Salvatore Mancuso, de sanguinario jefe paramilitar a gestor de paz

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quiere incluir a todos los actores del conflicto armado en su ambiciosa propuesta de paz total. Tanto a los del presente como a los del pasado. As¨ª lo dej¨® en claro el pasado domingo, cuando anunci¨® que el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso ser¨¢ gestor de paz. Est¨¢ convencido de que esto es necesario para lograr ¡°la completa paz¡± y sellar un proceso que, seg¨²n ¨¦l, qued¨® inconcluso pese a la desmovilizaci¨®n de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entre 2003 y 2006. ¡°El proceso de paz entre el Gobierno de [?lvaro] Uribe y los paramilitares a¨²n no ha terminado, a¨²n no se sabe toda la verdad¡±, justific¨®. La apuesta, sin embargo, tiene riesgos elevados.

Mancuso, un hacendado de Monter¨ªa (C¨®rdoba) convertido en se?or de la guerra, est¨¢ acusado de dirigir 139 masacres en las que fueron asesinadas 800 personas. Detenido en Estados Unidos, en mayo profundiz¨® sobre los nexos entre los paramilitares y el Estado como parte de su estrategia para acceder a los beneficios judiciales de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP). ¡°Uribe lo que hizo fue quitarle el esquema de seguridad y nosotros lo matamos¡±, coment¨® en referencia al asesinato, en 2003, del entonces alcalde de El Roble, Eudaldo D¨ªaz. ¡°Nos entregaban listados y entonces ¨ªbamos y golpe¨¢bamos a las casas y los mat¨¢bamos porque nos dec¨ªan que eran guerrilleros¡±, dijo sobre su rol como jefe de un grupo que integraban polic¨ªas y miembros del Ej¨¦rcito.

El Ejecutivo no ha esperado a la decisi¨®n de la JEP y ha optado por nombrar a Mancuso como gestor de paz, una figura que est¨¢ pensada para gestionar acuerdos con grupos ilegales y que puede implicar el levantamiento temporal de ordenes de captura. Para Luis Trejos, investigador de la Universidad del Norte, la designaci¨®n llama la atenci¨®n porque la negociaci¨®n con las AUC termin¨® hace m¨¢s de 15 a?os y Mancuso ya no participa de una organizaci¨®n militar. ¡°Se fuerza un poco la figura para incluirlo dentro de la estrategia de paz del Gobierno actual¡±, comenta por tel¨¦fono.

La justificaci¨®n del presidente es que el proceso con las AUC, bandera del Gobierno de ?lvaro Uribe, a¨²n est¨¢ inconcluso. ¡°Las haciendas entregadas se han perdido en manos del Estado, recicladas a nuevos grupos que heredan el paramilitarismo¡±, explic¨® en Twitter. ¡°Muchos cuerpos de v¨ªctimas a¨²n no han sido encontrados¡±, a?adi¨®. El exjefe paramilitar, por su parte, afirm¨® el lunes que mantiene su ¡°convicci¨®n¡± de aportar a la paz total y que su tarea tiene que ver con asegurar la no repetici¨®n de los horrores del pasado. Le agradeci¨® a Petro por la designaci¨®n: ¡°Cerrar el cap¨ªtulo de las AUC con la firma de un acuerdo que ha sido inexplicablemente pospuesto, honra su palabra de que la paz es una pol¨ªtica de Estado y no del Gobierno de turno¡±.

La oposici¨®n, sin embargo, no lo ha visto de la misma manera. Rafael Nieto, viceministro de Justicia durante la Administraci¨®n de ?lvaro Uribe, se?al¨® que es un ¡°nuevo premio a los criminales¡± y ¡°un p¨¦simo mensaje para los ciudadanos de bien¡±. El expresidente, en tanto, declar¨® en Twitter que a¨²n espera ¡°las pruebas de calumnia de Mancuso¡± y que hay otros l¨ªderes paramilitares que deber¨ªan acceder a los mismos beneficios. ¡°Que el presidente lo nombre gestor de paz no importa, lo grave es que mienta y que haya discriminaci¨®n¡±, agreg¨®.

La Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogot¨¢, por su parte, reiter¨® el lunes que Mancuso debe ser extraditado desde Estados Unidos y pidi¨® que la JEP sea informada de que varias de las revelaciones de mayo no son novedosas. Asimismo, el fiscal general, Francisco Barbosa, dijo en Caracol Televisi¨®n que no levantar¨¢ las ordenes de captura contra el exjefe paramilitar. El funcionario, rival pol¨ªtico de Petro, se ha negado de manera reiterada a tomar estas acciones con miembros de grupos a los que no se les reconoce un car¨¢cter pol¨ªtico ¡ªdesde las disidencias de las extintas FARC hasta grupos herederos de los paramilitares¡ª. Alega que se necesita la ley de sometimiento a la justicia, que ya naufrag¨® en el Congreso.

¡°Una se?al de confianza¡±

La estrategia de Petro trae varias interpretaciones. Le¨®n Valencia, presidente de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n, la ve como un movimiento ¡°audaz¡± que cumple con dos prop¨®sitos: la b¨²squeda de la verdad en el pasado y la expectativa de que, ahora, Mancuso pueda ayudar a desmovilizar y someter a los herederos de los paramilitares. Est¨¢ en sinton¨ªa con el representante Alirio Uribe, del Polo Democr¨¢tico, que sostiene que el nombramiento puede ser ¡°una se?al de confianza¡± para los miembros de grupos sucesores de las AUC, como el Clan del Golfo. Ambos consideran que es importante recuperar la confianza que se perdi¨® cuando el expresidente Uribe extradit¨® a Estados Unidos a 14 l¨ªderes paramilitares.

Trejos no coincide. Para el investigador, es importante recordar que Mancuso lider¨® una facci¨®n de las AUC y que ya pas¨® mucho tiempo: no cree que tenga incidencia en los actuales l¨ªderes de los grupos del crimen organizado que nacieron tras la desmovilizaci¨®n de los paramilitares. Las c¨²pulas se han renovado y las organizaciones ya no tienen su base en las regiones del norte que controlaba Mancuso ¡ªel Clan del Golfo, por ejemplo, tiene una fuerte presencia en el Urab¨¢¡ª. ¡°Uno se preguntar¨ªa si los de ahora tienen incentivo para seguir ese camino [de la b¨²squeda de la verdad]. M¨¢s teniendo en cuenta que no hay ley de sujeci¨®n a la justicia que incentive a los grupos a dejar las armas¡±, se?ala.

Una inc¨®gnita es c¨®mo la designaci¨®n del exjefe paramilitar afectar¨¢ las relaciones con el expresidente Uribe, quien ha sorprendido por reunirse varias veces con Petro y por pedir a sus seguidores que respeten al actual mandatario. ¡°Mancuso tiene capacidad de destruir el legado pol¨ªtico de ?lvaro Uribe¡±, considera Trejos, que aparte expresa su preocupaci¨®n por la relaci¨®n con la asociaci¨®n de ganaderos (Fedeg¨¢n) y la cooperaci¨®n de estos con la reforma agraria ¨DJos¨¦ F¨¦lix Lafaurie, presidente de Fedeg¨¢n, es adem¨¢s uno de los negociadores con el ELN¨D. Valencia, por su parte, matiza que Petro ha buscado involucrar a todos los sectores y que no tiene intenci¨®n de utilizar a Mancuso contra Uribe. Reconoce, no obstante, que puede ser que los uribistas teman ¡°una venganza dura¡± por la extradici¨®n de 2008.

Las razones de Mancuso para cooperar son otra inc¨®gnita. Valencia cree que no tiene que ver con los beneficios jur¨ªdicos, sino con los intentos del exjefe paramilitar de legitimarse ante la opini¨®n p¨²blica. ¡°Como todo ser humano, busca legitimar su historia y su vida¡±, dice el polit¨®logo en una llamada tel¨¦fonica. El representante Uribe est¨¢ de acuerdo: ¡°El beneficio no es tanto en t¨¦rminos judiciales, sino en mostrar buena fe para que la JEP lo reciba¡±. Trejos, por otro lado, remarca que Mancuso quedar¨ªa libre en Colombia si la JEP lo admite dentro de la justicia transicional y que ser gestor de paz implica que se levanten las ordenes de captura.

Este ¨²ltimo incentivo, que Barbosa asegura que denegar¨¢, es parte de la lucha pol¨ªtica entre el fiscal y Petro. Valencia resalta que Barbosa terminar¨¢ su mandato en unos meses y que el estatus de gestor de paz se le ha otorgado a ¡°gente de todas las caracter¨ªsticas¡±, desde alias Karina de las extintas FARC hasta los j¨®venes de la Primera L¨ªnea. ¡°El tipo de gente no es ¨²nicamente de marcado car¨¢cter pol¨ªtico. El fiscal le hace oposici¨®n a Petro¡±, afirma. Para Trejos, habr¨¢ tensiones: ¡°Es posible que Barbosa meta palos en la rueda para no levantar las ordenes de captura¡±.

El representate Uribe, adem¨¢s, agrega que el Gobierno est¨¢ considerando no radicar un nuevo proyecto de ley de sometimiento a la justicia. La intenci¨®n es modificar el sistema de Justicia y Paz para que incluya a los grupos sucesores de los paramilitares y para que tenga un mandato que concluya en cinco a?os (y no sea indefinido como ahora). Esto permitir¨ªa que se reduzcan las penas de los l¨ªderes de los grupos del crimen organizado que colaboren con la justicia y desmantelen sus estructuras.

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