Socialismo o neoliberalismo
No es el neoliberalismo ni la falta de socialismo lo que explica nuestros problemas. En Colombia se adoptaron pol¨ªticas agresivas de mejoras sociales, con notables resultados. Aqu¨ª, cinco confusiones que nos han llevado a esa falsa creencia
Una percepci¨®n sobre Colombia, para mi gusto equivocada, es que desde los a?os noventa la doctrina neoliberal empeque?eci¨® al Estado y caus¨® un sinn¨²mero de males, que se curar¨ªan al instaurar un modelo socialista y m¨¢s justo.
Seg¨²n esa persuasi¨®n: 1) se ha minimizado al Estado, 2) el resultado han sido p¨¦simos indicadores sociales, 3) se entreg¨® la salud, la educaci¨®n y las pensiones al mercado, 4) ello deterior¨® la distribuci¨®n del ingreso y la propiedad y 5) cre¨® informalidad laboral. Me doy a la tarea de ver si los datos corroboran esto, y aclaro que son muchos los problemas que a¨²n tenemos, muy marcada la desigualdad y muy alta la pobreza.
Confusi¨®n 1: el Estado no se redujo desde 1990
Despu¨¦s de la Constituci¨®n de 1991, y a lo largo de los ¨²ltimos 30 a?os, el Estado colombiano no ha parado de crecer. Era peque?o con anterioridad a 1990, tal como lo muestra la Gr¨¢fica 1. El Gobierno Nacional (GN) pas¨® de menos de 10% del PIB en los a?os noventa, a m¨¢s de 20% en la actualidad. El Estado como un todo (Gobierno General, incluyendo departamentos, municipios y otras entidades), pas¨® de 15% a casi 35% del PIB. Es decir, ?el Estado se duplic¨® en los ¨²ltimos 30 a?os! Si se trata de socialismo estatal, ya se aplic¨® en Colombia.
Confusi¨®n No. 2: no hay p¨¦simos indicadores sociales
La gr¨¢fica 2 muestra el avance en salud, educaci¨®n, cobertura de electricidad y agua potable desde 1990. En la salud, la cobertura pas¨® de menos de 30% a 99% de la poblaci¨®n colombiana. En educaci¨®n secundaria (bruta), de 55% a 103%. En electricidad, de 92% a 100%. Finalmente, en agua potable de 68% a casi 74%. En suma, los servicios sociales b¨¢sicos avanzaron tremendamente desde la Constituci¨®n de 1991.
Confusi¨®n No. 3: no se entregaron la salud, la educaci¨®n y las pensiones a los privados
La gr¨¢fica 3 muestra que, desde 1990, el gasto del Gobierno en pensiones y atenci¨®n a las familias pobres (con programas como Familias en Acci¨®n, Renta Ciudadana, desempleo, entre otras) pas¨® de 2,3% a 6% del PIB; en salud de 0,9% a 3,3%; y en educaci¨®n de 2,4% a 2,9% del PIB. Afortunadamente, el sector privado suma al gasto estatal.
Como muestra la gr¨¢fica 4, el gasto total en salud y educaci¨®n duplica al estatal, gracias a lo que las familias gastan adicionalmente en esos servicios.
Confusi¨®n 4: el resultado no es la mala distribuci¨®n del ingreso y la propiedad
La mala distribuci¨®n del ingreso y la propiedad se deriva de las dos Colombias que hemos creado desde los a?os treinta del siglo pasado; una Colombia urbana, moderna y con acceso a servicios y bienes p¨²blicos; y otra de municipios y ruralidad, con baj¨ªsimos bienes p¨²blicos e ingreso. El mapa muestra la muy desigual distribuci¨®n del ingreso por zonas geogr¨¢ficas.
Hemos abandonado a la Colombia rural y agraria, salvo en los municipios donde hay explotaci¨®n de petr¨®leo, gas o carb¨®n; y donde hay cultivos de caf¨¦, flores, palma, banano, o porcicultura y avicultura industrial. Los polos agr¨ªcolas modernos est¨¢n focalizados geogr¨¢ficamente.
Un desarrollo rural moderno y extendido por el territorio debe corregir esta aberrante situaci¨®n. La confusi¨®n consiste en creer que esto es el resultado de la Constituci¨®n de 1991. La mala distribuci¨®n de la propiedad y el ingreso se deriva en buena parte de causas m¨¢s profundas, atribuibles a la propiedad de la tierra, la urbanizaci¨®n, que subi¨® mucho los ingresos de quienes migraron all¨ª comparado con los que permanecieron en el campo; les dio acceso a muchos servicios y bienes p¨²blicos, en contraposici¨®n con el atraso de gran parte de nuestra geograf¨ªa.
Confusi¨®n 5: la informalidad laboral no se deriva de la mala distribuci¨®n del ingreso
La informalidad laboral, en mi concepto, se deriva de A) el bajo volumen de negocios de Colombia, B) la baja adopci¨®n de tecnolog¨ªas, C) la baja penetraci¨®n de nuevos productos en mercados internacionales, D) el estancamiento desde los a?os sesenta del tipo de productos que exportamos.
Curiosamente, un nacionalismo malentendido tanto de derecha como de izquierda, y de los propios empresarios colombianos, llev¨® a un proteccionismo a empresas localizadas al interior del pa¨ªs, y castig¨® la agricultura y a la manufactura que habr¨ªa podido localizarse en los puertos para competir en el mundo.
No nos hemos dedicado a aprovechar la mano de obra barata para atraer productores, como lo hizo el sudeste asi¨¢tico, China y M¨¦xico. Nos quedamos con capitalismo fam¨¦lico, que exporta petr¨®leo, carb¨®n, coca¨ªna, oro, caf¨¦, flores. Tard¨ªamente hemos empezado a atraer inversi¨®n y tecnolog¨ªa, pero a ra¨ªz de enfoques ideol¨®gicos aislacionistas y nacionalistas y que castigaban el enfoque exportador, desaprovechamos las tres d¨¦cadas finales del siglo XX.
En suma, no es el neoliberalismo ni la falta de socialismo lo que explica nuestros problemas. En Colombia se adoptaron pol¨ªticas agresivas de mejoras sociales, con notables resultados, y un aumento evidente en la participaci¨®n estatal en la econom¨ªa. Si algo, ir¨®nicamente, el socialismo ya se adopt¨®, justamente en la etapa en la que se cree que dominaron los neoliberales.
Los grandes problemas que persisten radican en habernos aislado del mundo con un proteccionismo y nacionalismo mal entendidos, que atrasaron el campo y las ciudades. As¨ª mismo, no desarrollamos con suficiente velocidad las v¨ªas tanto principales como capilares, y la infraestructura. Aparte, por supuesto, de haber empleado muchos esfuerzos combatiendo a la guerrilla, los paramilitares y el narcotr¨¢fico, que medraron en un campo empobrecido.
A Colombia le ha faltado es m¨¢s capitalismo moderno, exportador, atractor de masiva inversi¨®n extranjera, para producir un milagro agr¨ªcola, extendido por el territorio, y ojal¨¢ tambi¨¦n manufacturero.
Se debe tener cuidado en creer que el Estado debe crecer por encima del nivel actual (un tercio de la econom¨ªa). Recuerden que a los restantes dos tercios, compuestos por las familias y las empresas, les toca producir para pagar con impuestos y contribuciones por el costo del Estado. Si se pretendiera adoptar un ¡°socialismo¡± basado en m¨¢s gasto p¨²blico, ?qui¨¦n lo va a pagar?
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