El atropellado inicio de las reformas sociales en Colombia
La reforma a la salud no avanz¨® en las sesiones extras y solo recibi¨® impulso tras cambiar varios de sus puntos centrales, la pensional no se ha radicado y la laboral inicia con fuertes cr¨ªticas
La promesa del primer Gobierno elegido por la izquierda, el cambio, depende del Congreso. Por lo menos as¨ª lo ha planteado el presidente Gustavo Petro al presentar una bater¨ªa de reformas legislativas que acu?an su propuesta de ser un cambio, concentrarlas en este semestre y llamar a sus seguidores a las calles para apoyar la m¨¢s visibles de ellas, la de la salud. El presidente convoc¨® al Congreso a sesiones extraordinarias para que esos proyectos salieran adelante este semestre. Pero esta semana se inician las reuniones ordinarias sin que ninguna de las tres grandes iniciativas sociales haya sido aprobada siquiera en el primero de los cuatro debates que requieren antes de ser ley.
La p¨¦rdida de tiempo es evidente. ¡°Le he solicitado al se?or presidente que, en aras de recuperar el mes y medio de extras que se perdi¨® porque no hemos logrado aprobar ninguna de las reformas ni siquiera en un primer debate, recuperemos ese tiempo. Hay que contemplar la posibilidad de tener unas nuevas sesiones extras, entre junio y julio, para poder terminar el semestre con las reformas que el pueblo colombiano ha venido exigiendo¡±, dijo el presiente del Senado y aliado de Petro, Roy Barreras.
Su colega de la C¨¢mara, el tambi¨¦n petrista David Racero, acepta que en esas semanas no se aprob¨® ning¨²n proyecto en alguno de los debates que requieren para convertirse en ley, pero es menos pesimista. ¡°Creo que es un poco exagerado lo que dice mi colega, porque esta semana estaremos aprobando el Plan Nacional de Desarrollo en las comisiones terceras y cuartas de Senado y C¨¢mara¡±, dijo a EL PA?S. Reconoce que el plan, una hoja de ruta para cada cuatrienio presidencial, tiene un tr¨¢mite legislativo especial y su avance no tiene el mismo impacto de las reformas. ¡°Son cuatro comisiones y el Plan Nacional de Desarrollo no es de poca monta¡±, argumenta. Defiende que el Congreso s¨ª ha estado trabajando.
Efectivamente, la dificultad ha estado m¨¢s del lado del Gobierno. Aunque el presidente convoc¨® a sesiones extraordinarias a partir del 7 de febrero, lo que dejaba un mes y medio para que las reformas avanzaran, iniciaron sin ninguna de las grandes. Solo una semana despu¨¦s el Gobierno radic¨® el texto de la reforma a la salud, como una apuesta pol¨ªtica fuerte que incluy¨® la convocatoria a marchas de respaldo y el lanzamiento de un programa diario en televisi¨®n. Lo hizo en medio de grandes tensiones internas entre la propuesta de cambiar totalmente el sistema que existe desde hace 30 a?os, que encabeza la ministra del ramo, Carolina Corcho, y la de hacerle ajustes sin cambiar su l¨®gica, que defend¨ªa el entonces ministro de Educaci¨®n, Alejandro Gaviria. El punto central del debate era eliminar, o mantener, a las famosas EPS, las entidades promotoras de salud a las que se deben afiliar los colombianos para tener acceso al sistema, y que act¨²an como aseguradoras. El presidente se inclin¨® por eliminarlas, una decisi¨®n que defendi¨® en los d¨ªas siguientes.
Las cuatro semanas que quedaban de las sesiones extraordinarias se fueron no en debates legislativos sobre las dos posiciones, sino en un choque intestino que culmin¨® con la salida de Gaviria del Gobierno y el aparente triunfo de Corcho, y en negociaciones entre el Gobierno y las bancadas de partidos tradicionales que han sido sus aliadas, que defend¨ªan un sistema con EPS (o entidades que cumplieran sus funciones centrales, as¨ª tengan otro nombre). El saldo final: una reforma con gestoras en vez de EPS, m¨¢s estilo Gaviria que estilo Corcho, pero con la ministra en el Gabinete y de la que todav¨ªa no se conoce un texto.
Ese debate, con la salud convertida en el centro del debate pol¨ªtico, demor¨® las dem¨¢s reformas. La ministra de Trabajo, Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, ha sido la encargada de la pensional y la laboral, y las concert¨® con sindicatos y gremios empresariales. La laboral, finalmente, la present¨® el Gobierno el jueves 16 de marzo, el primer d¨ªa de las sesiones ordinarias. El tiempo se hab¨ªa pasado y la pensional sigue sin llegar al Congreso.
Ese atropellado inicio hace m¨¢s fuerte el tranc¨®n legislativo que ya se preve¨ªa en enero. Adem¨¢s de esas tres reformas, el Congreso tiene en el men¨² el plan de desarrollo, una ley que no solo define las prioridades del Estado durante cuatro a?os, sino que incluye medidas para todo tipo de temas y sectores y de la que apenas se conoci¨® la ponencia para el primer debate este lunes. Tambi¨¦n una adici¨®n presupuestal para definir el destino de 24 billones de pesos (unos 5.000 millones de d¨®lares), un 6% adicional al presupuesto ya aprobado para 2023, que sigue sin ponencia; la ley de sometimiento a la justicia, el marco para negociar con los grupos que se acojan a la paz total y no clasifiquen como organizaciones con car¨¢cter pol¨ªtico; la descriminalizaci¨®n del uso adulto de cannabis; o la creaci¨®n de una jurisdicci¨®n agraria. Y encima segu¨ªan los debates de varios proyectos que avanzaron el semestre anterior, encabezados por la reforma pol¨ªtica.
La cantidad de normas es tal que, de las principales, el representante Racero calcula que sobrevivir¨¢n solo algunas. ¡°Creo que este semestre salen unas seis leyes grandes: salud, pensiones, laboral, sometimiento y los dos proyectos de cannabis¡±, explic¨® a EL PA?S. Eso significa que la reforma pol¨ªtica, un ajuste a la Constituci¨®n que ha avanzado desde el 2022 en medio de fuertes cr¨ªticas de beneficiar a los mismos congresistas que la tramitan, se podr¨ªa hundir, como de hecho han pedido incluso aliados del Gobierno. ¡°Para m¨ª el gran interrogante es si este Congreso avanza en la reforma pol¨ªtica; yo lo dudo¡±, dijo Racero.
La atenci¨®n se concentrar¨¢ ahora en las comisiones s¨¦ptimas, las unidades del Senado y la C¨¢mara encargadas de los asuntos de seguridad social. Usualmente distantes de los reflectores pol¨ªticos que se concentran en las comisiones primeras (que tratan asuntos constitucionales) y las terceras y cuartas (las econ¨®micas), en a?o de elecciones regionales los congresistas que est¨¢n en ellas tienen la ocasi¨®n de mostrarse en medios y valorizarse ante los grupos interesados.
Tras el complicado inicio de las reformas, su futuro parece m¨¢s tranquilo. Conciliadas por fuera del Capitolio, el Gobierno puede contar con las bancadas aliadas para hacer mayor¨ªas. Los congresistas del petrista Pacto Hist¨®rico m¨¢s sus aliados conservadores, liberales, verdes y de La U, m¨¢s otras bancadas peque?as, tienen 16 de los 21 representantes de la comisi¨®n en la C¨¢mara y 10 de los 14 senadores. Son mayor¨ªas con m¨¢rgenes que en el papel se antojan amplios. Pero sin el apoyo de liberales, conservadores y La U, solo tendr¨ªan 9 en la C¨¢mara y 6 en el Senado. Si la capacidad de alcanzar acuerdos sigue m¨¢s por fuera del Capitolio que dentro de ¨¦l, y con las campa?as locales ya iniciando, un camino que parece despejado puede resultar tambi¨¦n atropellado.
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