La emergencia de Petro en La Guajira carga m¨¢s simbolismo que urgencia
Aunque la declaratoria de estado de excepci¨®n daba 30 d¨ªas para actuar, el Gobierno solo lo hizo en los ¨²ltimos cinco
La emergencia que declar¨® el presidente Gustavo Petro en La Guajira es extra?a. La declaratoria, que le permite saltarse al Congreso durante 30 d¨ªas para decretar medidas que normalmente este ¨®rgano debe aprobar, no est¨¢ motivada por un hecho puntual, como cuando Iv¨¢n Duque declar¨® una por la pandemia del coronavirus o Juan Manuel Santos lo hizo por la avalancha que sepult¨® parte de Mocoa, sino por unos problemas tan estructurales que la Corte Constitucional los determin¨® en 2017, y por la eventualidad altamente probable de que venga una sequ¨ªa fuerte a fines de este a?o. Tampoco hubo un evento claro que la desatara; en los primeros 24 d¨ªas no se tom¨® ninguna decisi¨®n. Solo el 26 de julio se conoci¨® el primer decreto, relativo al problema del agua potable en la pen¨ªnsula. Para m¨¢s extra?eza, su principal medida es crear una entidad que organice el agua en el departamento, pero en el futuro. En general, es una emergencia que no ha mostrado urgencia.
No la mostr¨® desde un principio: Petro manifest¨® la idea de declarar una emergencia en Colombia desde la campa?a presidencial de 2022, aunque se refer¨ªa a otro problema estructural de Colombia. ¡°Al ganar las elecciones presidenciales hay que decretar la emergencia econ¨®mica. Colombia est¨¢ en una situaci¨®n de hambre¡±, dijo en una entrevista con Blu Radio d¨ªas antes de las elecciones legislativas. Dej¨® atr¨¢s la propuesta, tras un debate jur¨ªdico, porque no era claro c¨®mo encajaba en las exigencias legales de un estado de excepci¨®n: la Corte Constitucional ha dicho que la emergencia solo es viable cuando hay un ¡°evento catastr¨®fico¡± que debe ser grave e imprevisto, y que no se pueda enfrentar con las herramientas ordinarias.
Gan¨® las elecciones sin esa propuesta, que cambi¨® por el anuncio de que lanzar¨ªa, como primera acci¨®n de Gobierno, un plan contra el hambre. Se posesion¨® con la promesa del cambio, prioriz¨® reformas, lanz¨® la paz total. La emergencia hab¨ªa desaparecido del repertorio de anuncios. Regres¨® este a?o, cuando la opini¨®n y el Congreso empezaron a darle la espalda, cuando sus reformas avanzaban a trompicones: La Guajira pas¨® a ser un nuevo s¨ªmbolo de lo mal que estaba Colombia antes de su llegada, de la emergencia social del pa¨ªs. Una emergencia que, argumenta Petro, re¨²ne los requisitos para decretar un estado de excepci¨®n y sacar adelante, sin el Congreso, las medidas urgentes para resolverla.
¡°Creo que es absolutamente pertinente decretar la Emergencia Econ¨®mica y Social, porque se avecina una calamidad p¨²blica, porque todas las probabilidades de los modelos clim¨¢ticos, que las instituciones dedicadas a ese menester nos dicen, nos est¨¢n anunciando con cada vez mayores probabilidades la cercan¨ªa de una sequ¨ªa que nunca antes se hab¨ªa visto en La Guajira¡±, dijo el presidente desde Riohacha, la capital de La Guajira. Viaj¨® all¨ª con todo su gabinete para gobernar desde ese departamento y darle una dimensi¨®n simb¨®lica m¨¢s grande a la declaratoria, que firm¨® tres d¨ªas despu¨¦s de esas palabras, y tras m¨¢s de una semana desde su anuncio de que lo har¨ªa. As¨ª, durante todos esos d¨ªas mantuvo el dominio de la agenda del pa¨ªs con la propuesta de la emergencia que solo ahora, a finales de julio, empieza a concretar.
El primer decreto, conocido el pasado 26 de julio, crea el Instituto para la Gesti¨®n del Agua de La Guajira, que depender¨¢ del Ejecutivo nacional y se encargar¨¢ de administrar el l¨ªquido en toda la regi¨®n. Esa es una decisi¨®n que normalmente debe pasar por el Congreso y que, dada la gravedad de lo que ocurre en La Guajira, probablemente concitar¨ªa apoyos en la opini¨®n, lo que facilitar¨ªa su aprobaci¨®n.
Las otras medidas del decreto ¡ªpermitir el abastecimiento de agua con carrotanques, dar v¨ªa libre a la contrataci¨®n sin licitaciones para asegurar el servicio de acueducto, cambiar la entidad encargada del megaproyecto del r¨ªo Rancher¨ªa, una postergada obra para aprovechar una represa ya existente para asegurar el acueducto en varios municipios¡ª buscan crear una soluci¨®n a corto plazo, temporal, para el problema. Pero el Instituto tardar¨¢ varios meses, por lo menos, en ponerse en marcha. Como la misma emergencia, que se tom¨® casi todos los 30 d¨ªas para dar su primer fruto.
Los otros 10 decretos, conocidos este lunes 31 de julio, abordan diferentes ¨¢reas, y juntos conforman una suerte de plan para impulsar el desarrollo de La Guajira. Por ejemplo, uno de ellos, crear una universidad p¨²blica e ind¨ªgena para la comunidad way¨²u, el grupo ind¨ªgena m¨¢s numeroso de Colombia; otro crea un modelo de salud especial para La Guajira, a semejanza del propuesto en la reforma a la salud que el Gobierno propuso al Congreso para todo el pa¨ªs; otro crea un subsidio en dinero para las familias con ni?os en primera infancia o madres gestantes en situaci¨®n de desnutrici¨®n. Otros tratan la salud, la energ¨ªa el¨¦ctrica, el espacio radioel¨¦ctrico, el turismo o la educaci¨®n.
En diciembre de 2009, el entonces presidente Juan Manuel Santos decret¨® una emergencia que tampoco mostraba urgencia. Argument¨® que el sistema de salud estaba en una crisis, ¡°la cual amenaza de manera inminente, entre otro aspecto, la continuidad en la prestaci¨®n del servicio p¨²blico esencial de salud¡±, seg¨²n est¨¢ escrito en el decreto que la estableci¨®. Tambi¨¦n se demor¨®: se tom¨® 29 d¨ªas en emitir los decretos que la desarrollaban. Cuatro meses m¨¢s tarde, la Corte Constitucional determin¨® que la emergencia no era tal: aunque la situaci¨®n era grave, no era imprevisible ni inminente, y se pod¨ªa enfrentar con las herramientas usuales, sin pasar por encima del Congreso. Ese tribunal ya estudia la emergencia, como debe hacer de oficio, y har¨¢ una audiencia p¨²blica el pr¨®ximo 11 de agosto para escuchar a expertos en la situaci¨®n de La Guajira y el cambio clim¨¢tico.
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