena parte de los problemas de gobernabilidad de Petro radican en que ¨¦l y el Pacto Hist¨®rico [la alianza de partidos y movimientos que encabeza Petro] ten¨ªan la expectativa de que movilizaci¨®n en la calle se iba a mantener y ser¨ªa un factor de gobernabilidad. Su apuesta era que el sistema pol¨ªtico colombiano hab¨ªa experimentado una transformaci¨®n profunda y definitiva, pero al menos en principio, es concebible que lo que se vio en 2021 fuera un fen¨®meno transitorio, ligado a circunstancias del momento¡±.
Y es que pasar de las calles al Capitolio es un reto mayor para un Gobierno que no tiene mayor¨ªas propias en el Congreso, por lo que depende de alianzas variables con partidos o congresistas. As¨ª lo reconoce el congresista David Racero, miembro del Pacto Hist¨®rico. ¡°Lo normal en los Gobiernos Duque o Santos era ver si en alg¨²n proyecto un aliado se paraba. Ac¨¢ es al rev¨¦s: es mirar, en cada proyecto, si vamos a estar unidos¡±, explic¨® a EL PA?S.
Para el presidente de la C¨¢mara de Representantes esa fluidez en los apoyos es un aporte a la democracia: ¡°Para m¨ª es valioso en t¨¦rminos de deliberaci¨®n. La apuesta de discusi¨®n me parece muy fruct¨ªfera¡±, afirm¨®. Pero tambi¨¦n puede resultar siendo costoso paralas reformas o para la gobernabilidad. El hundimiento de la reforma pol¨ªtica que empujaba el Gobierno es prueba de ello: tan solo 12 horas despu¨¦s de que su bancada la salv¨® in extremis de una derrota en la comisi¨®n primera del Senado, el propio presidente le dio la espalda. Aunque argument¨® que se hab¨ªa quedado sin sus elementos progresistas, especialmente la llamada lista cerrada, la decisi¨®n de hundirla revela que ya no ten¨ªa c¨®mo salvarla a pesar de que era la m¨¢s avanzada de sus reformas a la Constituci¨®n.
Petro ha ido perdiendo favorabilidad en las encuestas, lo que lleva a que los pol¨ªticos profesionales que conforman buena parte del Congreso hagan un c¨¢lculo de qu¨¦ tanto les conviene apoyar sus propuestas. A menos de seis meses de las elecciones locales y regionales, esa decisi¨®n es particularmente clave para mantener o reproducir su sustento de poder en alcald¨ªas o gobernaciones, y eso deja al Gobierno en una situaci¨®n m¨¢s d¨¦bil para liderar acuerdos.
Adem¨¢s, la gran bater¨ªa de reformas simult¨¢neas, con tiempos que ya son cortos para su aprobaci¨®n, dejan casi definido que es imposible que cumple todas las promesas para este semestre: por lo menos algunas de sus reformas se van a atascar en el proceso legislativo.
Son las tres grandes reformas sociales (a la salud, al sistema pensional y al c¨®digo laboral), una ley para humanizar las c¨¢rceles y reducir el hacinamiento, otra para establecer las reglas de juego de las negociaciones de la paz total con los grupos que no tienen estatus pol¨ªtico... la agenda es tan profusa que crea un verdadero tranc¨®n legislativo. As¨ª lo reconoce David Racero, presidente de la C¨¢mara de Representantes y miembro del Pacto Hist¨®rico: ¡°Creo que este semestre salen unas seis leyes grandes: salud, pensiones, laboral, sometimiento y los dos proyectos de cannabis¡±, explic¨® a EL PA?S.
El reglamento del Congreso establece unos tiempos m¨ªnimos entre los cuatro debates que debe pasar un proyecto, y tambi¨¦n de las publicaciones previas a cada uno de ellos. Esos plazos, establecidos para que los legisladores tengan la posibilidad -por lo menos t¨¦orica- de conocer los textos que debaten, significan que a medida que se acerca el final de un per¨ªodo de sesiones, de manera natural el Congreso va priorizando unos proyectos sobre otros. El tiempo que quite una discusi¨®n compleja en uno, reduce los chances de los dem¨¢s. Y eso ya est¨¢ empezando a pasar.
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