Daniel Li¨¦vano: ¡°Me trama volver un objeto simple en un s¨ªmbolo moderno¡±
El ilustrador que ha publicado en revistas como ¡®The New Yorker¡¯ y ¡®The Economist¡¯, o para los libros de Haruki Murakami en ingl¨¦s, reflexiona sobre su oficio
Daniel Li¨¦vano (Bogot¨¢, 35 a?os) tiene una predisposici¨®n filos¨®fica, una curiosidad inmensa y ambigua por el mundo como ilusi¨®n y asocia y disocia conceptos a toda velocidad. Ilustra e intercambia objetos, los corta para poner a pensar a un lector, a un espectador. Esa forma de ilustrar lo ha llevado a publicar en revistas como The New Yorker, The Economist y en libros como Norwegian Wood y Kafka en la orilla, de Haruki Murakami, en una colaboraci¨®n con la editorial Folio Society, de Londres, que contin¨²a con nuevas publicaciones.
Pregunta. ?C¨®mo funciona la ilustraci¨®n?
Respuesta. Siento que tiene una categor¨ªa tan amplia y tan s¨®lida. Desde que me acerco a ella pens¨¢ndola con el dibujo es como hacer collage. La escritura es distinta, puede meterse a averiguar c¨®mo est¨¢ hecha una tela, cu¨¢les son los nombres de las fibras y los puede mezclar con otra cosa¡ Con las matas. Entonces hace una relaci¨®n entre las matas y los telares y usted empieza, como en un collage, a recortar y a meter. El DJ hace lo mismo, mezcla; el ilustrador est¨¢ siempre con el texto y siempre con la imagen. La poes¨ªa es casi descontextualizar el lenguaje, el cine es mezclar sonido e imagen.
P. Esos juegos del mezclar como un DJ, ?ser¨ªan su m¨¦todo?
R. S¨ª y no. S¨ª es mi m¨¦todo, pero no es mi marca personal. Hay un esquema, un diagrama famoso de Albert Durand de cuando se empez¨® a estudiar la publicidad, en el que aplica las figuras ret¨®ricas del lenguaje a la imagen. Operaciones b¨¢sicas que si usted las emplea al hacer una imagen, producen met¨¢foras muy ch¨¦veres. A veces, simplemente, como en la cocina, usted quiere mezclar y no le sale nada.
P. ?Se entrega solo a un m¨¦todo o cree que cada texto requiere un m¨¦todo para ilustrarlo?
R. Hay algo dif¨ªcil de desmenuzar: el gusto. Es raro, parece una abstracci¨®n que la gente codicia, una cosa de ¡°lo tengo yo y t¨² no lo tienes, lo tienes t¨², yo no lo tengo¡±, como de exclusividad. O como tambi¨¦n un personaje con demasiada reputaci¨®n y plata cambia las tendencias. Digamos, ahorita, los Jizzy Shoes de Kanye West. La gente dice que son lo m¨¢ximo, yo dir¨ªa que son de p¨¦simo gusto. Entonces la pregunta es ?por qu¨¦ cogen?, ?por qu¨¦ los hizo Kanye West? Ese tipo de preguntas, como saber cuando algo se vuelve tendencia desde lo visual, me traman mucho.
P. Usa mucho la escritura.
R. En el colegio yo ten¨ªa problemas de redacci¨®n, de responder preguntas como ¡®cu¨¢l es la idea principal de este p¨¢rrafo¡¯. No pod¨ªa. En cierta medida, ese d¨¦ficit era porque ten¨ªa una mente muy abstracta. Me gustaba la poes¨ªa. Hay una entrevista muy buena que un espa?ol le hace a Cort¨¢zar en la que dice algo como: ¡®no me pongan a m¨ª a justificar algo, no me pongan a hacer un debate con una persona porque me vuelvo un ocho¡¯. La le¨ª y dije: ¡®?Uff, qu¨¦ bien!¡¯ Si este genio es capaz de decir eso, es que hay lugares en los que la literatura es m¨¢s experimental. La de ¨¦l es como una apertura a la alucinaci¨®n, porque nunca es un discurso pol¨ªtico, nunca hay idea principal.
Tal vez las categor¨ªas que me puso el colegio sobre la escritura eran muy cerradas, muy cl¨¢sicas. Me doy cuenta de que la poes¨ªa es mi v¨ªnculo con la escritura y, en ese sentido, da espacios para jugar. Entonces, si piensas en el concepto de un sem¨¢foro, piensas en v¨ªas, en carreteras, pero si llevas un sem¨¢foro a la punta de un iceberg o a la del Everest, tienes una imagen po¨¦tica. Est¨¢s jugando, est¨¢s mezclando. La poes¨ªa, para m¨ª, no es escritura: es la forma de ver la esencia absurda de las cosas.
P. ?C¨®mo aparece el dibujo en su vida?
R. Yo soy una persona muy visual. Cuando un profesor nos preguntaba cu¨¢l era la idea principal, me tocaba ir a buscar el diccionario cada tres palabras por el lenguaje sofisticado, pero ve¨ªa las im¨¢genes y sent¨ªa que las entend¨ªa. Como que ellas s¨ª quer¨ªan decir algo. No es solo pintar perfecto el brillo de esta copita, sino que tienen un mensaje.
P. ?De d¨®nde le viene la curiosidad por la filosof¨ªa detr¨¢s de la imagen, por la sem¨¢ntica?
R. De un trance casi depresivo que me dio a los 17 a?os. Yo creo que ven¨ªa haci¨¦ndome preguntas normales. Recuerdo una vez de siete a?os pregunt¨¢ndome si el tapete estaba enfrente o si me lo estaba imaginando. Pero este evento me deton¨® un mont¨®n de preguntas sobre si de verdad el mundo exist¨ªa. Era duro, psicol¨®gicamente, y empec¨¦ a leer lo que hab¨ªa le¨ªdo un poquito en el colegio: a Descartes y su genio diab¨®lico, a Plat¨®n. Me dije ¡®?Ah! Estos manes tambi¨¦n pensaban eso¡¯ porque, de alguna manera, llegaban a esos pensamientos. Ahora mi p¨¢gina web se llama La vida es una ilusi¨®n, abrazando ese miedo. Porque me dije que esas son mis preguntas y las volver¨ªa arte, trabajo. Y s¨ª, ha resultado.
P. Al aceptar que la vida es una ilusi¨®n, ?pudo jugar m¨¢s?
R. Totalmente. Lo que yo estoy percibiendo de usted es una interpretaci¨®n m¨ªa de su campo energ¨¦tico. En muchas ¨¢reas cient¨ªficas existe el principio del observador, que implica que la persona que mira cambia el objeto que est¨¢ mirando. Hay una distancia entre las cosas y yo, y esa distancia me parece po¨¦tica. Se trata de c¨®mo yo le meto mi pincelada a la realidad, y de c¨®mo la realidad se une en una red de mentes.
P. Dice que tiene pocas lecturas: ?cu¨¢les son esos autores?
R. Cort¨¢zar est¨¢ primero. Es el autor de los j¨®venes, es el juego en la escritura. Est¨¢ Monterroso, el de ¡°Cuando se despert¨® el dinosaurio todav¨ªa estaba all¨ª¡±, que tiene unas f¨¢bulas con met¨¢foras muy bonitas. Est¨¢ otro man, el franc¨¦s Michel Tournier, que me atrap¨® de una. Hace un ensayo sobre c¨®mo cortar un pastel. Tambi¨¦n est¨¢n los cl¨¢sicos. Soy muy junguiano, los arquetipos me arreglan mi percepci¨®n sobre la realidad, con personajes que se repiten, moldes hacen que vea la vida como una obra de literatura. En lo visual est¨¢ Chris Wear, que hace unas vainas reobsesivas y cuenta el lado m¨¢s fucked up del humano. Y bueno, Fantagraphics, una editorial que dice: ¡°Vamos a poner a contar a la imagen historias m¨¢s dram¨¢ticas¡±.
P. En una portada de The Economist que usted dibuj¨® aparece un rodadero. ?Qu¨¦ significa?
R. Lo que me gusta de esa imagen es que visualmente es lo m¨¢s f¨¢cil que existe. Pero cuando uno hace ese gesto de cortarlo, muestra una posici¨®n de la revista. Es un detalle sem¨¢ntico que puede ser muy divertido para cambiar el mensaje. El rodadero es un ¨ªcono casi universal. Lo conocen en Ir¨¢n y en Aguachica, Cesar. Me trama invitar al lector a hacer una segunda lectura sobre un objeto simple, volverlo un s¨ªmbolo moderno.
P. ?Esa b¨²squeda de significados la encuentra en los textos que le mandan?
R. A veces me mandan todo el libro y me lo tengo que leer, como los de Folio Society, y que me toca ilustrar completos. Pero cuando son publicaciones r¨¢pidas, puede que me digan: ¡°Necesitamos para el mi¨¦rcoles algo que hable de c¨®mo no est¨¢ lloviendo en ciertos lugares y no se sabe por qu¨¦¡±. Entonces s¨¦ que tiene que ver con lluvia, con escasez, y no quiero ser literal, sino preguntar qu¨¦ connotaciones tienen las nubes o c¨®mo pintar algo que no sea des¨¦rtico. Eso es lo ch¨¦vere de la ilustraci¨®n conceptual: que no necesariamente tienes que ilustrar un animal perfecto, pero s¨ª tienes que ser recursivo con tu mente.
P. ?Cree en la inspiraci¨®n?
R. Hay un estado benigno en el que el cerebro hace m¨¢s conexiones. Me gusta ba?arme porque es un estado de nada, y los estados de nada son los de mayor inspiraci¨®n. Cuando est¨¢ sentado en una mesa o est¨¢ caminando o est¨¢ haciendo deporte, cuando no tiene una meta clara y no tiene presi¨®n, detonan las ideas. Porque si quiere meterle presi¨®n, no sucede tanto. Los momentos m¨¢s pasivos suelen ser m¨¢s activos en la psiquis, siento yo. Esa es la idea detr¨¢s de la meditaci¨®n, de la contemplaci¨®n, de los momentos en los que uno medita sin ser consciente de que estaba meditando.
P. ?Qu¨¦ es lo sustancial?
R. Esa palabra me lleg¨® cuando estaba en el colegio por un error interpretativo, pero me llam¨® mucho la atenci¨®n. Mi profesor de filosof¨ªa dec¨ªa que la palabra substancia estaba emparentada etimol¨®gicamente con el ingl¨¦s understand. La substancia es lo que est¨¢ debajo. Estamos parados sobre la substancia, y as¨ª la ligu¨¦ con la palabra entender. Me pareci¨® una cosa muy bella y me pregunt¨¦ cu¨¢les substancias hay en el mundo, cosas demasiado grandes, abstractas y evidentes, como la felicidad, los recuerdos, y la gravedad, que es la m¨¢s lejana, que es una excusa para hablar del amor, que es otra de las grandes substancias.
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