Los globos constituyentes de Petro: una apuesta pol¨ªtica arriesgada en un camino legal inviable
El presidente no cuenta con las bases pol¨ªticas para sacar adelante una asamblea constituyente, pero el estancamiento de sus reformas sociales ha avivado su discurso por movilizar al poder popular
¡°Hemos logrado que este gobierno ponga a hablar a la sociedad colombiana¡±, escribi¨® el presidente Gustavo Petro en X despu¨¦s de que el pa¨ªs hablara, durante todo el fin de semana, de una posible Asamblea Constituyente que ¨¦l puso sobre la mesa. ¡°Mis propuestas mueven las aguas¡±, a?adi¨®. No lo detiene que sus iniciativas constituyentes no hayan logrado movilizar a la mayor¨ªa de la sociedad colombiana y hayan sido criticadas por todos los expresidentes vivos, exnegociadores de paz con las FARC, constitucionalistas, l¨ªderes de opini¨®n, y buena parte de los l¨ªderes de partidos pol¨ªticos. ¡°El papel hist¨®rico del Congreso hoy es tramitar su convocatoria, si no, el poder constituyente, tarde que temprano, lo har¨¢¡±, anticipa Petro.
El mandatario empez¨® a hablar de movilizar el poder constituyente en marzo pasado, cuando se hund¨ªa su reforma a la salud en el Legislativo, y ¨¦l dec¨ªa que quiz¨¢s era la clase pol¨ªtica la que no le dejaba aplicar la Constituci¨®n de 1991: si ¡°no puede aplicar esa constituci¨®n, porque lo rodean para no aplicarla y se lo impiden, entonces Colombia tiene que ir a una asamblea nacional constituyente¡±, dijo. Semanas despu¨¦s habl¨® de un posible referendo constitucional para aprobar las reformas sociales. M¨¢s recientemente consider¨® la idea de convocar a una Asamblea Constituyente a trav¨¦s del acuerdo de paz que se firm¨® entre el gobierno y la extinta guerrilla de las FARC-EP en el 2016. Y, paralelamente, un nuevo punto acordado en las negociaciones de paz entre la guerrilla del ELN y el Gobierno habla de un ambiguo ¡°gran acuerdo nacional¡±: una iniciativa que dej¨® en el aire la posibilidad de que all¨ª es donde se est¨¦ armando una futura constituyente.
Han hablado contra la propuesta expresidentes obvios de la derecha ¡ª?lvaro Uribe, Iv¨¢n Duque, Andr¨¦s Pastrana¡ª, los liberales con los que alguna vez hubo alianzas ¡ªC¨¦sar Gaviria¡ª y el exmandatario que logr¨® la paz con las FARC: ¡°absurdo¡± usar el acuerdo para una asamblea, dijo Juan Manuel Santos. Incluso Ernesto Samper, el m¨¢s af¨ªn a la izquierda petrista, asegur¨® en redes que ¡°no es posible legitimar la convocatoria de una Asamblea Constituyente¡± en las actuales condiciones pol¨ªticas.
La propuesta de la constituyente es inviable, inicialmente, porque necesita mayor¨ªas que Petro no tiene: se debe tramitar a trav¨¦s del Legislativo (donde el presidente no tiene garantizada la mitad de los votos); luego debe ser revisada por la Corte Constitucional (donde puede caerse); y luego debe tener al menos unos 13 millones de votos ciudadanos (m¨¢s de los que obtuvo Petro en la primera o segunda vuelta). Eso justo cuando los niveles de aprobaci¨®n del presidente no suben del 50%.
¡°Claro, si se trata de la v¨ªa legal, la propuesta nace muerta, pero Petro no lanza un globo porque s¨ª: ¨¦l no es tan ingenuo para creer que tiene unas mayor¨ªas que nadie ve¡±, dice Nicol¨¢s Figueroa, profesor de Derecho en la Universidad del Rosario y experto en Derecho constitucional. Para Figueroa puede que el presidente est¨¦ apostando por generar alg¨²n tipo de temor a las clases pol¨ªticas (para que se abran m¨¢s a sus reformas), o puede que s¨ª est¨¦ considerando una v¨ªa distinta, extralegal, para llegar a una constituyente.
¡°La constituci¨®n de 1886 tampoco permit¨ªa la v¨ªa legal para cambiarla, la S¨¦ptima Papeleta fue una v¨ªa extralegal para hacerlo [en 1990], y Petro es consciente de eso: por eso ahora habla de movilizar cabildos abiertos o asambleas estudiantiles¡±, a?ade Figueroa. El movimiento estudiantil S¨¦ptima Papeleta presion¨®, hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, por hacer una constituyente al incluir un tarjet¨®n no oficial en las elecciones de 1990. Pero si bien los estudiantes de esa ¨¦poca inspiraron el proceso, para cambiar un texto a?ejo del siglo XIX, ser¨ªa ingenuo pensar que lo lograron solos.
¡°No fueron solo los estudiantes: la Constituci¨®n del 91 la impulsaron tambi¨¦n unos acuerdos de paz, una clase tradicional deslegitimada que sab¨ªa lo que pod¨ªa perder si se opon¨ªa, incluso unos medios de comunicaci¨®n que quer¨ªan ese cambio¡±, a?ade Figueroa. La constituci¨®n actual, que tiene apenas 33 a?os, ¡°es considerada la panacea¡± por buena parte de la opini¨®n p¨²blica, a excepci¨®n de algunos grupos peque?os en la extrema izquierda (que ven el texto como un acuerdo neoliberal) o otros grupos de extrema derecha (que lo ven como un manuscrito comunista que habla del Estado social de derecho).
¡°La constituci¨®n mal que bien se ha asentado en la sociedad, en las fuerzas pol¨ªticas, y si alguien quiere darle el quiebre son grupos minoritarios. As¨ª que esa v¨ªa extralegal no se ve muy factible¡±, a?ade Figueroa.
Luego est¨¢ la posibilidad de que la v¨ªa extralegal sea a apelando a los acuerdos de paz, el de las FARC en el 2016, o los del ELN o disidencias de las FARC en un futuro pr¨®ximo: el presidente ha hablado de hacer un nuevo ¡°gran acuerdo nacional¡± con quienes siguen en la v¨ªa de la violencia. Sin embargo, Gustavo Duncan, profesor de ciencia pol¨ªtica en la universidad EAFIT, considera que esa opci¨®n ¡°ser¨ªa un arma de doble filo: puede que el presidente pueda hacer el argumento pol¨ªtico, pero a la sociedad colombiana no le va a gustar que la nueva constituyente venga de un Antonio Garc¨ªa [l¨ªder del ELN] o de un Iv¨¢n M¨¢rquez [jefe de la Segunda Marquetalia]¡±. M¨¢rquez reapareci¨® recientemente en un video en el que hablaba de ¡°rescatar la majestuosidad del constituyente primario¡± y de ¡°este nuevo momento en que, gracias a la divina providencia y a la genial idea de un presidente, soplan vientos constituyentes¡±.
Para Duncan, el presidente Petro ha apelado a la constituyente despu¨¦s de que su acuerdo nacional fracasara (con fuerzas liberales y conservadoras al inicio del Gobierno), y se hayan hundido sus reformas sociales como la de la salud. El presidente ¡°busca un nuevo aire, un impulso, para hacer los cambios que propuso. Habla de referendo para sacar las reformas que quer¨ªa, luego de los acuerdos de paz para reformar, y no me extra?ar¨ªa que m¨¢s adelante hable de reelecci¨®n para hacer los cambios, porque ¨¦l se da cuenta que no puede pasar a la historia como un Gobierno irrelevante que no cambi¨® nada¡±.
Duncan concuerda con los analistas que no ven el apoyo ciudadano o pol¨ªtico para lograr las v¨ªas legales o extralegales que lleven a una Asamblea Constitucional. ¡°Pero que algo no sea probable no quiere decir que no se arme un problema: la vida pol¨ªtica de este pa¨ªs se va a ver muy deteriorada¡±, a?ade.
¡°Este llamado a la constituyente es inoportuno porque incrementa la polarizaci¨®n corrosiva que vivimos. Sectores de la derecha lo ven como el asalto petrista a la democracia y sectores de la izquierda como el inicio de la revoluci¨®n¡±, escribi¨® Rodrigo Uprimny, constitucionalista, sobre la propuesta inicial a una Asamblea Constituyente. Uprimny tambi¨¦n llam¨® la propuesta fetichismo constitucional: ese apego excesivo a las normas para lograr cambios sociales, en vez de enfocarse en lo que puede hacerse con voluntad pol¨ªtica desde el Ejecutivo. Petro no parece tener ese gran apego a las normas del 91, sino quiz¨¢s apego a las normas de esa constituci¨®n imaginada que puede liderar. Solo ¨¦l, no obstante, parece apegado a ese imaginario. El resto del pa¨ªs no parece tener mucho inter¨¦s, por ahora, en cambiar la Constituci¨®n de 1991.
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