Derechos territoriales colectivos como reparaci¨®n para los pueblos afrocolombianos
No hay mayor reparaci¨®n hist¨®rica que la otorgaci¨®n de derechos territoriales colectivos, no solo para nuestras comunidades, sino para las comunidades afro de todo el pa¨ªs y de la regi¨®n
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Los pueblos afrocolombianos que habitamos la selva amaz¨®nica del Putumayo tenemos una relaci¨®n intr¨ªnseca con ella, con sus r¨ªos, con su flora, con su fauna; cuidamos de ella y ella cuida de nosotros. Nos provee alimento, medicina, vivienda, y el agua b¨¢sica para nuestra vida. De nuestros ancestros aprendimos a protegerla y a aprovechar todos los recursos que nos brinda. Hoy esta sabidur¨ªa es m¨¢s importante que nunca, pues nuestros territorios, ubicados en el coraz¨®n de la selva, junto a los r¨ªos Caquet¨¢ y Mocoa, han sido afectados hist¨®ricamente por actividades tales como la ganader¨ªa extensiva, la deforestaci¨®n y la cacer¨ªa; y m¨¢s recientemente por los derrames petroleros y la miner¨ªa. Pese a este duro escenario que amenaza nuestros bosques y a nuestras comunidades, nosotros no nos percibimos como v¨ªctimas, sino todo lo contrario, nosotros somos los protagonistas de una lucha por frenar y mitigar estos impactos, a trav¨¦s actividades que conservan y restauran los ecosistemas mediante la protecci¨®n de especies nativas y las pr¨¢cticas agr¨ªcolas tradicionales.
En el vivero del Consejo Comunitario de Martin Luther King, en Puerto Lim¨®n, ubicado cerca de la ciudad de Villagarz¨®n, cultivamos diversas especies nativas, entre ellas el chiparo, una especie conocida por sus fuertes ra¨ªces capaces de prevenir inundaciones. Germinamos los chiparos en nuestro vivero, luego los trasplantamos y los sembramos a la orilla de los r¨ªos y quebradas para prevenir las inundaciones, pues esta es una regi¨®n de gran riqueza h¨ªdrica, donde este tipo de fen¨®menos son comunes. Adem¨¢s, esta pr¨¢ctica nos permite conservar la pureza del agua que viene de la quebradas, pues nosotros hacemos uso del agua que proviene de ellas, tomamos y vertemos agua ah¨ª. Algunas de las quebradas de la zona han sido impactadas por derrames petroleros, provocando contaminaci¨®n y afectando diversas especies, pero vemos que nuestros proyectos de reforestaci¨®n ayudan en parte a detener y focalizar estos derrames, por eso son importantes no solo para nosotros en el ¨¢mbito local, sino incluso m¨¢s all¨¢ de nuestra regi¨®n, pues estas quebradas alimentan a los r¨ªos Caquet¨¢ y al Mocoa, que son importantes afluentes del gran r¨ªo Amazonas, cuya trayectoria atraviesa nueve pa¨ªses de la regi¨®n y es una de las fuentes h¨ªdricas m¨¢s importantes del mundo.
Otra pr¨¢ctica agr¨ªcola ancestral que buscamos mantener es la chagra, el espacio vital en el cual aseguramos nuestra soberan¨ªa alimentaria, pues nosotros tenemos un estilo de vida tradicional, basado en lo que la naturaleza nos brinda y en nuestro trabajo sobre la tierra. Nosotros no queremos tener que acostumbrarnos a que todo lo que comemos tenga que ser adquirido con dinero, es por esto que poder cultivar nuestros alimentos en la chagra es b¨¢sico para nuestra vida. Por ejemplo, en el Consejo Comunitario de La Orqu¨ªdea, tenemos nuestras chagras en las cuales sembramos yuca, ma¨ªz, pl¨¢tano, entre otros, con los cuales alimentamos a nuestras familias a diario.
Reconocer y apoyar el aporte que realizamos las comunidades afrocolombianas es parte fundamental en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la protecci¨®n de la biodiversidad. En este sentido, Colombia tiene una gran oportunidad de tomar un liderazgo mundial y mostrar cu¨¢l debe ser el camino a seguir. Este a?o se realizar¨¢ en el mes de octubre, en la ciudad de Cali, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biol¨®gica (COP16), en la cual representantes de todos los pa¨ªses se reunir¨¢n para tomar medidas urgentes. Al igual que somos protagonistas en el territorio, queremos ser protagonistas en la mesa de negociaci¨®n y presentar nuestras acciones de protecci¨®n de la selva a todo el mundo.
Nosotros, como consejos comunitarios, formados por familias que trabajan unidas por cuidar la selva, hemos aprendido que el reconocimiento de los derechos territoriales es una acci¨®n vital para las tareas de conservaci¨®n de la biodiversidad, pues a menudo nuestros territorios se sobreponen sobre ¨¢reas de gran biodiversidad y nosotros protegemos la vida, actuamos como guardianes de la selva, incluso en ¨¢reas remotas donde la presencia del Estado es escasa, y las amenazas sobre la riqueza de selva son muchas.
A pesar de nuestros importantes aportes para la conservaci¨®n de la selva, nuestras comunidades y propuestas han sido hist¨®ricamente ignoradas, y sabemos que esto es una consecuencia m¨¢s del racismo sist¨¦mico que hemos vivido hist¨®ricamente los afrodescendientes, no solo en Colombia, sino en toda Am¨¦rica. Hoy es m¨¢s usual que los gobiernos nacionales y en los principales espacios pol¨ªticos internacionales se hable de las reparaciones hist¨®ricas que debemos recibir los pueblos afrodescendientes, debido a que muchas de las desigualdades que enfrentamos son producto de la opresi¨®n y esclavitud de nuestra gente. Nuestra propuesta es que no hay mayor reparaci¨®n hist¨®rica que la otorgaci¨®n de derechos territoriales colectivos, no solo para nuestras comunidades, sino para las comunidades afro de todo el pa¨ªs y de la regi¨®n.
Hacemos un llamado al mundo, a los gobiernos y a las organizaciones que participan en la creaci¨®n de pol¨ªticas nacionales e internacionales a reconocer y combatir las desigualdades estructurales en las que vivimos las comunidades afrodescendientes, a crear mecanismos para promover el reconocimiento de nuestros derechos colectivos y territoriales, y a valorar, impulsar y financiar nuestros aportes a la conservaci¨®n de los bosques, la biodiversidad y los recursos como parte de las acciones para alcanzar las metas nacionales y globales relacionadas a la erradicaci¨®n de la pobreza, la seguridad alimentaria, la conservaci¨®n y la mitigaci¨®n de la p¨¦rdida de biodiversidad y los impactos del cambio clim¨¢tico.
Nosotras, como mujeres afrodescendientes de la selva, queremos que en esta COP16, llamada la COP de la gente, nuestra voz sea reconocida y escuchada. Queremos que nuestros aportes sirvan de ejemplo para que otras comunidades que enfrentan retos similares tengan a la mano soluciones reales que las ayuden a crear mejores condiciones para la naturaleza y para sus familias.
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