Las mujeres pelear¨¢n por un lugar especial en la reforma del Gobierno a las pensiones

El Congreso de Colombia tendr¨¢ la oportunidad de legislar para cerrar brechas de desigualdad entre hombres y mujeres con la reforma pensional del Gobierno de Gustavo Petro, que continuar¨¢ su tr¨¢mite a partir de este 20 de julio. La comisi¨®n s¨¦ptima del Senado, que la aprob¨® en el primero de cuatro debates, incluy¨® un art¨ªculo que reduce el requisito de 1.300 semanas, a partir del 1 de enero de 2026. El ajuste se har¨ªa de forma gradual, comenzando con 50 semanas y bajando 25 m¨¢s cada a?o hasta llegar a 1.000 semanas en 2036.

Ese cambio en la reforma, que present¨® el Ministerio de Trabajo en marzo, se incorpor¨® despu¨¦s del reciente fallo de la Corte Constitucional que dej¨® sin piso jur¨ªdico la exigencia de 1.300 semanas de cotizaci¨®n para que las mujeres logren una protecci¨®n econ¨®mica para la vejez en el r¨¦gimen de prima media. Es decir, en el sistema p¨²blico de pensiones.

Aunque el requisito de edad actual es de 62 a?os para los hombres y de 57 para las mujeres, el tiempo m¨ªnimo para sumar aportes es el mismo, una condici¨®n que limita las posibilidades de las mujeres de obtener el ingreso. El pasado 6 de junio, el tribunal se?al¨®: ¡°La norma demandada, aunque se aprecia neutral, resulta inconstitucional, por cuanto genera una situaci¨®n jur¨ªdica de discriminaci¨®n indirecta para las mujeres que debe superarse¡±.

La decisi¨®n responde a una demanda de Diego Andr¨¦s L¨®pez Su¨¢rez, un administrador p¨²blico y especialista en derecho constitucional, quien ha demostrado que la defensa de los derechos de las mujeres no tiene exclusividad de g¨¦nero. L¨®pez, de 39 a?os, argument¨® que el apartado de la ley 797 de 2003 que fija el periodo de cotizaci¨®n desconoc¨ªa el derecho de las mujeres a obtener una protecci¨®n especial para garantizarles igualdad al momento de la jubilaci¨®n.

Las barreras que enfrentan las mujeres en la vejez surgen desde antes de llegar a la edad de retiro. A inicios de 2022, por cada 100 hombres en la fuerza de trabajo en Colombia, hab¨ªa 73 mujeres, seg¨²n el Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªsticas (DANE). Mientras el desempleo masculino fue del 8,4% en mayo pasado, el de las mujeres fue de dos d¨ªgitos, con 13,2%. La brecha es del 4,9%, similar a la del salario.

Entre la poblaci¨®n joven la diferencia es a¨²n mayor. El 22,1% de las mujeres entre 15 y 28 a?os est¨¢n en b¨²squeda de empleo, en comparaci¨®n con un 14,4% de los hombres. La brecha es del 7,7%. Entre menos acceso a empleo formal, menos posibilidades de aportar al sistema de seguridad social. Como resultado, la baja cobertura de pensiones en Colombia se acent¨²a en la poblaci¨®n femenina: solo 2 de cada 10 mujeres en edad de jubilaci¨®n acceden a una mesada, mientras que 3 de cada 10 hombres alcanzan ese derecho.

En contraste, las mujeres destinan m¨¢s tiempo al trabajo dom¨¦stico y de cuidado no remunerado que los hombres. En promedio, dedican diariamente 7 horas y 46 minutos a esas obligaciones, mientras que los hombres ocupan 3 horas y 6 minutos, una diferencia de m¨¢s de cuatro horas que muestra la encuesta nacional de uso del tiempo 2020-2021. Por esta labor, no perciben ingresos ni pueden aportar a pensi¨®n, incluso en el extra?o caso en el que tengan dinero para ello.

Ese choque de la desigualdad lo vio L¨®pez Su¨¢rez reflejado en su hogar. ¡°Mi mam¨¢ tuvo seis hijos y no pudo pensionarse a pesar de que trabaj¨® porque en la etapa de dar a luz, muchas veces fue excluida de su trabajo¡±, recuerda. Como exgerente del programa para la mujer rural en la Gobernaci¨®n de Cundinamarca, tambi¨¦n conoci¨® a beneficiarias de ayudas para proyectos productivos que hab¨ªan trabajado durante a?os y nunca alcanzaron la pensi¨®n. ¡°A veces eran cabezas de hogar que no pod¨ªan trabajar y dejar solos a sus hijos. Cuando llegaban a la edad de pensi¨®n, hab¨ªan cotizado 900 semanas o menos. Y al acercarse tan r¨¢pido a esa edad, las exclu¨ªan y no las contrataban¡±, dice el demandante.

El informe Brechas de G¨¦nero en Colombia 2020, del DANE, tambi¨¦n advierte que las diferencias comienzan desde la juventud. ¡°Entre los 15 y 20 a?os la probabilidad de dedicarse al hogar es cuatro veces mayor entre las mujeres que entre los hombres¡±, destaca. Hacia las edades avanzadas hay una distancia de casi 10 puntos entre el porcentaje de mujeres que puede vivir de su pensi¨®n (20,1%) y el de hombres que logran hacerlo (29,5%), de acuerdo con datos de 2018.

Ahora que la Corte les dio la raz¨®n a millones de mujeres, y que la discusi¨®n se abre paso en el Congreso de la Rep¨²blica, surgen nuevas dudas, como las implicaciones fiscales de la reducci¨®n de las semanas de cotizaci¨®n. Mauricio Olivera, expresidente de la estatal Colpensiones, explica que el mayor desaf¨ªo es encontrar la fuente de recursos. ¡°Las brechas de g¨¦nero hay que cerrarlas. Eso tiene un efecto fiscal importante porque el n¨²mero de semanas baja y el valor de la pensi¨®n no cambia. Por eso la misma Corte da un plazo para que el Gobierno y el Congreso lo resuelvan¡± apunta.

El aumento de la esperanza de vida ¨Dque es mayor en las mujeres que en los hombres¨D tambi¨¦n trae un reto de sostenibilidad, pues los ahorros deben alcanzar para un tiempo m¨¢s prolongado de retiro. Mario Cruz, economista de la Universidad Nacional, asegura que ¡°las mujeres que se pensionan viven en promedio hasta 90 a?os, seg¨²n cifras oficiales. Disfrutan hasta 33 a?os de su pensi¨®n, que corresponde a un 60% o 65% de su ingreso. Con la nueva regla, cotizar¨ªan el 16% de su ingreso por un periodo aproximado de 20 a?os. Ser¨ªa insostenible¡±.

La reforma pensional del presidente Gustavo Petro, que apunta a aumentar la cobertura de pensiones, contempla un sistema de pilares para fortalecer el modelo p¨²blico que hoy compite con las administradoras privadas de los fondos de pensiones. La propuesta tambi¨¦n planteaba, desde sus inicios, una reducci¨®n de 50 semanas a las mujeres por cada hijo que tengan, m¨¢ximo por tres hijos, es decir, hasta 150 semanas.

El director del centro de pensamiento Fedesarrollo, Luis Fernando Mej¨ªa, cree que ese es un camino m¨¢s viable. ¡°Por eso comparto el salvamento de voto del magistrado [Alejandro] Linares, que argumenta que el fallo ha debido incorporar los efectos de la decisi¨®n en la sostenibilidad del r¨¦gimen de prima media. Creo que el art¨ªculo de la propuesta inicial est¨¢ mejor focalizado y es m¨¢s razonable desde el punto de vista fiscal¡±, argumenta. La magistrada Cristina Pardo y el magistrado Antonio Jos¨¦ Lizarazo tambi¨¦n salvaron su voto.

Por el contrario, Laura Porras, profesora asociada a la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, considera que ese beneficio se queda corto. ¡°La sentencia de la Corte es un llamado para que el Congreso incluya el enfoque de g¨¦nero para la pensi¨®n de vejez. La Corte toma parte en el debate pol¨ªtico con raz¨®n, porque la reforma propuesta no hac¨ªa lo suficiente para disminuir la brecha pensional¡±, afirma.

El fallo de la Corte Constitucional solo hace referencia al sistema p¨²blico de pensiones que hoy tiene 6,7 millones de afiliados, de los cuales 3,1 millones son mujeres. Por eso, otro de los interrogantes es qu¨¦ pasar¨¢ con las empleadas que cotizan a los fondos privados, donde el requisito de tiempo es de 1.150 semanas sin distinci¨®n de g¨¦nero y donde est¨¢ la mayor¨ªa de afiliados. De 18,2 millones de cotizantes en esos fondos, el 43% corresponde a mujeres.

Con la reforma del Gobierno de Petro, como est¨¢ planteada, todos los trabajadores pasar¨ªan a cotizar al r¨¦gimen p¨²blico de Colpensiones por ingresos hasta por tres salarios m¨ªnimos, excepto quienes clasifiquen en el periodo de transici¨®n que se establece para hombres que llevan 900 semanas cotizadas y para mujeres con 750 semanas, quienes podr¨¢n continuar bajo el modelo actual.

El futuro de la propuesta y de su enfoque de g¨¦nero depender¨¢ de los pr¨®ximos debates en el Congreso, donde se empiezan a reacomodar las fuerzas pol¨ªticas a tres meses de las elecciones de alcaldes y gobernadores. M¨¢s all¨¢ de las decisiones que se aproximan, la inequidad sigue siendo profunda. La falta de igualdad laboral entre hombres y mujeres es una deuda hist¨®rica.

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