Alfonso G¨®mez M¨¦ndez: ¡°Colombia tiene una sobreproducci¨®n de abogados¡±
El ex fiscal general se?ala, en el Festival de las Ideas, que el pa¨ªs sudamericano dedica demasiado tiempo a sancionar leyes que despu¨¦s no se implementan. ¡°Gastamos mucho tiempo que luego no usamos en la ejecuci¨®n¡±, dice
Alfonso G¨®mez M¨¦ndez (Chaparral, Tolima, 74 a?os) ha sido muchas cosas en su larga carrera como abogado y pol¨ªtico. Liberal de izquierdas y de la vieja guardia, fue congresista, embajador, procurador y fiscal general. Ahora, una d¨¦cada despu¨¦s de ser ministro de Justicia de Juan Manuel Santos, escribe columnas en El Tiempo y dicta clases en la Universidad Externado. Dice que est¨¢ ¡°en la reserva activa¡±, a la espera de que su partido termine con lo que llama ¡°la dictadura¡± de C¨¦sar Gaviria, presidente de Colombia entre 1990 y 1994 y uno de los rivales favoritos de Gustavo Petro.
El ex fiscal general, que tambi¨¦n fue juez, se reconoce como ¡°un hombre oto?al¡± ¡ªaunque acota que es m¨¢s joven que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden¡ª. Disfruta del reconocimiento como eminencia del Derecho que recibe de los dem¨¢s asistentes del Festival de las Ideas, un foro que PRISA Media (sociedad editora de EL PA?S) organiza en Villa de Leyva (Boyac¨¢) con m¨¢s de 200 l¨ªderes colombianos. Empresarios, pol¨ªticos, ejecutivos de medios y representantes de la sociedad civil se acercan a ¨¦l de manera constante para saludarlo como ¡°maestro¡± o ¡°doctor¡±. ?l, por su parte, no tiene reparos en expresar sus ideas con vehemencia. Critica las ¡°sentencias largas¡± de los jueces de ahora y se roba todas las risas de su auditorio.
Pregunta. Cit¨® varias veces en su intervenci¨®n a Dar¨ªo Echand¨ªa, quien fue presidente de la Rep¨²blica en los a?os cuarenta, magistrado de la Corte Suprema y maestro suyo. ?Por qu¨¦ es tan importante para usted?
Respuesta. Era un jurista, un pensador. Parafraseando a El m¨¦dico a palos de Moli¨¨re, Echand¨ªa era ¡°un pol¨ªtico a palos¡±, un fil¨®sofo al que lo llamaban a hacer pol¨ªtica. Construy¨® algunas frases que hicieron carrera en Colombia, como cuando asesinaron a [Jorge Eli¨¦cer] Gait¨¢n y lo llamaron a asumir el poder. ¡°?El poder para qu¨¦?¡±, se pregunt¨®. No en el sentido de displicencia, sino de que el poder no se justifica por el poder en s¨ª mismo, de que lo importante es lo que se vaya a hacer con ¨¦l.
P. Usted mencion¨® que ¨¦l una vez dijo que Colombia deb¨ªa dejar de legislar por 70 a?os. ?Qu¨¦ significa eso?
R. Estamos sobrelegislados... la Constituci¨®n de 1991, por ejemplo, ya ha tenido m¨¢s de 50 reformas. Queremos resolver todo con una ley y eso nos hace gastar mucho tiempo, que luego no usamos en la ejecuci¨®n. M¨¢s del 50% de las sentencias de tutela no se cumplen. Muchas normas se dejan de lado, mientras que otras son contradictorias y dificultan la interpretaci¨®n de los jueces, como las que aumentan las penas de prisi¨®n y las que luego las rebajan.
P. Se suele decir que Colombia es un pa¨ªs de abogados. ?Por qu¨¦ genera tanta obsesi¨®n esta profesi¨®n?
R. Algunos dicen que eso se lo debemos a los espa?oles... ya en la colonia se dec¨ªa que Quito era un convento, Caracas un cuartel y Bogot¨¢ una universidad [de abogados]. Pero no estoy seguro a qu¨¦ se debe. Creo que hay una sobreproducci¨®n de abogados y que, en realidad, necesitamos m¨¢s investigadores, expertos en sistemas, agr¨®nomos y trabajadores sociales.
P. El presidente de la Corte, Fernando Castillo, se?al¨® en el festival que los colombianos se apoyan mucho en la justicia y que, en realidad, lo ideal ser¨ªa que el rol de las cortes fuera residual. ?Usted qu¨¦ opina?
R. Se refiere particularmente al c¨®digo penal, que lo usamos como instrumento para resolver todas las tensiones sociales. Muchas cosas no ir¨ªan a la justicia en un Estado que funcione naturalmente, que garantice el acceso a la salud, a la educaci¨®n, a la seguridad social. Un Estado que es eficiente no necesita tanto del aparato judicial.
P. El magistrado tambi¨¦n coment¨® que la Constituci¨®n de 1991 le dio al tribunal un ¡°caramelo envenenado¡± cuando le otorg¨® facultades para elegir al fiscal general y al procurador. Usted estuvo de acuerdo.
R. El presidente de la Corte se refiri¨® a algo que dijo Hernando Yepes en los noventa. Y tiene raz¨®n: la funci¨®n de un juez es dedicar todo su tiempo a fallar en sus expedientes, no dedicarse a entrevistar a 30 candidatos para un cargo. Colombia, espero no equivocarme, debe ser el ¨²nico pa¨ªs del mundo en el que los magistrados se la pasan haciendo elecciones. Se pierde tiempo y se crea la posibilidad de que haya pr¨¢cticas clientelares e intercambios de favores. Adem¨¢s, no hay garant¨ªa de que los funcionarios que nombra la Corte vayan a ser m¨¢s honestos que los que eleg¨ªa el Congreso [antes de la Constituci¨®n de 1991]. El exprocurador Orlando V¨¢squez y el excontralor David Turbay terminaron presos.
P. Vayamos al Gobierno de Gustavo Petro y las numerosas reformas sociales que ha presentado ante el Congreso. ?Son un ejemplo de su visi¨®n de que Colombia legisla en exceso?
R. Curiosamente, no s¨¦ por qu¨¦, lo primero que piensan los presidentes cuando llegan al poder es en presentar reformas. Y se desgastan mucho en eso, en cambiar constituciones y leyes. Yo pensar¨ªa distinto, me enfocar¨ªa en cu¨¢les son las leyes ya vigentes que voy a cumplir.
P. ?Pero eso le dar¨ªa ¨¦pica a un pol¨ªtico como Petro?
R. Petro es un l¨ªder, un caudillo. Es muy h¨¢bil, todos los d¨ªas pone la agenda del pa¨ªs... pese a que luego la cambia muy r¨¢pido. Me recuerda a Manuel Murillo Toro [un presidente liberal del siglo XIX], que una vez escribi¨® en un peri¨®dico que San Pedro nunca hab¨ªa estado en Roma. Son pol¨ªticos que distraen con ideas y propuestas que saben que no se van a cumplir, pero que causan controversia y los mantienen vigentes.
P. Petro, a quien usted apoy¨®, parece muy distinto al ¡°pol¨ªtico a palos¡± que describe cuando habla de Echand¨ªa.
R. Me gustar¨ªa un intermedio, alguien que tenga habilidad pol¨ªtica pero no se obsesione.
P. ?C¨®mo ve la convocatoria del presidente a un gran acuerdo nacional?
R. Al igual que muchas cosas de Petro, se queda en la formulaci¨®n general. Para uno poder pronunciarse, habr¨ªa que preguntar qu¨¦ se entiende por acuerdo nacional: con qui¨¦n y para qu¨¦. De todos modos, este llamado es algo habitual en la historia del pa¨ªs... los colombianos somos muy dados cada cierto tiempo a hablar de esto. Pareciera que, como venimos de una confrontaci¨®n violenta en el siglo XX, creemos que toda confrontaci¨®n pol¨ªtica es mala. Y yo creo que no lo es, que la polarizaci¨®n per se no es mala. Est¨¢ bien tener posiciones pol¨ªticas encontradas, aunque sean irreconciliables. Hay que pensar en el bien com¨²n, pero el consenso no es bueno si se cede en lo esencial.
P. ?C¨®mo ve la rivalidad del presidente con el director de su partido, C¨¦sar Gaviria?
R. Creo que Petro podr¨ªa ayudar a la renovaci¨®n del Partido Liberal, llevando el Gobierno a personas que no hayan sido tan cercanas a Gaviria. Teniendo el apoyo pol¨ªtico del presidente, pueden armar una disidencia mayor. El partido puede resurgir si este sector logra liberarse de la dictadura que ha significado la jefatura de C¨¦sar Gaviria.
P. Hay cierta ret¨®rica de crisis en el Festival de las Ideas, tras un a?o del Gobierno de Petro. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Mi pap¨¢, que muri¨® hace muchos a?os, me repet¨ªa mucho una frase: ¡°Palabra no rompe hueso¡±. Yo creo que hay una sensaci¨®n de crisis, pero que esto no se va a concretar en la pr¨¢ctica. Las crisis a veces est¨¢n m¨¢s en las palabras que en los hechos.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.