Germ¨¢n Vel¨¢squez, de cr¨ªtico implacable contra las grandes farmac¨¦uticas a director del Invima
El manizale?o dirigi¨® el programa de medicamentos de la OMS y asume en un ¨®rgano regulador que cumpl¨ªa 14 meses sin un director en propiedad
El nuevo director del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, a¨²n no se ha instalado en su nueva oficina al norte de Bogot¨¢ y ya despierta todo tipo de tensiones en los c¨ªrculos farmac¨¦uticos. Se trata de Germ¨¢n Vel¨¢squez, manizale?o de 75 a?os, y un viejo conocido en los pasillos de los organismos de salud p¨²blica a nivel mundial. Es el colombiano que ha escalado m¨¢s alto en el organigrama de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, donde lleg¨® a ser director del programa de medicamentos. Pero sobre todo es un funcionario curtido en todo tipo de pulsos con grandes multinacionales, a las que ha se?alado de abusos e injusticias.
Seg¨²n afloran los cuestionamientos contra Vel¨¢squez desde la Asociaci¨®n de Laboratorios de Investigaci¨®n (Afidro), que agrupa a las grandes farmac¨¦uticas internacionales, m¨¢s de uno en el Invima respira aliviado con el anuncio. Algo comprensible para una entidad que lleva m¨¢s de un a?o bajo el mando sucesivo de tres directores encargados. Tiempo suficiente para que el atasco en diversos tr¨¢mites administrativos y la ausencia de directrices sembraran la impresi¨®n de que el organismo regulador de la calidad de los alimentos y medicamentos navegaba a la deriva.
Las cr¨ªticas de la industria contra Vel¨¢squez, fil¨®sofo y doctor en Econom¨ªa de la Salud por la Sorbona de Par¨ªs, tienen antecedentes. Basta con repasar algunas de sus f¨¦rreas posturas a favor de un enfoque que privilegia la salud p¨²blica sobre lo que ¨¦l cataloga como un ¡°monopolio comercial¡±. Desde la subdirecci¨®n del South Center, un organismo intergubernamental con sede en Ginebra donde trabaj¨® durante 12 a?os, emprendi¨® m¨¢s de una cruzada para evidenciar las inconsistencias del sistema de leyes en materia de propiedad intelectual de patentes. Un entramado de normas que le permite a las grandes corporaciones extender cada 20 a?os la vigencia de sus licencias sobre el negocio de los medicamentos a trav¨¦s de toda suerte de recetas legales.
Un enfoque que, para muchos seguidores de la l¨ªnea de Vel¨¢squez, va en detrimento de los intereses de los pa¨ªses pobres, donde se hace m¨¢s costoso distribuir los f¨¢rmacos o clonar versiones gen¨¦ricas m¨¢s accesibles. Pero tambi¨¦n es un asunto cada vez m¨¢s vidrioso para muchos investigadores p¨²blicos en sociedades desarrolladas, donde su coparticipaci¨®n en las fases iniciales para el desarrollo de vacunas y medicamentos patrocinadas por fondos estatales suele quedar opacada por las inversiones millonarias de la gran industria que se encarga de desarrollar los ensayos cl¨ªnicos posteriores, impulsar los productos y fijar sus precios (ver el l¨ªo reciente con la vacuna contra la Covid del laboratorio estadounidense Moderna).
En este ambiente, Vel¨¢squez recibi¨® una cortada de cuchillo en el brazo en 2001 mientras caminaba por R¨ªo de Janeiro durante un viaje de trabajo. Ya curtido en otras batallas, le rest¨® importancia al hecho e imagin¨® que se trataba de otro incidente de delincuencia com¨²n m¨¢s en una ciudad latinoamericana. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, esta vez cuando daba un paseo por la exclusiva arteria comercial de Lincoln Road en Miami, dos sujetos lo enca?onaron y lo agarraron a patadas en el suelo. Uno de los malandros le grit¨®: ¡°Esperamos que haya aprendido la lecci¨®n de R¨ªo¡±.
Fue un acto de intimidaci¨®n que esta vez toc¨® un nervio sensible en el entorno familiar de Vel¨¢squez. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud, donde trabajaba entonces, le asign¨® escoltas y todo tipo de medidas de seguridad para sus viajes. Diez d¨ªas m¨¢s tarde, sin embargo, recibi¨® una llamada an¨®nima. El interlocutor pregunt¨® si ten¨ªa miedo y antes de colgar solt¨® un lac¨®nico: ¡°Lincoln Road, Miami¡±. Durante una entrevista realizada en 2020 para otro medio con este reportero, Vel¨¢squez asegur¨® que ten¨ªa indicios de que la Asociaci¨®n Internacional de Productores de Medicamentos, dirigida por Estados Unidos y con fuerte participaci¨®n europea, estar¨ªa detr¨¢s de la cadena de agresiones.
Tras el anuncio del nombramiento en la cuenta de X del presidente Petro, la presidenta de Afidro, integrada por gigantes como Pfizer o Bayer, declar¨® a la cadena Caracol Radio: ¡°No creo que aquello que pudiera estarse observando con respecto a las gestiones que ¨¦l ha adelantado a lo largo de su vida profesional, y que en cierta manera han estado muy atadas en la industria farmac¨¦utica, no veo c¨®mo eso podr¨ªa verse traducido en una entidad. Digamos que es una entidad de car¨¢cter t¨¦cnico, que hace unas evaluaciones basadas en unos criterios, pues absolutamente, t¨¦cnicos y concretos de la calidad y la eficiencia de los medicamentos¡±, manifest¨® Mar¨ªa Clara Escobar.
Germ¨¢n Vel¨¢squez, doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid, decidi¨® abandonar en 2010 la OMS. Fue por causa de algunas discrepancias con la entonces directora de la agencia mundial, la china Margaret Chan. En ese entonces el mundo atravesaba una pandemia cuyo desarrollo no acab¨® en los escenarios m¨¢s negros que se hab¨ªan proyectado inicialmente (H1N1).
A sus desacuerdos conceptuales con el comit¨¦ escogido para declarar aquella pandemia, se sum¨® la solicitud del manizale?o de que, en caso de que se anunciara como tal, se deb¨ªa acompa?ar con la solicitud de que todos los medicamentos, tratamientos y vacunas fueran declarados bienes p¨²blicos mundiales. Dos posturas que aceleraron su salida. Ahora, en el Invima, deber¨¢ enfrentarse a algunas batallas similares y otros escollos de un sector cuyas entra?as conoce de vieja data.
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