El precio mundial del cacao se dispara y le quita espacio al cultivo ilegal de coca en Colombia
La emergencia clim¨¢tica afecta las cosechas de los grandes productores africanos y sube m¨¢s de un 150% la cotizaci¨®n internacional del grano
¡°Los precios de la hoja de coca bajan mientras los del cacao suben¡±, resume el cacaotero ?scar G¨®mez al otro lado de la l¨ªnea desde la Sierra Nevada de Santa Marta, en la costa Caribe colombiana. Su historia tiene origen miles de kil¨®metros al norte, en la Bolsa de Nueva York, donde la cotizaci¨®n del grano alcanz¨® recientemente un r¨¦cord de 10,000 d¨®lares por tonelada. Un aumento de m¨¢s del 150% frente al monto que se pagaba en enero de 2023. Ante los problemas de escasez y malas cosechas en Costa de Marfil y Ghana, de donde procede el 60% del cacao que se consume en el mundo, los ojos de los grandes fabricantes se posan sobre pa¨ªses como Colombia, un actor tradicionalmente marginal con una producci¨®n limitada a unas 60 mil toneladas anuales.
Se trata de un relato que hasta ahora se est¨¢ escribiendo y tiene en estado de alerta a miles de agricultores colombianos habituados a los bajos dividendos del negocio. Por eso, a m¨¢s de uno lo sorprendieron los movimientos internacionales, espoleados por una brecha gigante entre la oferta y la demanda, y el alza constante de los precios durante el ¨²ltimo a?o. Se calcula que el d¨¦ficit mundial de cacao hoy oscila entre las 300.000 y 500.000 toneladas y los analistas de bolsa no prev¨¦n mayores ca¨ªdas a corto plazo.
De acuerdo con Gustavo Pradilla, due?o de la peque?a marca de chocolates Tibit¨®, los compradores internacionales han aterrizado desde hace meses en el mercado local para abastecer sus m¨¢quinas en Europa: ¡°Compran el cacao, b¨¢sicamente, al precio que les vendan¡±, apostilla. Y los movimientos burs¨¢tiles han irrigado, finalmente, una parte de los beneficios a lo largo y ancho de la cadena: ¡°Es una especie de bonanza para los agricultores. Y un buen momento para reinvertir los recursos en la adecuaci¨®n de nuestros cultivos con abonos de manera org¨¢nica y regular¡±, advierte ?scar G¨®mez, de 45 a?os.
La idea es generar entusiasmo y atajar la deserci¨®n de j¨®venes hacia las ciudades. Un problema generacional que se agudiza en otros renglones del agro como la caficultura. El del cacao es, adem¨¢s, un sector estrat¨¦gico para las regiones y zonas rurales con problemas de violencia, donde el Gobierno ha impulsado planes para ayudar a antiguos jornaleros de la coca a transitar hacia la producci¨®n de cacao.
Por eso la ¡°construcci¨®n de una paz estable y duradera¡± acordada entre el Gobierno y la extinta guerrilla de las FARC en 2016 pasa tambi¨¦n por el ¨¦xito o fracaso de este tipo de proyectos. ¡°La pol¨ªtica del Estado parece que est¨¢ dando resultados en algunas zonas¡±, opina por celular el cacaotero Pablo Emilio Ome, de 59 a?os y natural del sure?o departamento del Caquet¨¢.
El agricultor, que en principio expresa su desconfianza a las entrevistas por las ¡°recientes llamadas intimidantes y extorsivas de grupos delincuentes¡± que ha recibido, asegura que muchos cultivadores de coca de su zona est¨¢n migrando al cacao: ¡°Los cultivos del alcaloide est¨¢n quedando abandonados y encima no hay qui¨¦n les compre porque los precios de la gasolina y de los insumos han subido mucho. Entonces hay mucha gente desmotivada por ese lado y est¨¢n muy pendientes de la fuerza en los programas del Gobierno enfocados en la sustituci¨®n de cultivos¡±.
Oberman Torres dirige a sus 39 a?os el Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera del distrito de Tumaco, en el departamento de Nari?o: ¡°Nuestro consejo tiene 900 familias productoras de cacao. La idea es que produzcan un cacao org¨¢nico certificado¡±. Cuenta que desde hace un tiempo las condiciones del mercado han facilitado tambi¨¦n la migraci¨®n desde el mundo ilegal de la coca al del cacao en su regi¨®n: ¡°En el casco urbano de Tumaco el kilo est¨¢ costando 26.000 pesos, cuando a principios de 2023 estaba entre 10.000 y 11.000 pesos. Entonces le puedo decir que el impacto del precio internacional se est¨¢ trasladando a la actividad del peque?o productor¡±.
El l¨ªder comunitario clarifica, sin embargo, que a¨²n no es una actividad rentable. Con el aumento del precio de la vida despu¨¦s de la pandemia, los costos de producci¨®n han subido y a¨²n falta para que el vigor del alza en los precios desde Nueva York se reflejen con mayor nitidez en una mejora de la vida de los campesinos locales: ¡°Para llegar a un punto de equilibro yo calculo que el precio del kilo deber¨ªa situarse en unos 16 mil pesos. La situaci¨®n de todos modos es estimulante, pero para que el productor tenga hacia el futuro una sostenibilidad asegurada, a¨²n tiene que superar muchas dificultades¡±.
Por su parte, los responsables de las grandes marcas comerciales como el tradicional chocolate Luker, del gigante Nutresa adquirida por los Gilinski, hasta las m¨¢s artesanales y peque?as Tibit¨® o Mox? han subido el precio de sus productos entre un 16% y un 30%. Juan Carlos Garavito, cofundador de Mox?, reconoce que el mundo entero debe alistarse para pagar durante unos a?os algo m¨¢s por sus tabletas de chocolate: ¡°Hay que hacer pedagog¨ªa con el cliente y explicarle por qu¨¦ lo que est¨¢n consumiendo es m¨¢s costoso, pero tambi¨¦n tenemos que hacer un esfuerzo por buscar precios justos para que todas las fases de la cadena, y principalmente la base que son los agricultores, puedan recibir un precio equitativo por la producci¨®n¡±.
Para varios expertos en temas rurales y de materias primas la bonanza derivada del impacto clim¨¢tico y las plagas en las cosechas africanas durar¨¢ como mucho dos a?os m¨¢s. Y ?scar G¨®mez reconoce que la situaci¨®n asalt¨® de imprevisto a un sector desarticulado y con poco m¨²sculo para desarrollar su potencial, mejorar el manejo de cultivos o acelerar la productividad por hect¨¢rea: ¡°Tenemos mucha capacidad para mejorar nuestra productividad y calidad. En zonas como Tumaco, Arauca, el Meta o la Sierra Nevada son de muy alto valor por su calidad de chocolate 100% cacao sin az¨²car¡±. En su discurso se repiten algunas quejas similares a las de la caficultura: ¡°Tenemos que tomar m¨¢s conciencia de la diferencia que ofrecen las cosas que da nuestro territorio¡±.
A juicio de Juan Carlos Garavito pa¨ªses vecinos como Ecuador, Per¨² o Venezuela se han posicionado mejor en el mercado internacional. Cuenta que el proceso colombiano ha marchado a un ritmo m¨¢s lento, a pesar de que una asociaci¨®n del Meta se gan¨® el pasado febrero en Holanda el premio al mejor cacao del mundo. ¡°El cacao en Colombia fue bautizado como un cultivo de paz¡±, remata Paola Forero, cofundadora de Mox?, ¡°porque las plantaciones se redujeron durante muchos a?os en los territorios m¨¢s vulnerables a la violencia¡±.
Pero tras la firma del acuerdo en La Habana (2016) ha habido un trabajo destacable, financiado en buena parte por la cooperaci¨®n internacional, para capacitar a los productores y comprar maquinaria. Una movilizaci¨®n notable de recursos para espolear el desarrollo de estas zonas. ¡°Yo siento que ahora estamos en una fase similar a la que vivi¨® el caf¨¦ hace 30 a?os, cuando tom¨¢bamos un producto barato y de regular calidad¡±, concluye Forero. Los consumidores colombianos, argumenta, est¨¢n descubriendo que el pa¨ªs produce cacao de muy buena calidad: ¡°Y el reto ahora est¨¢ en darle mejor estructura y organizaci¨®n a los cacaoteros para aprovechar el boom y prepararse a la volatilidad de un commodity como cualquier otro¡±.
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