El Petrod¨®lar
Pese a que se creer¨ªa que entre m¨¢s fuerte es un Gobierno m¨¢s fuerte es su moneda, en este momento en Colombia parece estar pasando justo lo contrario
En el mes horribilis de Petro, que acaba de pasar, el peso colombiano se fortaleci¨® frente al d¨®lar. Es un acertijo. ?No es acaso la gobernabilidad un determinante clave para una moneda? Entre m¨¢s fuerte un gobierno, m¨¢s capacidad de pasar reformas y llevar adelante una agenda econ¨®mica, m¨¢s fuerte el peso, y viceversa.
Salvo que esa regla sea ahora al contrario. Es decir, entre m¨¢s fuerte el Gobierno actual, m¨¢s d¨¦bil el peso, como pas¨® en la segunda mitad del a?o pasado; y viceversa, como pas¨® en la primera mitad de este a?o. Ser¨ªa una novedad, al menos en nuestro pa¨ªs. Tom¨¦moslo como una hip¨®tesis y veamos si la evidencia la respalda.
Cu¨¢les son los hitos del petrod¨®lar. Cuando empez¨® a ser claro que Petro iba a ganar la presidencia, por all¨¢ en febrero de 2022, el d¨®lar inici¨® un ascenso que lo llev¨® de 3.930 pesos hasta 4.930 en noviembre. Acercando la lupa al momento de las elecciones, cuando gan¨® la segunda vuelta el d¨®lar subi¨® 290 pesos en quince d¨ªas.
Cuando la preclara ministra de Minas y energ¨ªa se inaugur¨® con la no aprobaci¨®n de nuevos contratos de exploraci¨®n, volvi¨® a subir. Luego, el 5 de octubre, vino la malhadada sugerencia del presidente de que pod¨ªa haber controles de capitales para frenar los capitales golondrina, y qui¨¦n dijo miedo. El petrod¨®lar se cotiz¨® por las nubes, rozando los 5.000.
El 17 de noviembre se aprob¨® la reforma tributaria que protocolizaba la venta del conservatismo al mejor postor, la culiprontez de los liberales y la docilidad de la U. La aplanadora petrista estaba en su c¨²spide y con ella el petrod¨®lar.
En s¨ªntesis, entre el 19 de junio y el 5 de noviembre el peso se hab¨ªa devaluado casi 25%. El salario m¨ªnimo del colombiano hab¨ªa pasado de 280 petrod¨®lares en febrero a 220 en noviembre de 2022.
De ah¨ª en adelante ha habido una tendencia a la baja, si bien con 4 peque?as subidas. Pero despu¨¦s de cada una, la tendencia se ha retomado y consolidado. En 2023 lo que m¨¢s ha asustado a los mercados en los que se transa el d¨®lar es la capacidad de pasar reformas pol¨ªticas y econ¨®micas.
El primer anuncio de varada de la aplanadora petrista fue la ca¨ªda de la reforma pol¨ªtica. Ese grito de independencia del Congreso cambi¨® todo. Si una reforma para darle todo lo imaginario a los congresistas, transfuguismo, poder ser nombrados ministros, mantener la curul cuando salieran del gabinete, era rechazada, algo no funcionaba del todo bien entre el Congreso y el Gobierno.
El intento de Petro de crear un partido hegem¨®nico tipo el Morena de AMLO, el Justicialismo de Per¨®n o el chavismo, y enrutarse hacia a una hist¨®rica victoria en las elecciones de octubre de 2023, que cimentara la aspiraci¨®n a elegir su sucesor en 2026, mostraba su primera grieta.
Por la misma ¨¦poca vino el ¡°despertar de las instituciones¡±: la Corte Constitucional anunci¨® que pod¨ªa de suspender leyes; la Corte Suprema y muchos jueces impidieron la salida de los ¡°muchachos¡± de la Primera l¨ªnea, sobre quienes pesaban sentencian ejecutoriadas o evidencia incontestable; el Consejo de Estado invalid¨® el decreto de la CREG; el fiscal general de La Naci¨®n hizo la primera de muchas advertencias sobre subrepticias prebendas a gente mala; cientos de profesionales, exfuncionarios y exministros firmaron sucesivas cartas contra las reformas de salud, pensiones y laboral.
Como si fuera poco ¡°la calle¡±, ese activo con el que contaba Petro, como un ¡°en caso de emergencia rompa el vidrio¡±, result¨® que no estaba ah¨ª. No dio para llenar la mitad de las sillas de la Plaza de armas que separa al Capitolio del Palacio de Nari?o. La soledad de Petro se vio en su balc¨®n. Las encuestas completaron el tel¨®n de fondo. Lo m¨¢s interesante, el petrod¨®lar mantuvo una marcha descendente.
Es decir, que la fuente de p¨¢nico hasta marzo eran los cambios radicales y temerarios que ven¨ªan en algunas reformas. En la medida que las reformas se pod¨ªan aguar, e inclusive alguna se pod¨ªa hundir, como sucedi¨® con la pol¨ªtica; que iba a ser necesario convocar a sesiones extras, pues el Congreso arrastraba los pies; que manejar congresistas se hab¨ªa vuelto como pastorear gatos; que la U, los conservadores y liberales ya no eran cheques en blanco; que cund¨ªa el p¨¢nico en el Pacto Hist¨®rico con las elecciones de octubre, el petrod¨®lar ca¨ªa.
Vinieron las crisis ministeriales, pasaron de uno a tres, a nueve miembros del gabinete. M¨¢s de la mitad. El propio presidente admit¨ªa que su gabinete inicial no le jugaba, que hab¨ªa enemigos internos y que era ineficaz para manejar el Congreso y dar resultados de gesti¨®n.
Entonces vino el impasse del dinero refundido, el pol¨ªgrafo de la ni?era, las chuzadas de tel¨¦fonos, los viajes a Caracas, la indignaci¨®n alicorada del embajador, su incesante actividad aeron¨¢utica, la garrotera con la hasta entonces mujer m¨¢s poderosa del r¨¦gimen y aspirante al solio de Bol¨ªvar, y la triste muerte del coronel D¨¢vila.
Cre¨ª que eso devaluaba el petrod¨®lar. Pero lo fortaleci¨®. Ahora bien, hay una segunda parte de la ecuaci¨®n del d¨®lar, alejada del ombliguismo local, dado que otras monedas de Am¨¦rica Latina y de mercados emergentes tambi¨¦n se han apreciado.
Por ejemplo, la debacle pol¨ªtica y constitucional de Boric fortaleci¨® el peso chileno; y otras monedas como el peso mexicano, real brasile?o y el nuevo sol peruano han hecho lo propio. Con lo cual es evidente que la apreciaci¨®n tiene una causa adicional supranacional.
A saber, est¨¢ pronta a acabarse la fase de aumento de tasas de inter¨¦s internacionales, y el dinero, que es cobarde, deja de refugiarse en el activo mundial m¨¢s seguro, el d¨®lar, y vuelve a fluir por el mundo, apreciando monedas como la nuestra. Si bien con coloraciones locales, que en nuestro caso han alcanzado la gama crom¨¢tica del arco¨ªris.
Cuando se pregunta a bien informados actores del mercado, mencionan que: 1) Colombia tra¨ªa una devaluaci¨®n de 30% en el ¨²ltimo a?o vs. los pares, y se est¨¢ poniendo al d¨ªa. 2) La inversi¨®n extranjera y las remesas est¨¢n fuertes. 3) Hay un diferencial de tasa de inter¨¦s alto, que hace atractivo comprar activos en pesos. 4) Los fondos de pensiones han invertido m¨¢s en Colombia en los ¨²ltimos meses por el riesgo de la reforma y el previsible cambio en su r¨¦gimen de inversiones. 5) La mermada capacidad de Petro para pasar las reformas. Como me dijo una experta y jugadora clave del mercado: ¡°No hay un gatillo para los d¨®lares, con lo cual se vuelve costoso estar largo en el d¨®lar.¡±
Ahora bien, el gatillo puede aparecer cualquier d¨ªa. Las reformas siguen su avance y el Congreso volvi¨® a votar oportunistamente con el Gobierno. En ese caso, el d¨®lar actual estar¨ªa demasiado bajo y no sorprender¨ªa una devaluaci¨®n de 400 o 500 pesos. Nunca hay que creerle al nivel del d¨®lar.
Un consejo de cierre para el ministro Bonilla: aprovechen este fortalecimiento del peso. Hagan las paces con medio pa¨ªs, las Cortes, los partidos, moderen el tono, m¨¦rmenle a la ideolog¨ªa, cambien lo que no funciona pero acepten lo que s¨ª funciona, que es mucho. El ministro sabe, adem¨¢s, que se abarat¨® el servicio de deuda, cay¨® el precio del petr¨®leo en pesos y el hueco del FPEC, y tal vez se calman los instintitos de salida de capitales. Hasta Benedetti se call¨®.
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