Danilo Rueda avanza en la paz total, pero se empantana en la implementaci¨®n
El comisionado de Paz abre una segunda mesa de di¨¢logos con las disidencias de las FARC mientras arrec¨ªan las cr¨ªticas por el asesinato de firmantes del acuerdo de 2016
El Gobierno de Gustavo Petro logr¨® esta semana comprometer a la principal corriente de disidencias de las FARC a sentarse a una mesa de di¨¢logos, un segundo proceso que se suma a las negociaciones en marcha con la guerrilla del ELN. Ese hito deber¨ªa haber sido un momento de celebraci¨®n para Danilo Rueda, el encargado de aterrizar la ambiciosa paz total con la que el presidente de Colombia se propone, adem¨¢s de negociar en simultaneo con el ELN y al menos una parte de las disidencias, adelantar una pol¨ªtica de sometimiento para otros grupos criminales e implementar con mayor determinaci¨®n el acuerdo de paz con las FARC. En lugar de eso, arrec¨ªan los reclamos para el alto comisionado de Paz, que luce desbordado por la cantidad de frentes bajo su responsabilidad.
Despu¨¦s de un a?o de acercamientos, la postergada mesa con el autodenominado Estado Mayor Central, encabezado por Iv¨¢n Mordisco, se instalar¨¢ el pr¨®ximo 8 de octubre en el Catatumbo, acompa?ada de un cese al fuego de diez meses, seg¨²n anunciaron las partes el martes pasado, despu¨¦s de tres d¨ªas de reuniones en la zona rural de Su¨¢rez, Cauca, en un comunicado sin detalles sobre la agenda de negociaci¨®n. El anuncio no detuvo la violenta arremetida de las disidencias en esa regi¨®n del pa¨ªs, con una oleada de ataques que sembraron nuevas dudas sobre su voluntad de paz. El viernes, el grupo anunci¨® una ¡°suspensi¨®n de acciones ofensivas¡± contra la fuerza p¨²blica, que el comisionado de paz ¨Cque suele llamarlo EMC-FARC¨C atribuy¨® en un video ¡°al clamor de las comunidades y las organizaciones sociales¡±.
Las cr¨ªticas recurrentes al desempe?o de Rueda, un defensor de derechos humanos que ven¨ªa de dirigir la Comisi¨®n Intereclesial de Justicia y Paz, nunca se han ido del todo. Acostumbrado al hermetismo, le cuesta delegar. Muchos interpretan su cautela como una forma de opacidad y cuestionan que no se puede estar en todas partes al mismo tiempo. Adem¨¢s de los m¨²ltiples acercamientos con ese archipi¨¦lago de grupos armados, le corresponde otra tarea sobre la que se acumulan las cr¨ªticas: fortalecer la implementaci¨®n del acuerdo sellado a finales de 2016 entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ¨Cque incluye un cap¨ªtulo dedicado a las medidas para garantizar la seguridad de los excombatientes¨C.
Las disidencias, entre otras, son las principales responsables de los casi 400 asesinatos de exguerrilleros que s¨ª se acogieron a los acuerdos. Rueda se excus¨® de asistir el mi¨¦rcoles a una audiencia de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) sobre la seguridad de los excombatientes por encontrarse en Su¨¢rez, por lo que le llovieron reclamos no solo de la oposici¨®n, tambi¨¦n de los dirigentes de Comunes, el partido heredero de las FARC que hace parte de la coalici¨®n de Gobierno. ¡°No pudo ser peor la excusa del comisionado: no puede ir a la audiencia que tratar¨¢ el tema de asesinatos de firmantes de paz porque est¨¢ ocupado atendiendo a quienes los est¨¢n asesinando¡±, escribi¨® en sus redes sociales el senador Juli¨¢n Gallo.
A las cr¨ªticas se sum¨®, una vez m¨¢s, el ¨²ltimo l¨ªder de las FARC, Rodrigo Londo?o, Timochenko. ¡°El presidente Petro ha dicho incansablemente que, para construir paz en Colombia, hay que implementar integralmente, en su letra y en su esp¨ªritu, el acuerdo de paz. Eso parece no haberlo entendido el comisionado de Paz, Danilo Rueda¡±, manifest¨®. ¡°Su displicencia hacia el acuerdo de paz es una grave irresponsabilidad hist¨®rica que perjudica la construcci¨®n de una paz estable y duradera¡±, le espet¨®.
¡°Si no priorizan la implementaci¨®n del acuerdo de paz, le van a dar m¨¢s munici¨®n a las disidencias¡±, advierte la periodista y polit¨®loga Juanita V¨¦lez, cofundadora de la Fundaci¨®n Conflict Responses (Core) y autora de Una guerra despu¨¦s. ¡°El alcance de cada negociaci¨®n es muy distinto, son demasiadas responsabilidades para una sola persona¡±, apunta sobre el comisionado de paz. Es una observaci¨®n frecuente.
La idea de recuperar una Alta Consejer¨ªa para la implementaci¨®n, una suerte de gerente que pueda relevar a Rueda al menos en ese frente, algo en lo que Petro lleg¨® a comprometerse en p¨²blico, no ha cristalizado. ¡°Este Gobierno ha mostrado una debilidad en cuanto a la capacidad de implementar lo ya pactado¡±, valora la analista Elizabeth Dickinson, del International Crisis Group. ¡°Tiene toda la voluntad, pero no la capacidad de avanzar en la implementaci¨®n, y la protecci¨®n de los excombatientes es parte de eso¡±.
Adem¨¢s de la implementaci¨®n, el encaje de las disidencias en la paz total ha desatado desde el primer momento un espinoso debate. En plural, pues m¨¢s de una facci¨®n se apart¨® de los di¨¢logos de La Habana y mantiene sus v¨ªnculos con las econom¨ªas ilegales. Para los m¨¢s esc¨¦pticos, concederles una vocer¨ªa a nombre de una guerrilla que ya no existe es cuando menos inconveniente, y referirse a ellas como EMC-FARC desconoce el acuerdo de 2016. Hay una percepci¨®n extendida de que los disidentes ya tuvieron su oportunidad.
De momento, es claro que el Gobierno le ha concedido un estatus pol¨ªtico al Estado Mayor Central, cuyos l¨ªderes m¨¢s visibles no llegaron a firmar los acuerdos de 2016. Sergio Jaramillo, el comisionado de Santos que sell¨® la paz con las FARC y ha intercambiado reproches con los negociadores de Petro, apuntaba el mes pasado ante la Corte Constitucional que reconocer al autodenominado EMC como un actor armado con estatus pol¨ªtico es a su juicio ¡°el peor error estrat¨¦gico que se ha cometido en Colombia en los ¨²ltimos 25 a?os y el da?o m¨¢s grande que se le ha hecho al proceso de paz¡±. Danilo Rueda navega en medio de corrientes agitadas mientras la paz total avanza a trompicones.
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