Un militar, en su confesi¨®n sobre ¡®falsos positivos¡¯: ¡°Hubo generales que intentaron callarnos la boca¡±
En el Casanare se aliaron 367 personas entre militares e integrantes del DAS para asesinar a civiles y presentarlos como bajas en combate. Varios de ellos reconocieron c¨®mo asesinaron a 296 personas
En Casanare, en la regi¨®n llanera de Colombia, al menos 367 militares y agentes estatales se aliaron para matar a civiles y presentarlos como muertes en combate. Asesinaron y desaparecieron a 296 personas. Esa es la verdad abrumadora que se est¨¢ escuchando en Yopal de boca de 24 militares y miembros del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) en la regi¨®n. Reconocieron ante la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) haber estigmatizado, ordenado, asesinado y encubierto todos esos delitos que se conocen como falsos positivos.
Colombia ha visto ya otras audiencias de reconocimiento de responsabilidad. En Norte de Santander y en Dabeiba (Antioquia), altos mandos militares han admitido estos asesinatos y ofrecido perd¨®n a las v¨ªctimas. Pero la audiencia de Casanare fue diferente. A las l¨¢grimas y el dolor intenso de las v¨ªctimas se sum¨® su rabia por las mentiras que durante a?os dijeron los militares y que emergieron en la audiencia. Las v¨ªctimas pidieron muchas veces la palabra, se quejaron, confrontaron:
¨D¡±Usted est¨¢ mintiendo, se?or Marco Garc¨ªa. Usted recibi¨® dinero para cambiar su versi¨®n. Ac¨¢ todos sabemos a qui¨¦n est¨¢ encubriendo¡±, dijo Johana Torres, una de las v¨ªctimas, para referirse al general en retiro Henry William Torres Escalante, excomandante de la Brigada 16.
Frente al estrado, enredado con las preguntas que secund¨® la magistrada Catalina D¨ªaz, el militar confirm¨® que tiempo atr¨¢s recibi¨® 45 millones de pesos del general en retiro para cambiar su versi¨®n. Reconoci¨® que hab¨ªa mentido antes a la JEP y dijo que ahora s¨ª quer¨ªa decir la verdad. Atr¨¢s, Torres Escalante agachaba la mirada.
Un d¨ªa despu¨¦s, la declaraci¨®n de Torres Escalante agot¨® la paciencia de las v¨ªctimas. El alto oficial evadi¨® las insistentes preguntas de los magistrados Catalina D¨ªaz y ?scar Parra, que lo conminaban a aceptar sin ambages su responsabilidad como autor mediato por la que fue imputado, a confirmar si sab¨ªa que sus hombres comet¨ªan esos asesinatos. La tensi¨®n era evidente y explot¨® cuando una v¨ªctima evit¨® el protocolo de las audiencias para gritarle al militar que ya era suficiente, que aceptara que ¨¦l sab¨ªa de los asesinatos en la Brigada que dirig¨ªa. ¡°Las v¨ªctimas llevamos 17 a?os esperando¡±, grit¨® la mujer.
El general en retiro hab¨ªa le¨ªdo una declaraci¨®n en la que dec¨ªa que asum¨ªa ¡°con verg¨¹enza el se?alamiento de t¨ªtulo de m¨¢ximo responsable de los asesinatos de persona vulnerable, protegida y cr¨ªmenes de guerra, secuestro, desaparici¨®n forzosa¡±, pero no fue capaz de hablar de hechos concretos, lo que molest¨® a las v¨ªctimas. Tambi¨¦n afirm¨® que recib¨ªa presiones del comandante del Ej¨¦rcito Mario Montoya y del general Guillermo Qui?ones, su jefe directo como comandante de la IV Divisi¨®n. Recientemente, la JEP imput¨® por falsos positivos a Mario Montoya antes de dirigir el Ej¨¦rcito, cuando era comandante de la Cuarta Brigada de Medell¨ªn.
Las declaraciones de los militares estuvieron cargadas de denuncias contra otros funcionarios: fiscales que no investigaron, integrantes de otras fuerzas; tambi¨¦n de la lectura de los nombres de las decenas de v¨ªctimas seguidas de la frase: ¡°No era un delincuente, ni hac¨ªa parte de un grupo armado¡±, intentando limpiar el nombre de los asesinados.
¡°Somos personas que fuimos instrumentalizadas para cometer los objetivos de los generales que nos est¨¢n mirando por estas c¨¢maras, el cuerpo de generales, que muchas veces fueron a los centros de reclusi¨®n a callarnos la boca y a decirnos: ¡®No digan eso, la instituci¨®n prevalece¡±, dijo en su reconocimiento el teniente en retiro Jhon Alex¨¢nder Suancha Flori¨¢n. En su declaraci¨®n, este oficial tambi¨¦n habl¨® del general Carlos Su¨¢rez Bustamante, al que llam¨® ¡°el padre de la omisi¨®n en los falsos positivos¡±. Su¨¢rez fue inspector del Ej¨¦rcito.
El rol del DAS
La audiencia en Yopal revel¨® tambi¨¦n el rol del DAS en estos cr¨ªmenes, una arista que habla del uso de la inteligencia estatal contra la poblaci¨®n civil. El desprestigio, la estigmatizaci¨®n y el empadronamiento de campesinos para conseguir que fueran objetivos para asesinar fue lo que confes¨® Orlando Rivas, exdirector del DAS en esa regi¨®n. ¡°Las campa?as de desprestigio y las de estigmatizaci¨®n eran el insumo primordial para proceder con los cr¨ªmenes de lesa humanidad, por eso pido perd¨®n al pueblo casanare?o¡±, dijo Rivas durante la audiencia de reconocimiento de delitos, tras la imputaci¨®n que hizo la JEP.
El DAS, que era la polic¨ªa secreta de Colombia y fue desmantelado por haber espiado ilegalmente a magistrados, periodistas y pol¨ªticos, fue clave en el aparato criminal que cometi¨® estos asesinatos en Casanare. Lo fue tambi¨¦n el Gaula, la sombrilla de las unidades encargadas de evitar los secuestros en el pa¨ªs en las diferentes fuerzas. Denunciaban falsas extorsiones y capturaban ilegalmente a personas para asesinarlas.
Los militares ratificaron la existencia de un ¡°kit de legalizaci¨®n¡±, es decir, que ten¨ªan preparadas armas, uniformes y botas para poner a las v¨ªctimas y simular que los campesinos integraban grupos armados; y que en algunos casos torturaron a los campesinos.
¡°Los muertos no hablan¡±, le dijeron a uno de los oficiales para que se quedara tranquilo ante posibles investigaciones judiciales y siguiera cometiendo asesinatos. Pasaron muchos a?os, pero los muertos s¨ª hablaron en Casanare y revelaron esa organizaci¨®n criminal, a pesar de los intentos de entorpecer las investigaciones, como confesaron varios de los militares. A la audiencia asistieron solo los m¨¢ximos responsables, pero las investigaciones contin¨²an con cerca de 200 militares que participaron de estos cr¨ªmenes.
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