El regreso de Mancuso y los vericuetos de la justicia
El regreso de Mancuso puede ser una oportunidad para conocer verdades que sirvan al pa¨ªs, pero tambi¨¦n ser¨¢ motivo de nuevas batallas
El anunciado regreso a Colombia de Salvatore Mancuso, uno de los jefes de las autodefensas, hace sangrar nuevamente una herida que no acaba de sanar. En este pa¨ªs es casi imposible pasar p¨¢ginas de la historia porque los dolores enquistados y mal atendidos tienden a generar m¨¢s violencia y confrontaci¨®n. En esta ocasi¨®n la llegada de Mancuso puede significar aporte de verdad, pero es tambi¨¦n un reto jur¨ªdico muy grande porque tiene procesos en tres tipos de justicia en Colombia: la ordinaria, Justicia y Paz y la JEP, que lo acogi¨® con una f¨®rmula muy extra?a.
Luego de pagar 12 a?os de c¨¢rcel en Estados Unidos y de pasar tres m¨¢s en un centro de migrantes para definir su destino, Mancuso debe responder por sus cr¨ªmenes en Colombia. No es claro ante cu¨¢l de las justicias responder¨¢ ni qu¨¦ va a pasar con todos los procesos abiertos, porque mientras m¨¢s se indaga en su situaci¨®n, m¨¢s confuso es el panorama, pero su llegada revuelve nuevamente el episodio del paramilitarismo que no acaba de terminar.
Mancuso regresa adem¨¢s bajo la figura de gestor de paz y eso tambi¨¦n agrega otro ingrediente de controversia, porque no est¨¢ claro si la justicia va a autorizar su libertad bajo esa figura con todo lo que debe. Pasando revista a la p¨¢gina de la rama judicial en la cual se resumen los procesos pendientes, el nombre Salvatore Mancuso aparece 390 veces. No significa igual n¨²mero de procesos porque al revisar el detalle hay varios que se repiten y porque tambi¨¦n aparecen por lo menos tres casos en los cuales ese nombre figura como demandante. Sin embargo, eso s¨ª da una muestra del tama?o del l¨ªo jur¨ªdico.
No es cualquier delincuente. Hablamos de uno de los grandes protagonistas de la guerra quien ha confesado responsabilidad en cientos de cr¨ªmenes y decidi¨® contar ante la JEP sobre la relaci¨®n que tuvieron los paramilitares con agentes del Estado y l¨ªderes pol¨ªticos. Tambi¨¦n ha relatado detalles sobre crudos episodios de la guerra, incluidos los hornos crematorios para deshacerse de las v¨ªctimas. En las audiencias previas a su llegada ante la JEP ha aportado elementos para encontrar a personas desaparecidas que fueron asesinadas y luego quemadas o enterradas para borrar sus rastros.
Su aceptaci¨®n en la JEP gener¨® una justificada controversia por la extra?a figura que utiliz¨® el Tribunal para aceptarlo bajo su jurisdicci¨®n, en la que por principio no tienen cabida los paramilitares para quienes ya existe Justicia y Paz, otra justicia transicional con rebajas y ventajas dise?ada para ellos cuando se produjo su desmovilizaci¨®n. Estirando bastante sus competencias, en un giro que para algunos no cab¨ªa, la JEP asegur¨® que Mancuso entre 1989 y 2004 ¡°ejerci¨® un rol de bisagra o punto de conexi¨®n entre paramilitares y miembros de la fuerza p¨²blica¡±.
El propio Mancuso apel¨® al considerar que la interpretaci¨®n podr¨ªa generar inseguridad jur¨ªdica: ¡°He decidido apelar el fallo ante la JEP. Esta apelaci¨®n surge no s¨®lo por la inseguridad jur¨ªdica en la que me sit¨²a, sino como un debate profundo sobre la factibilidad de operar dos sistemas de justicia transicional para un ¨²nico conflicto armado, as¨ª como la urgencia de establecer un tribunal de cierre que garantice la conclusi¨®n justa y definitiva de estos procesos¡±.
No deja de ser llamativo que hable de un tribunal de cierre, la misma f¨®rmula que est¨¢n planteando hoy los l¨ªderes de las desmovilizadas FARC en medio de las denuncias que hacen sobre incumplimientos por parte de la JEP a lo pactado en el acuerdo. ?Se necesita un tribunal de cierre? ?C¨®mo hacerlo si la guerra a¨²n no se cierra y hay varios grupos armados que siguen la violencia? ?Quedaron mal dise?ados los mecanismos de justicia transicional? ?Est¨¢n dispuestos los bandos pol¨ªticos enfrentados a perdonar a todos los culpables, incluidos los que no estaban armados, pero que participaron en la guerra? ?Cu¨¢nta impunidad m¨¢s puede aguantar el pa¨ªs? ?Cu¨¢ntos muertos m¨¢s? Hay m¨¢s preguntas que respuestas.
El regreso de Mancuso puede ser una oportunidad para conocer verdades que sirvan a las v¨ªctimas y tambi¨¦n al pa¨ªs para entender lo que ha pasado. Por supuesto que tambi¨¦n ser¨¢ motivo de nuevas batallas porque, es apenas natural, muchos no quieren que se conozca lo que pas¨® detr¨¢s del paramilitarismo y Mancuso ha anunciado que tiene todav¨ªa m¨¢s para contar. Esta llegada tambi¨¦n puede dar pie a un debate jur¨ªdico importante en el que se requieren voces expertas y ponderadas y no solamente los gritos de las barras bravas pol¨ªticas en favor y en contra de sus declaraciones. No es un asunto menor este retorno de uno de los grandes protagonistas de una guerra que parece una pesadilla sin fin.
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