?Es la pol¨ªtica un mercado de valores?
Antes del d¨ªa de los comicios, los partidos apuestan unidos por una persona. Similar a los compradores de acciones, pero en el ¨¢mbito de la competencia electoral
El diario El Siglo public¨® una descripci¨®n de los resultados de las elecciones del 29 de octubre, que plantea temas interesantes sobre c¨®mo funciona la pol¨ªtica hoy en d¨ªa. Tomemos dos ejemplos:
1) El Departamento del Tolima: La excongresista Adriana Magali Matiz gan¨® con el aval del Partido Conservador y el co-aval de Centro Democr¨¢tico, Cambio Radical, ASI, ADA y Colombia Renaciente.
2) Departamento de Bol¨ªvar: El excongresista Yamil Arana Padaui gan¨® con el aval del Partido Conservador y co-aval del Partido Liberal, Alianza Social Independiente, Cambio Radical, La U, Centro Democr¨¢tico, Fuerza de la Paz y Colombia Renaciente.
La lista de gobernadores y alcaldes ganadores en las la elecciones regiones por casi todos los partidos tienen las mismas caracter¨ªsticas. El sistema de avales y coavales para los candidatos parece ahora una bolsa de valores. Antes de lo que podr¨ªa denominarse ¡°la OPA pol¨ªtica¡± (Oferta P¨²blica de Acciones), es decir, el d¨ªa de las elecciones, los partidos apuestan unidos por una persona. Similar a los compradores de acciones, pero en el ¨¢mbito de la competencia pol¨ªtica.
Llevando el s¨ªmil m¨¢s all¨¢, los candidatos emiten ¡°acciones pol¨ªticas¡± a compradores preferenciales, que los partidos ¡°compran¡±. ?Los partidos podr¨ªan comprar acciones de dos candidatos diferentes? Eso ir¨ªa en contra del sentido com¨²n; sin embargo, la pol¨ªtica no es necesariamente el ¨¢mbito del sentido com¨²n. Despu¨¦s de la OPA (d¨ªa de las elecciones), se pueden vender m¨¢s acciones a los partidos perdedores, si quieren formar parte de la coalici¨®n gobernante.
El p¨²blico, a su manera, adquiere con su voto una ¡°acci¨®n¡± del candidato, con la esperanza de que fructifique en una mejor vida para ellos en los cuatro a?os que dura el gobierno. Los que eligieron al ganador se sienten part¨ªcipes de un buen desempe?o, o decepcionados si resulta ser un descalabro, un corrupto o simplemente un inepto (o todas las anteriores).
?Es un mal sistema, comparado con uno de respaldo puro y unipartidista a un solo candidato? No parece malo per se, ya que 1) siendo realistas, hoy en d¨ªa el respaldo de un solo partido no ser¨ªa suficiente para ganar, dada la fragmentaci¨®n del sistema pol¨ªtico; y 2) una vez en el gobierno, el ganador necesitar¨¢ una gran coalici¨®n de partidos para gobernar. Por lo tanto, es bueno que esa coalici¨®n se haya formado previamente, para elegir al candidato.
La cr¨ªtica puede ser que la ideolog¨ªa pol¨ªtica no importa y prevalece la mera conveniencia fr¨ªa, derivada de c¨¢lculos de poder, convirtiendo al sistema pol¨ªtico simplemente en un sistema transaccional de microempresas pol¨ªticas, que participan en elecciones para despu¨¦s hacerse con el presupuesto y los contratos de obras p¨²blicas.
Adicionalmente, se puede criticar que lo que se negocia son no solo las ¡°acciones pol¨ªticas¡±, que representan el respaldo a un candidato y a un programa, sino los valores mismos de una visi¨®n pol¨ªtica, la ¨¦tica y la democracia. Eso, por supuesto, es muy pernicioso, y no se puede decir que no sucede. No siempre ocurre, pero con suficiente y lamentable frecuencia.
Esta cr¨ªtica, sin embargo, tambi¨¦n aplicar¨ªa al sistema de respaldo unipartidista. La soluci¨®n debe ser una lucha eficaz contra la corrupci¨®n, y no necesariamente prohibir el sistema de avales y coavales multipartidistas.
Adem¨¢s, se podr¨ªa argumentar (cosa que se debe demostrar mediante investigaciones serias) que, en general, partidos con alguna similitud pol¨ªtica se unen para apoyar a un candidato. Por supuesto, en algunos casos hay liberales y conservadores que apoyan a candidatos, algo que hubiera sido impensable hace 50 a?os.
Aqu¨ª hay algo bueno. La pol¨ªtica en las regiones colombianas se est¨¢ convirtiendo m¨¢s en una cuesti¨®n pr¨¢ctica que religiosa, como era el caso hace 60 a?os, por la cual los de un partido podr¨ªan empezar a matar a los del otro.
Sin embargo, en relaci¨®n con los co-avales, es aconsejable cierto grado de afinidad ideol¨®gica. Se podr¨ªa decir que los candidatos de extrema izquierda o derecha tienden a tener coaliciones de partidos con ideas afines. Ese fue el caso del Pacto Hist¨®rico en las elecciones presidenciales de 2022, cuando Colombia Humana uni¨® fuerzas con el Partido Comunista, Comunes, Uni¨®n Patri¨®tica, Fuerza Ciudadana, Polo Democr¨¢tico, entre otros.
Sin embargo, hoy en d¨ªa las fronteras entre partidos son porosas y borrosas, y los enemigos se unen en ciertas regiones, lo cual tambi¨¦n es bueno. Ese sistema podr¨ªa interpretarse como una forma de reducir el riesgo pol¨ªtico. Cuando esas decisiones pol¨ªticas se agregan a los largo de todo el pa¨ªs, se obtiene un sistema pol¨ªtico m¨¢s estable. Menos propenso a los cambios dr¨¢sticos de rumbo y las ideolog¨ªas extremas, pues se tiene que negociar con mucha gente cuando se gobierna.
Es cierto que la l¨®gica de las elecciones regionales no se traslada a las nacionales, pero la microf¨ªsica del poder, para usar una expresi¨®n popularizada por el fil¨®sofo franc¨¦s Michel Foucault, importa en todo tipo de elecciones.
La pol¨ªtica colombiana est¨¢ funcionando de manera similar a un mercado de valores y, g¨²stenos o no, eso es crucial para la estabilidad institucional, la prevalencia y supervivencia de los actores pol¨ªticos individuales y para el dise?o de las campa?as.
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