Ecopetrol y PDVSA, un pacto con el diablo, o Mon¨®meros es el negocio, socio
El anuncio de Gustavo Petro de una probable alianza comercial entre las estatales petroleras de Colombia y Venezuela se llevaba cocinando por un tiempo, pero no advierte los enormes riesgos que conllevar¨ªa la operaci¨®n
Despu¨¦s de desmentir durante la campa?a presidencial que importar¨ªa petr¨®leo y gas de Venezuela, Gustavo Petro anunci¨® el 18 de noviembre que a trav¨¦s de la estatal petrolera Ecopetrol explorar¨ªa un acuerdo para producir petr¨®leo y gas en Venezuela. A nuestro parecer, el negocio est¨¢ lleno de riesgos de los que el primer mandatario de Colombia hace caso omiso, pues su intenci¨®n parece tener tintes m¨¢s pol¨ªticos que empresariales y no beneficiaria tanto al pa¨ªs como presume.
No obstante ello, como muchos de los anuncios del presidente Petro, es poco probable que haya un avance material significativo sobre la propuesta en particular de explotar conjuntamente yacimientos petroleros en Venezuela, pero la idea que s¨ª ha tenido cierta tracci¨®n (y hasta ahora no figura en los anuncios oficiales) parece ser la de una compra de la empresa Mon¨®meros Colombo-Venezolanos por parte de Ecopetrol. Podr¨ªan quiz¨¢s venderlo como un premio de consolaci¨®n. Pero no se equivoquen, es el objetivo.
Devolv¨¢monos un poco. Desde su posesi¨®n como presidente, el restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con Venezuela ha sido una prioridad para Gustavo Petro. Tiene sentido. Venezuela sol¨ªa ser un socio comercial privilegiado de Colombia con unas complementariedades importantes en las canastas de exportaci¨®n y una balanza comercial muy beneficiosa para Colombia.
Adem¨¢s, el ¡°cerco diplom¨¢tico¡± del Gobierno anterior fue claramente un esfuerzo fallido en arrinconar al r¨¦gimen de Maduro en los ¨¢mbitos comercial y pol¨ªtico, que representaba un obst¨¢culo no solo para prestarle servicios primarios a los colombianos viviendo en el vecino pa¨ªs, sino que obstru¨ªa gravemente la econom¨ªa de ciudades fronterizas como C¨²cuta, Bucaramanga y Maicao.
Petro quiere y puede ser mediador en las negociaciones entre Gobierno y oposici¨®n en el vecino pa¨ªs, y adem¨¢s tanto Colombia como Venezuela tienen un incentivo en reducir o modificar el r¨¦gimen de sanciones que tiene Venezuela. Para Colombia, destrabar la situaci¨®n de Venezuela es fundamental desde distintos ¨¢ngulos como el de la econom¨ªa fronteriza, el de la seguridad y el de la paz total. Desde una perspectiva geopol¨ªtica, recuperar influencia en Venezuela est¨¢ en el inter¨¦s de Estados Unidos, debido a los altos costos de combustible y a la cercan¨ªa de Nicol¨¢s Maduro con Rusia y China, dos adversarios geoestrat¨¦gicos.
En campa?a, varios adversarios pol¨ªticos de Petro, como Juan Manuel Gal¨¢n, especularon que el hoy presidente quer¨ªa era hacer negocios petroleros con Venezuela, algo que el entonces candidato neg¨® vehementemente. Puso su plataforma ambiental como principal argumento para no llevar a cabo inversiones en combustibles f¨®siles, que compar¨® entonces con la coca¨ªna, como uno de los grandes males que aquejan a Colombia.
A pesar de esto, las intenciones de Petro de hacer negocios con PDVSA a trav¨¦s de Ecopetrol ven¨ªan cocin¨¢ndose a fuego lento. Hace unos meses, que parecen una eternidad, el exembajador Armando Benedetti anunci¨® la supuesta intenci¨®n de comprar por 300 millones de d¨®lares, presuntamente a trav¨¦s de Ecopetrol, la empresa venezolana de fertilizantes Mon¨®meros. El objetivo ser¨ªa disminuir el precio de los fertilizantes en Colombia, que a ra¨ªz de la guerra en Ucrania pasaron de 350 d¨®lares a 600 d¨®lares por tonelada.
Si bien los negocios con Colombia son un salvavidas para PDVSA y para el r¨¦gimen de Maduro, son un salto al vac¨ªo para Ecopetrol y para Colombia. La transacci¨®n tiene altos riesgos y pocos beneficios para la petrolera colombiana. Por un lado, pone en riesgo la soberan¨ªa energ¨¦tica de Colombia, ya que estar¨ªa comprando gas y petr¨®leo a un pa¨ªs vecino que le ha quedado mal a Colombia y a sus empresas. Habr¨ªa que aprender la lecci¨®n que a las malas le toc¨® aprender a Alemania tras la invasi¨®n de Rusia a Ucrania. Adem¨¢s, un acuerdo para explotar yacimientos en Venezuela no reducir¨ªa las emisiones de producci¨®n o consumo ¨Dponiendo en evidencia que las motivaciones del Gobierno de Colombia no son ambientales¨D.
Por otro lado, los planes significar¨ªan negociar con PDVSA, empresa que se encuentra en medio de una serie de esc¨¢ndalos por casos de corrupci¨®n. Eso implica riesgos contractuales y reputacionales para Ecopetrol, al negociar con personas y un r¨¦gimen sancionado. Hace ya unos meses, las autoridades venezolanas detuvieron a 25 funcionarios y emitieron 11 ¨®rdenes de captura por corrupci¨®n en PDVSA por un presunto desfalco de 21.000 millones de d¨®lares (mayor a cualquier caso de corrupci¨®n jam¨¢s habido en Colombia).
Por eso, a mi juicio, el negocio m¨¢s viable ser¨ªa justamente del que no se habla: la compra de Mon¨®meros. Aumentar¨ªa la oferta de insumos agr¨ªcolas, generar¨ªa empleo y probablemente favorecer¨ªa la producci¨®n agropecuaria dom¨¦stica. Afianzar¨ªa la seguridad alimentaria y la econom¨ªa campesina, dos de los principales objetivos de desarrollo rural de Petro.
Parece ser que cualquier acuerdo entre el Gobierno de Petro y el de Maduro favorecer¨¢ m¨¢s a Venezuela, un pa¨ªs altamente endeudado, sancionado y con una econom¨ªa corrida por una dictadura que se niega a disputar el poder democr¨¢ticamente.
Quedan algunas preguntas en el aire, como por ejemplo, ?c¨®mo van a hacer los dos Gobiernos para que el ELN no les vuele el oleoducto constantemente como lo hacen con los dem¨¢s activos petroleros? ?Qu¨¦ va a pasar con los activos de Ecopetrol en Venezuela en un pr¨®ximo Gobierno de Colombia que no sea coayudante del chavismo? ?Qu¨¦ gana Colombia? ?Qu¨¦ le debe Petro a Maduro?
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