Tatiana Andia: ¡°Espero que el sistema de salud no se derrumbe antes de que mi tratamiento deje de funcionar¡±
Soci¨®loga de la salud y con un c¨¢ncer incurable, la acad¨¦mica aclara que s¨ª es necesario mejorar el sistema sanitario en Colombia


Tatiana Andia (Bogot¨¢, 43 a?os) es una experta en el sistema de salud y su usuaria de primera l¨ªnea. Diagnosticada con un agresivo c¨¢ncer de pulm¨®n hace tres meses, el sistema ha asumido el tratamiento, que cuesta unos siete millones de pesos (alrededor de 1.800 d¨®lares) al mes. Andia, que ve en esa cobertura un logro, se?ala que sin embargo se produce una carga emocional y burocr¨¢tica muy alta para una persona en su situaci¨®n. ¡°Es muy fuerte la falta de una relaci¨®n m¨¢s humana en un momento tan traum¨¢tico y vulnerable¡±.
Recibe a EL PA?S en la sala de su casa, en el oriente de Bogot¨¢, en la tarde del jueves. Viene de una clase en la Universidad de Los Andes, donde es profesora de sociolog¨ªa desde que termin¨® su doctorado en la Universidad de Brown (Rhode Island, Estados Unidos) con una tesis sobre los dise?os de las pol¨ªticas farmac¨¦uticas en Colombia y Brasil desde los a?os 90. Experta en sociolog¨ªa de la salud, ha coordinado el proyecto ¡°Salud Visible¡± y ha sido asesora de entidades como la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud y el Ministerio.
Su tratamiento, dice con serenidad, dejar¨¢ de ser ¨²til en algunos meses. El tiempo es incierto, pero los expertos estiman que rondar¨¢ un a?o. ¡°Espero que el sistema de salud no se derrumbe antes de que deje de funcionar¡±, concluye entre risas, con un humor negro que hiela los huesos.

Pregunta. Cu¨¦ntenos de su condici¨®n y de qu¨¦ le ha ense?ado el sistema de salud.
Respuesta. Hace unos tres meses tuve un dolor que asoci¨¦ a una hernia discal. Tom¨¦ analg¨¦sicos, pero el dolor se volvi¨® insoportable. Una de las cosas dif¨ªciles del sistema es obtener pronto una cita con un especialista, pero tuve la suerte de que alguien cancel¨® su cita y logr¨¦ una con un ortopedista de mi EPS.
?l me mand¨® una resonancia magn¨¦tica. Logr¨¦ tambi¨¦n una cita r¨¢pido, algo muy sorprendente. Cuando sal¨ª de hacerla, la mujer que dirig¨ªa el examen me detuvo, me dijo que iba a acelerar mis resultados y que tan pronto los recibiera, los deb¨ªa llevar a mi m¨¦dico o ir a urgencias. Fue angustiante. Unas horas despu¨¦s, tras dictar clase con un dolor de espalda atroz, recib¨ª el reporte. Dec¨ªa ¡°adenomegalias retroperitoneales¡°. Eso me son¨® muy mal.
P. ?Qu¨¦ hizo?
R. Llam¨¦ a mi pap¨¢, que es m¨¦dico, y le le¨ª el resultado. Me dijo que hab¨ªa que buscar un onc¨®logo inmediatamente. Fue terror¨ªfico. Normalmente una persona tendr¨ªa que buscar una cita a trav¨¦s de su EPS, algo dif¨ªcil de lograr, pero yo fui privilegiada en ese acceso. He investigado toda la vida el sistema de salud, y hab¨ªa trabajado con Carolina Wiesner, la directora del Instituto Nacional de Cancerolog¨ªa. La llam¨¦, le cont¨¦ y me pidi¨® ir al Instituto al d¨ªa siguiente, cuando una primera cita all¨ª se suele demorar semanas. Esa tardanza es muy delicada en enfermedades como el c¨¢ncer, en el que el tiempo es crucial.
La onc¨®loga me atendi¨® y me mand¨® muchos ex¨¢menes. De ah¨ª en adelante el tr¨¢nsito ha sido normal, engorroso: pedir una cita, esperar la disponibilidad, llamar a la EPS a tramitar la autorizaci¨®n para cada una. Cuando uno est¨¢ enfermo, angustiado y con much¨ªsima incertidumbre, cuando le dicen que tiene c¨¢ncer pero no sabe qu¨¦ tan grave es ni qu¨¦ sigue, necesita que sea r¨¢pido. Pero la demanda para esos ex¨¢menes es muy alta. Cada uno era una semana distinta. Cualquiera que ha estado seriamente enfermo y ha vivido esa angustia existencial, propia y de la familia, siente que el sistema no funciona; as¨ª, incluso la gente que puede pagar en privado se estrella con que simplemente no hay cupo.
P. Es problema de capacidad...
R. S¨ª. Y en otras ciudades ni hablar; toca trasladarse a Bogot¨¢ con todo lo que implica. Eso da una percepci¨®n de injusticia; ¡°estoy en una situaci¨®n muy dif¨ªcil y el sistema me pone trabas para acceder¡±.
En mi caso, la resonancia mostraba una lesi¨®n en la columna, correspondiente a un c¨¢ncer de pulm¨®n. Hab¨ªa tantos tumores que en las im¨¢genes yo parec¨ªa un d¨¢lmata [risas]. Me dijeron: ¡°los puntos blancos son tumores¡±, y estaban regados por todos lados. Uno de ellos se hab¨ªa comido buena parte del tejido ¨®seo de una v¨¦rtebra y causaba el dolor. Yo ten¨ªa una disonancia cognitiva: hab¨ªa escalado unas monta?as cerca de R¨ªo de Janeiro y dos o tres semanas despu¨¦s me dec¨ªan esto. No lo pod¨ªa creer.
De mi segunda cita con una onc¨®loga sal¨ª directamente a urgencias. Despu¨¦s de ver las im¨¢genes m¨¢s espec¨ªficas, encontr¨® que el tumor de la columna hab¨ªa roto la pared que va a la m¨¦dula, y deb¨ªa hacer radioterapia inmediata para detener su crecimiento y evitar que quedara parapl¨¦jica. No sab¨ªa ni c¨®mo procesar esa informaci¨®n. Ah¨ª va otra cosa. Creo que la gente mezcla muchas experiencias traum¨¢ticas de entrar en contacto con un sistema de salud, porque no es f¨¢cil separar las causas y responsabilidades. Es una experiencia llena de angustia, incertidumbre y dolor.
P. ?Cree que hay factores concretos para esa mala experiencia?
R. Los servicios, especialmente de medicina especializada, se han deshumanizado much¨ªsimo. Uno de los ejemplos m¨¢s abrumadores es que en los hospitales, especialmente en los universitarios, quienes te preguntan, te tocan y te examinan son los residentes, los m¨¦dicos que est¨¢n estudiando para ser especialistas. El onc¨®logo jam¨¢s. Entra al final, ve las im¨¢genes, escucha al residente 30 segundos, te mira, te dice dos cosas. En mi caso, que mi c¨¢ncer no tiene cura y tocaba ver qu¨¦ tratamiento se adecuaba para saber cu¨¢nto tiempo me quedaba.
¡°?Tienes preguntas?¡±, te dice, y t¨² est¨¢s en shock. Tus preguntas son ¡°por qu¨¦ a mi¡± o ¡°c¨®mo me dio un c¨¢ncer incurable a los 43 a?os¡±, cosas que no te puede resolver. Las que s¨ª, llegan despu¨¦s, cuando sientes un efecto secundario de un tratamiento a las dos de la ma?ana. Es muy fuerte la falta de una relaci¨®n m¨¢s humana en un momento tan traum¨¢tico y vulnerable.
P. ?Le ha ido mal?
R. Yo amo a mi onc¨®loga, a la que he visto cuatro veces. El Instituto es muy humano. Eso no es culpa de una instituci¨®n, as¨ª es la formaci¨®n m¨¦dica. Y con el volumen de gente que atienden los especialistas, tampoco hay muchas alternativas. En un sistema de salud con recursos escasos no se puede instalar un hospital de alta complejidad en todas las ciudades, como el presidente pretende. Esa relaci¨®n distante no es un problema de este sistema de salud, sino de todos los del mundo.
P. Es una faceta muy dura del sistema
R. Como siempre he estudiado sistemas de salud, en medio de mi enfermedad observaba y trataba de entender cosas deshumanizantes de las urgencias oncol¨®gicas. Son traum¨¢ticas porque la gente va cuando ya se est¨¢ muriendo. En las urgencias generales hay un ni?o con gripa, alguien que se parti¨® un pie... ac¨¢ todo el mundo est¨¢ muy mal, con dolores muy fuertes. Gritan, gimen. Hay mucha vulnerabilidad, mucha, mucha angustia. En el Instituto, que no rechaza a nadie, est¨¢n repletas. Son momentos muy delicados. La radioterapia fue chocante porque nadie explica bien los procedimientos, sus efectos adversos. Una vez m¨¢s, afecta esa deshumanizaci¨®n que no es responsabilidad de nadie.
Yo qued¨¦ hospitalizada varios d¨ªas. Ah¨ª me hicieron m¨¢s radioterapias y terminaron los ex¨¢menes.
P. ?Y desde entonces est¨¢ en su casa, en su trabajo?
R. S¨ª. Me hicieron las pruebas gen¨¦ticas y encontraron que es un tipo de c¨¢ncer relativamente raro, pero para el que existe un medicamento espec¨ªfico, dirigido a las mutaciones gen¨¦ticas que hacen que se reproduzca r¨¢pidamente. En otros tipos de c¨¢ncer de pulm¨®n se usa la quimioterapia tradicional, que tiene muy mal pron¨®stico y da mala calidad de vida. Me salv¨¦ de ese bombardeo gen¨¦rico, que mata todo. Mi tratamiento es de unas bombas inteligentes, y no tengo que ir a un hospital a enchufarme a una m¨¢quina.
Estaba convencida de que si mi alternativa terap¨¦utica era la quimio, no me lo habr¨ªa hecho. En esa discusi¨®n, la del derecho a morir dignamente o a rescindir un tratamiento, Colombia est¨¢ muy avanzada legalmente. Es uno de los logros del sistema de salud que poco reconocemos. Saberlo me dio tranquilidad, la sensaci¨®n de que no me iban a hacer cosas que yo no quisiera, el sentido de seguir siendo humano.
P. ?C¨®mo es su tratamiento?
R. Me tomo una pastilla todos los d¨ªas. Es muy ben¨¦vola, tiene efectos adversos aburridores pero marginales. No se cae el pelo, no quedo deca¨ªda por varios d¨ªas, no me tienen que hospitalizar. Mientras funciona, porque un d¨ªa deja de funcionar, tengo una calidad de vida muy buena. El problema fundamental es que es car¨ªsimo.
P. ?Cu¨¢nto cuesta?
R. Unos 7 millones de pesos (alrededor de 1.800 d¨®lares) al mes, y eso porque no es tan nuevo y su precio est¨¢ regulado, otro logro de nuestro sistema. Casi ning¨²n colombiano podr¨ªa pagar eso de su bolsillo, siete veces el salario m¨ªnimo. Y es peor en otros tipos de c¨¢ncer, porque las terapias m¨¢s recientes valen 30 millones de pesos (unos 7.500 d¨®lares) al mes.
P. ?Los paga el sistema?
R. Justamente otro dilema que enfrenta es definir qu¨¦ financiamos y qu¨¦ no, as¨ª queramos pagarle a todo el mundo todos los tratamientos de ¨²ltima tecnolog¨ªa. Es el dilema del costo de oportunidad: si pagas 100 millones de pesos para que un paciente tenga dos meses de vida extra con poca calidad de vida, ?no ser¨¢ mejor invertir ese dinero en la atenci¨®n primaria para que los ni?os no lleguen a las etapas tard¨ªas de desnutrici¨®n? Es un c¨¢lculo horroroso pero necesario en t¨¦rminos poblacionales.
Ha sido fascinante ver ese dilema en carne propia. Yo soy una persona joven que recibe un medicamento que me da un tiempo de vida que no es menor, ¡ªpuede ser un a?o, y hasta tres¡ª, con una buena calidad de vida. Puedo hacer todas mis actividades, trabajar, estar con la gente que quiero, despedirme con calma. Eso no tiene precio para m¨ª, pero s¨ª le cuesta al sistema
P. En ¨²ltimas, la salud cuesta...
R. La salud son muchos negocios y el de las EPS es el menos rentable. Es m¨¢s rentable prestar servicios o producir medicamentos ¡ªno en vano las farmac¨¦uticas est¨¢n entre las empresas m¨¢s grandes de las bolsas. El mayor dilema humano, para m¨ª, es que tengamos la soluci¨®n para una persona pero que el precio haga que el sistema de salud no la pueda cubrir. En Uruguay, con un sistema p¨²blico muy garantista, una persona con mi c¨¢ncer solo tiene cubierta la quimioterapia.
Y es una presi¨®n cada vez mayor. A medida que va avanzando la tecnolog¨ªa y se va volviendo m¨¢s costosa, hasta a los sistemas m¨¢s ricos, como los europeos, les queda m¨¢s dif¨ªcil cubrir los medicamentos. Tambi¨¦n pasa en otras cosas, como los ex¨¢menes. A m¨ª nunca me han hecho un PET scan que es lo m¨¢s avanzado de las im¨¢genes; no te irradia, es m¨¢s detallado. El debate es cu¨¢ndo hacerlo. O, en el c¨¢ncer, hay biopsias l¨ªquidas que hacen la secuenciaci¨®n de tu ADN a partir de la sangre, sin tener que sacar una muestra del tumor, pero a costos alt¨ªsimos. El sistema no puede pagarlo, aunque ser¨ªa mejor.
Sistemas de salud como el colombiano quedan en una situaci¨®n muy dif¨ªcil. Muchas veces tienen que optar por las opciones m¨¢s b¨¢sicas, que se pueden financiar, a expensas de la calidad de vida del paciente. Son dilemas muy dif¨ªciles de resolver. Los m¨¦dicos los ven todo el tiempo. Les frustra saber que pueden hacer algo muy bueno y que la respuesta sea que no hay plata, sienten que eso oprime su autonom¨ªa m¨¦dica. Es verdad, pero ?c¨®mo financiarlo?
P. Eso lleva a los tr¨¢mites...
R. Claro. Mi medicamento no est¨¢ en el PBS, lo que antes se llamaba el plan obligatorio de salud o POS. Es decir, no se cubre con la famosa UPC, la prima que reciben las PES por cada afiliado, porque es de una enfermedad rara y un medicamento costoso. Eso se financia con una plata que el Gobierno gira a las EPS al principio del a?o para cosas raras, llamada ¡°presupuestos m¨¢ximos¡±. Es dif¨ªcil que las EPS acepten pagar estas cosas cuando los m¨¦dicos las piden.
P. Esa es una de las grandes quejas contra el sistema, ?no?
R. Las tutelas de salud comenzaron por ah¨ª, porque hab¨ªa medicamentos para VIH por fuera del plan de beneficios, la gente los necesitaba y las EPS no los autorizaban. Hoy es relativamente f¨¢cil; los m¨¦dicos ya pueden prescribirlos sin que el paciente deba hacer tr¨¢mites. Lo que pas¨® es que el POS se desactualiz¨® muy r¨¢pido, y no ten¨ªa cosas que ya no eran tan excepcionales. Esa historia es relevante para la discusi¨®n de la reforma. El sistema que tenemos viene de d¨¦cadas de prueba y error. Es el resultado del litigio de los pacientes, por ejemplo. Esos aprendizajes se reconocen poco.
El sistema mantiene cosas de la famosa ley 100, como las EPS, pero ha cambiado mucho. En lo jur¨ªdico, la ley estatutaria modific¨® el sistema en 2015 y la ley 1430 busc¨® fortalecer la atenci¨®n primaria, pero nunca se implement¨®. Muchas de las cosas que son el esp¨ªritu de la reforma actual ya est¨¢n en las normas, pero las leyes no modifican la realidad por s¨ª mismas. Hay que implementarlas. Eso es tan dif¨ªcil que, tras la ley 100, durante casi 10 a?os el Ministerio tuvo el programa Apoyo a la reforma en salud, un equipo de gente dedicado a ajustar las tuercas.
P. Si la reforma sale adelante, ?ve sencilla la implementaci¨®n?
R. No, porque los agentes operan de formas dif¨ªciles de prever. El Gobierno presume que las cl¨ªnicas entrar¨¢n a una red de prestadores, que no queda claro c¨®mo se va a conformar y que puede quedarse sin todos los servicios en algunos departamentos, porque nadie est¨¦ interesado en meterse. Lo que s¨ª es previsible es que los prestadores de alta complejidad, que hoy tienen que prestarle servicios al sistema, van a privilegiar el pago privado. La paradoja m¨¢s grande del mundo: el Gobierno de izquierda va a generar en salud un apartheid parecido al que tenemos en la educaci¨®n.
P. Pero eso no es lo que quiere el Gobierno.
R. No, pero nunca pasa lo previsto. Yo coincido con muchas cosas de la reforma. Por ejemplo, el viacrucis de las autorizaciones no tiene sentido y es abusivo; no es l¨®gico ponerle toda la carga administrativa al paciente, que est¨¢ en su momento m¨¢s dif¨ªcil. Eso deber¨ªa resolverse entre el prestador del servicio y el asegurador.
Las EPS tuvieron por a?os, y todav¨ªa tienen, unos comportamientos absolutamente reprochables con la l¨®gica ¡°entre menos servicios reclame la gente, mejor para m¨ª, porque no gasto¡±. Eso es ceguera empresarial, porque la persona no atendida termina llegando por urgencias en peores condiciones, y tratarla cuesta mucho m¨¢s. En el pasado algunas EPS llegaron a un nivel m¨¢s macabro, a apostar que el paciente se morir¨ªa antes de tenerle que prestar ning¨²n servicio. Pero han desaparecido las EPS que ten¨ªan las peores pr¨¢cticas.

P. La exministra Carolina Corcho dice que las EPS son tan malas que se est¨¢n acabando, ?eso es as¨ª?
R. Cuando empez¨® el sistema, hab¨ªa m¨¢s de 100, eso era absurdo. De los reformistas, s¨¢lvame se?or: suelen tener unas ideas un poco locas de c¨®mo funciona la realidad. En ese entonces cre¨ªan que la competencia iba a resolverlo todo, que la gente iba a elegir las mejores EPS y las peores se quebrar¨ªan. Pero en salud la competencia es imperfecta: el consumidor no decide si acceder a la salud, necesita hacerlo y no tiene toda la informaci¨®n para decidir.
Al final desaparecieron muchas EPS. No hab¨ªa espacio para tantas. Un mercado de aseguramiento tiene que lidiar con diferentes riesgos, en este caso de gente sana y gente enferma, y unas EPS ten¨ªan toda la gente enferma. No eran viables. El Estado ha entrado a modular, por ejemplo, con UPC diferenciadas para darle m¨¢s dinero a quienes aseguran a gente enferma. Eso tard¨® porque, si bien siempre se plane¨® que el Ministerio fuera un regulador activo, se demor¨® en crear las capacidades para hacerlo. Al principio era tan precario que ni sab¨ªamos cu¨¢nta gente estaba en cada EPS. Ah¨ª hay otro avance.
P. ?Pero ve necesaria una reforma?
R. S¨ª, hay cosas del modelo que requieren m¨¢s que ajustes operativos. Por ejemplo, no est¨¢ resuelto el problema de los lugares donde no hay mercado. Una mejora relativamente r¨¢pida es quitarle a las EPS las zonas que ni tienen un hospital.
P. ?Eso no es dejar la carne para los privados y el hueso para lo p¨²blico?
R. Es resolver el problema de esa poblaci¨®n sin da?ar lo que ya funciona para los dem¨¢s. No es tan dif¨ªcil, porque esas zonas tienen mucha menos morbimortalidad. Sus problemas son de atenci¨®n primaria y de la necesidad de pagar transportes costosos cuando necesitan atenci¨®n m¨¢s compleja. Un buen inicio, que ya se ha planteado, es que el Estado asuma las zonas dispersas, con un modelo distinto. Eso le ayudar¨ªa a crear las capacidades para luego hacerlo en todo el pa¨ªs. Estamos ech¨¢ndole toda el agua sucia a un solo actor, las EPS; que s¨ª tienen muchos problemas. Pero tambi¨¦n los prestadores, que en muchos casos tienen l¨ªos de corrupci¨®n, como el cartel de la hemofilia.
Pero lo m¨¢s grave del modelo trasciende a Colombia, y es que los incentivos est¨¢n alineados para que el dinero se invierta en las cosas caras y complejas de ¨²ltimos a?os de vida, no en prevenci¨®n. La ¨²ltima tecnolog¨ªa es la que da enormes m¨¢rgenes de utilidad. Hay ex¨¢menes que cuestan millones de pesos, medicamentos de alto costo. Los m¨¦dicos tienen todos los incentivos de entrar a las especialidades m¨¢s escasas, que dan los salarios m¨¢s altos y permiten elegir d¨®nde trabajar. En cambio, el centro de atenci¨®n primaria en salud para atender al ni?o con diarrea no es rentable.
P. La reforma busca justamente impulsar la prevenci¨®n, la atenci¨®n b¨¢sica...
R. S¨ª, pero hay muchos retos. Despu¨¦s de construir la infraestructura, hay que lograr que un m¨¦dico general medianamente talentoso quiera estar all¨ª. Ese problema trasciende al modelo, incluye al mercado laboral, a la formaci¨®n m¨¦dica; es un problema de globalizaci¨®n. Es dif¨ªcil de resolver.
P. ?Las EPS no refuerzan ese modelo?
R. S¨ª, lo profundizan. Por ejemplo, cuando decidimos limitar la integraci¨®n vertical para que no se quedaran con todos los negocios con sus propias cl¨ªnicas, dijimos que solo pueden contratar con su red el 30% de los servicios prestados. Y, claro, contrataron los m¨¢s caros. No sorprende que tengan hospitales de alta complejidad, porque son los de alta utilidad. Habr¨ªa que llevarlos a que creen centros de atenci¨®n primaria. Necesitamos crear reglas para que las gestoras, o como las queramos llamar, direccionen sus inversiones en las fases de atenci¨®n necesarias. Que inviertan en atenci¨®n primaria, que no salgan con la excusa de que no pueden hacer vacunaci¨®n en Choc¨® porque no hay red de atenci¨®n: que la pongan.
S¨ª toca meterse en el negocio de las EPS mucho m¨¢s de lleno, y permitir el giro directo del dinero de la Adres a los prestadores. Pero hay que tener cuidado con cambiar todo para terminar peor. Hoy alrededor del 11% de la gente tiene un seguro privado, pero en Brasil es casi el 40% de la poblaci¨®n. Con la incertidumbre probablemente aparecen seguros malos, como all¨¢. La gente paga 50.000 pesos con el recibo de la luz y tiene la sensaci¨®n de que lo van a atender m¨¢s r¨¢pido, pero no le protegen de nada.
P. Es una visi¨®n pesimista..
R. Esta reforma tiene toda la vocaci¨®n para salir mal, entre otras porque los que la est¨¢n impulsando no la van a implementar, eso le va a quedar a otro Gobierno. ?Qu¨¦ pasa si es de oposici¨®n, o no tan simpatizante de la reforma? No s¨¦. Las promesas de que termine el viacrucis de las autorizaciones, de que los recursos no se perder¨¢n e ir¨¢n directo a la atenci¨®n, de que todos los servicios estar¨¢n permitidos y ser¨¢n inmediatos, son imposibles de cumplir.
El cambio requiere tiempo y yo no veo, por ejemplo, un trabajo para que m¨¢s hospitales sean universitarios y se ampl¨ªen los cupos en las especialidades. Tampoco veo que se planteen incentivos para que los m¨¦dicos vayan a las zonas menos cubiertas. Ir desmontando capacidades para, en teor¨ªa, crear otras ¡ªcomo est¨¢n haciendo ahora, al no pagar a las EPS los presupuestos m¨¢ximos, y al crear equipos territoriales de salud¡ª es un tiro al aire.
P. ?Qu¨¦ espera que pase con la reforma?
R. Creo que s¨ª puede terminar aprobada, aunque sea un tr¨¢mite tortuoso. Pero sigue el reto de la Corte Constitucional. No hablo vicios de tr¨¢mite, sino de que se pierdan avances en el derecho fundamental a la salud, que proh¨ªbe la Corte. A m¨ª, como a todos los pacientes de alto costo con un medicamento que financia el sistema, me dio estr¨¦s cuando Cruz Verde le dijo a Sanitas que ya no le iba a entregar ese tipo de drogas. Son medicamentos vitales y no hay alternativas: si no te lo entregan, te mueres. ?C¨®mo garantizar los derechos de los pacientes que est¨¢n recibiendo atenci¨®n?
P. Teme que haya tutelas...
R. Claro. En el texto no est¨¢ claro c¨®mo se van a financiar ni qui¨¦n va a contratar a los operadores log¨ªsticos que entregan el medicamento al paciente. Adem¨¢s, hoy la gente sabe que le reclama a la EPS y ella arregla. ?Y ahora, con tantos actores? Las demoras por la falta de claridad pueden ser letales, un retroceso muy grande en derechos que hemos ido adquiriendo con mucho sufrimiento, con muertos de por medio. Una cosa dura de este momento es que hay una idea como: ¡°Bueno, para cambiar las cosas s¨ª va a tocar que alguna gente se muera¡±. Eso me parece inaceptable. Yo s¨ª creo que hubo muchos muertos por problemas de implementaci¨®n de la ley 100 y esperar¨ªa mucha m¨¢s responsabilidad de quienes han sido tan cr¨ªticos de esos muertos.
P. ?Y qu¨¦ espera para usted?
R. Espero que el sistema de salud no se derrumbe antes de que me deje de funcionar el medicamento [risas]. Yo no podr¨ªa pagar mi medicamento pese a ser una persona con un empleo formal y bien remunerado, con doctorado; mi familia tampoco. Es una realidad de a pu?o: hay gente que, si no accede, se muere. Y podr¨ªa no morirse y vivir un a?o m¨¢s, con plenitud.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
